Mario Martínez, un estudiante de secundaria, fan de la historia de la antigua Roma, que adquiere la habilidad de invocar legionarios romanos cuando reencarna en otro mundo.
Ahora como Marius Martinus, junto con su emperatriz yandere convocada, junto con sus legiones, conquistará este mundo de fantasía.
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Capítulo 22 - Candidata a reina
Después de la ceremonia de firma, Mario cumplió con las exigencias de Adoncia de tener una charla privada, por los que ambos se trasladaron a una habitación aislada.
-Jeje, ¿es así?
La conversación entre los dos fue buena, ya que sus gustos e intereses coincidían. Era una situación en la que los dos parecían ser amigos cercanos.
Entonces, en medio de la conversación, un sirviente los Interrumpió.
-Su majestad, traje a la persona que me pidió.
-Ah, ya vino. Puede entrar. Pensé que debería aprovechar esta oportunidad para presentarle a alguien especial a Marius.
Cando Mario volvió la mirada hacia la entrada, entró una elfa con los mismos rasgos que Adoncia, pero de la misma edad que Marius.
-Se parece a Adoncia... ¿Será su hermana?
-Clancia, él es nuestro benefactor, Marius Titus Martinus.
-... mi nombre es Clancia Baledra... ¡¿Madre?! ¡¿Tus heridas están...?!
-¡¿Qué?! ¡¿Madre?! ¡Pero tienen muy poca diferencia de edad!
-¡Clancia! ¡Dije que te presentaras!
-¡¡Ah!!
Cuando entró en la habitación, la joven elfa mostró una hostilidad abierta hacia Mario. Cuando notó que las heridas de Adoncia se habían curado, corrió hacia ella como si olvidara la situación. Se encogió de miedo ante el regaño de su madre.
-Lo siento, me disculpo por la imprudencia de mi hija.
-No te preocupes. Está claro que aprecia a su madre... Aunque pensé completamente que Clancia era tu hermana.
-Jaja. Los elfos detienen el envejecimiento cuando alcanzamos cierta edad. Además, nuestra vida útil es tres veces más larga en comparación con los humanos. Puedo parecer joven, pero tengo más de 80 años de edad.
Cuando Mario respondió a la disculpa de Adoncia, ella no pudo evitar mostrar una sonrisa.
-Clancia, intenta presentarte de nuevo.
-Sí... soy Clancia Baledra.
Clancia que fue incitada por Adoncia, mostró sus saludos. Tenía el pelo largo y rubio. Se parecía mucho a Adoncia, con sus pechos grandes y cintura delgada.
-Un placer conocerte. Mi nombre es Marius Titus Martinus. Soy el emperador de Roma. Ella es mi esposa.
-Soy la emperatriz Julia Iulia Martinus.
Después de terminar su presentación, Clancia se sienta en una silla señalada por Adoncia.
-Marius, tengo que pedirte un pequeño favor, ¿me escucharías?
-¿Ah, sí? ¿Qué pasa?
-¿Podrías hacerte cargo de Clancia como su mentor por un tiempo?
-¡¡Madre!! ¡¿Qué estás diciendo?!
Clancia reaccionó inmediatamente a las palabras de su madre.
-Clancia, cállate.
-...
-¿Puedo escuchar la razón?
-La razón es que... supongo que es para futuras referencias. Esta niña es igual a mí... es inteligente y piensa profundamente sobre las cosas. Quiero que disfrute de nuevas experiencias para prepararla como candidata a reina.
-¿Candidata a reina? ¿No es hereditario?
Mario cuestionó las palabras de Adoncia.
-Ah, aquí es como una oligarquía. Cuando el rey muere, los candidatos son juzgados por el Consejo. Solamente las personas más virtuosas y sabias son dignas de ser seguidas.
Después de pensarlo un rato y no ver ningún inconveniente, Mario decidió aceptar la propuesta.
* * *
Después de que Mario y Julia salieran de la habitación, Clancia expresó su enojo hacia su madre.
-¡Madre! ¿Por qué debo seguir a ese hombre, además un humano repugnante?
-¡¿Humano repugnante?! ¡Marius me curó todas mis heridas y me ofreció ayuda en la guerra! ¡Podrías aprender mucho de él!
-¡¡Pero!!
-¡Sin peros! ¡La decisión ya está tomada!
-¡¡Te odio, madre!!
Después de gritar esas palabras, salió de la habitación.
* * *
-¡Madre! ¡Te odio! ¿Por qué me haces ir?
En el pasillo del palacio, Clancia dejó salir su ira que no cabía en su pecho.
-Solo quiero estar al lado de mi madre...
Clancia golpeó su puño contra las paredes del palacio.
-Clancia, ¿estás ahí?
Un elfo apareció desde el otro lado del pasillo.
-¡¡Ansaco!!
-¡¿Oh?! ¿Qué pasó, Clancia?
La personalidad de Clancia cambió instantáneamente cuando vio a Ansaco y mostró una sonrisa.
-Una cosa así...
-Sí. No quiero ir, pero mi madre me obliga...
Al escuchar las circunstancias, Ansaco esbozó una sonrisa maliciosa que Clancia no vio, antes de meter la mano en su bolsillo.
-¿Qué es?
-Es una pulsera. Quiero que la uses siempre. Debería protegerte.
-Gracias, Ansaco.
Clancia recibió la pulsera, sin darse cuenta del peligro detrás de la sonrisa de Ansaco.
* * *
La conversación continuó por un tiempo y después de aceptar a Clancia, Mario regresó al castrum, o campamento romano.
-Pero Marius, ¿está realmente bien aceptarla?
-Bueno, está bien. Además, es como un préstamo.
-Por ahora es solo un préstamo...
-Ahora, ¿dónde está el ejército imperial?
Mario miró a Scipio y los demás oficiales.
-El ejército imperial se ha reunido en las afueras de una ciudad que los elfos protegen. Parece que van a conquistar la ciudad y saquearla. También se ha descubierto el paradero de los enemigos restantes que no se han reunido para capturar la ciudad.
Scipio señaló varios lugares en el mapa.
-Umm. Resolvamos esto rápidamente, pronto será invierno... ¿Contamos con la ayuda de los elfos?
-Sí. El ejército élfico debería ayudarnos.
-... bueno, entonces está resuelto.
Tras la reunión, las legiones marcharon hacia la ciudad élfica.
por lo menos dos diarios 😃😃😃😃😃😃/Pray//Pray//Pray//Pray//Pray//Pray//Pray//Pray/