Emperatriz Tirana

Cómo se esperaba la noticia de que las concubinas del emperador habían sido asesinadas por la emperatriz, se recorrió por todo el reino.

Nadie podía creer los rumores, ya que nadie creía que la emperatriz fuera capaz de algo así. Jacob, que trató de buscar ayuda en manos de los ministros de la corte, no recibió más que rechazo por parte de estos.

Puesto que Alesha ya había avisado a los ministros sobre lo que había pasado y que la empresa Alise solo hizo lo que debía con aquellas mujeres que se metieron en el palacio sin consentimiento, sin duda Jacob estaba furioso tras no recibir ayuda en ninguna parte para hacer que Alise pague por lo que había hecho.

Jacob realmente estaba furioso tras todos sus intentos sin resultados, y todo eso era culpa de su madre, que apoyaba Alise incondicionalmente.

Ya habían pasado dos semanas desde lo ocurrido, desde entonces el Emperador ha estado encerrado en su habitación pensado en como lograr que Alise pague por las muertes de sus concubinas y sin que se diera cuánta estaba perdiendo la noción del tiempo y esos días que para él supuestamente estuvo encerrado habían pasado semanas sin que supiera.

Alise, por otro lado, había aprovechado la ausencia de Jacob durante esas semanas. En el pueblo había un pequeño problema con el agua, lo cual, por una extraña razón, todos los ríos estaban sucios. Todos los habitantes estaban preocupados por aquella situación. No pasaron dos días desde que comenzaron a enfermarse y todos supieron que era por el agua. Por aquello solicitaron la ayuda del emperador, pero incluso tras días este no apareció.

La ayuda que habían estado solicitando por días en manos del emperador, su emperatriz lo había solucionado en tan solo dos días. Y sobre las enfermedades de contaminación, cada uno había recibido ayuda médica por manos de la propia emperatriz, quien al parecer sabía mucho de medicina, algo sorprendente pueblo.

Alise había aprovechado cada vez más la oportunidad para acercarse al pueblo. Se encargaría de hacer que nadie recordara a Jacob, y esto era el principio. Cuando fuera suficiente, simplemente lo desaparecía. Después de todo, quién no creía que el emperador se mató tras no poder olvidar a sus concubinas y quiso irse con ellas. La actitud del hombre le daba más ventaja para continuar sus planes.

—¿Por qué tan sonriente? —Levanta la cabeza mirando A Noah quién está enfrente de ella.

Hasta ahora no ha podido cumplir su promesa con el chico de quitarle aquella marca de esclavo debido a que ha estado muy ocupada, pero lo que le sorprende es que a Noah no le parece importarle o simplemente no quiere reclamarlo.

—Nada solo estoy feliz. —Se levanta. En esas dos semanas las cosas han ido de maravillas y no tener que ver la cara de Jacob fue tan satisfactorio, desearía tanto no ver su cara por el resto de su vida. —Creo que ha llevado mi hora de reunión con el duque. —Hoy tenía una reunión con el duque, en ese tiempo no solo se había encargado de llamar la atención del pueblo, sino que ha estado haciendo negocios con algunos nobles, los cuales le fueron muy bien.

—¿Con el duque Christian? —Cuestiona Noah y Alise Asiente. —Hay un rumor que dice que ese duque es un demente pervertido.

—También he escuchado ese rumor.

—¿Y aun así pretende ir? —cuestiona mirando a la chica con preocupación. —No cree que puede ser peligroso.

—Él es alguien que necesitaré más adelante, necesito tenerlo a mi lado. —Ese duque es alguien con mucha influencia tanto como fuera y dentro del reino, por más basura que sea ese hombre, necesita tenerlo a su lado por ahora. Necesita tenerlo de aliado que de enemigo.

Pasa de largo; sin embargo, la mano de Noah la toma en la muñeca deteniéndola.

—Noah.

—No vayas. —Mira Alise, ha escuchado muchos rumores de ese duque y no cree que sea alguien confiable.

—Eso no es algo que puedas decidir, Noah. —Aleja su mano mirando al chico. —Eso es mi asunto, no tienes que meterte en ello.

—Tan ansiosa estás.

—No lo entiendes. —Respira hondo. Ya ha tomado demasiado tiempo en ir por Lenin, ya está llegando hora de que ese maldito pague, cada vez está más ansiosa y las pesadillas la dejan sin poder pegar un ojo.

—Entonces explícame para entender. —Queda enfrente de la chica, no entiende por qué ella está tan ansiosa de hacer esos aliados, pero quisiera entenderla al menos para ayudarla en ello.

—No puedo —Desvía la mirada, aunque quisiera explicarle a Noah, no tiene el valor de hacerlo ni menos meterle en esto. —Pero te prometo que te quitaré la marca de esclavo que tienes, esa fue mi promesa y lo cumpliré. —Cambia de tema.

—No estoy hablando de eso y lo sabes.

—Esta noche.

—¿Qué? —Sisea confundido. 

—Esta noche definitivamente te quitaré la marca. —Dijo Alise segura de sí misma.

—No es necesario. —Noah niega.

—¿Por qué? ¿Pensé que eso querías? Por eso hiciste ese trato conmigo, además esa fue mi propuesta. —Ante las palabras de Alise, da un paso acercándose a la chica, causando que esta retrocede, confundida. —Noah. —Intenta alejarlo, pero este la toma de la mano acercándola a su cuerpo.

Desde hace días, Noah ha estado actuando extraño y eso de alguna manera la deja confundida, pero debido a que ha estado tan ocupada no le dio importancia alguna.

La mano del chico pasa alrededor de su cintura, causando que el cuerpo se alise, se estremece.

—Porque me gusta más… —Se acerca a los labios de Alise, quien traga al darse cuenta de su intención. —Me gusta más besarte cada noche. —Abre los ojos sorprendida, sintiendo de un momento a otro cómo su rostro estaba subiendo de temperatura; sin embargo, reaccionó rápido, alejándose antes de que el chico llegara a besarla.

—Iré… iré a la reunión. —Dicho eso, se va del lugar, dejando a Noah ahí solo. Mirando cómo la espalda de Alise simplemente desaparece ante sus ojos.

Al final Noah no era más que una piedra de Ajedrez con quien destruiría a su enemigo, no puede, permitirse sentir algo por él.