Marcel Dávila había pasado la noche con un desconocido al haber sido drogada por su madrastra. Como resultado de esa noche, ella quedó embarazada y, por sugerencia de la malvada mujer de su padre, ella se vio obligada a casarse con un hombre cruel, muriendo en manos de este.
Pero el guardián de las almas decidió darla una nueva oportunidad a Marcel, regresándola al pasado, justo cuando ella descubría su embarazo y para cambiar su destino, ahora ella debe de encontrar al padre de su hijo, sin imaginar que se trata de Anubis Salvatore, duque del imperio de Azulea, un poderoso y temido hombre lobo. ¿Qué pasará cuando Marcel lo encuentre? ¿Anubis aceptará a su hijo?
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Ir a misa
Cuando salió de dónde estaba, él se fue a dónde estaban Marcel y el niño.
__ Hola, que agradable encontrarles nuevamente, no tuve tiempo de presentarme, mi nombre es Anubis Salvatore, duque del imperio de Azulea, es un placer conocerle a ambos __ dice él mirando a Marcel a los ojos, la cual estaba sonrojada por escuchar la voz tan varonil que tenía el nombre.
Ella se quedó unos minutos sin hablar y Nicolás fue quien habló.
__ Yo soy Nicolás, tengo dos años de edad, y mi mamá se llama Marcel, un placer conocerlos tío __ dijo él extendiendo una de sus pequeñas manos, la cual fue tomada por su padre.
__ El gusto es mío pequeño príncipe, si ambos desean, podemos tomar té y postres __ dice con una sonrisa genuina.
Al escuchar la palabra comer, Nicolás salió corriendo de allí y se fue a buscar a las doncellas de la mansión, ya que comer, es su parte favorita del día, él dejó sola a Anubis con Marcel, y la última estaba temblando como una hoja, porque desde que conoció a ese hombre tan pervertido, su cuerpo se pone como una gelatina cuando están a solas.
__ Dama, no tenga miedo, yo no la comeré, y de hacerlo, usted se sentirá complacida __ dice él mientras dejaba salir su olor, ligado con un poco de feromonas masculinas, las cuales tenían a Marcel en un aprieto.
___ Mi lord, yo… Me tengo que ir, puede tomar el té con el niño __ dice ella mientras se levanta del pasto, pero no pudo, ya que sus piernas le fallaron y terminó cayendo nuevamente, que de no ser por un noble caballero de nombre Anubis Salvatore la atrapará en sus musculosos brazos, se hubiera lastimado el trasero.
Este último, cuando le vio caer para atrás, reaccionó por instintos y la atrapó en sus brazos para amortiguar la caída con su tonificado cuerpo.
La joven cayó encima del bello hombre, y se quedó viendo el verde de sus ojos.
__ Dama, alguna vez le han dicho que usted es la más bella del mundo, yo daría toda mi fortuna con tal de que usted me regale una sonrisa de esos labios que me invitan a pecar __ dice él con una voz cargada de un profundo anhelo.
__ Yo... Yo... Bueno, gracias __ logra decir ella totalmente sonrojada.
___ Déjeme ser su pretendiente, o déjeme ser su amante, y si no se puede ninguna de las dos, déjeme ser su esclavo, por usted me voy a la guerra sin llevar una arma encima __ dice mientras le besa la comisura de sus labios, cosa que hace que ella sienta deseos de más, pero se detuvo, ya que apenas conoce a ese hombre tan coqueto.
__ Lord, será mejor que no haga algo como eso, soy una mujer con un hijo de otro y no puedo darme a la tarea de estar con alguien que no conozco, en algún momento tengo que conocer al padre de mi hijo _ dice ella mientras trata de escapar del dominio del hombre, el cual se negaba a dejarle ir, ya que tenía un bulto en su pantalón.
__ No me rechace así, Vamos a hacer algo, déjame ser su amigo, solo eso pido __ dice él para luego muy a su pesar dejarla ir, pues si la presiona mucho o la hace sentir incómodo, puedes que ella se ponga reacia a estar con el.
Ella se levanta del hombre y él también se levanta, y al hacerlo Marcel le ve de pies a cabeza como tratando de buscar un fallo, pero lo que ve la dejo roja.
Él se dio cuenta de que le vieron el paquete, y eso lo hizo también sonrojar.
Ambos estaban sin saber qué hacer, hasta que llegó el niño en compañía de sus dos abuelas y una doncella.
Todos, incluido el niño, traían consigo algo en las manos, y lo colocaron en la mesa del jardín.
Marcel cuando vio eso se fue casi corriendo, y se sentó en una de la silla, más atrás llegó el lobo, y esté también tomó asiento. Por suerte, para él, los recién llegados no estaban pendientes a nada más que lo que tenían que hacer en la mesa, o la situación iba a ser aún más incómoda.
Nicolás al ver a los adultos tomar asiento le pidió a su abuela Mary que sirviera todo, pues ya tenía prisa por comer algo dulce.
Allí en el jardín, solo quedaron lo que estaban en la mesa.
El niño comía con alegría, y los dos adultos estaban comiendo en silencio, y mientras lo hacían, no dejaban de mirarse.
En una que otra ocasión, Anubis le sonreía a la joven y de vez en cuando le guiñaba un ojo, lo que provocaba que la joven se ponga roja, por ver lo descarado que resultó ser aquel hombre.
Cuando todos terminaron de comer, Marcel tomó a su hijo y se fue rápidamente para dentro de la mansión, dejando detrás a un Anubis totalmente satisfecho con lo que está avanzando.
Pues aunque la mujer es un poco tímida, y él sea un descarado, está logrando poco a poco conquistar su corazón.
Algo que noto en ella, es que ella tiene magia de dos tipos, las cuales aún desconoce, pero su aura noble, hace que él quiera llevarla para su reino, y allí tomarla como lo hace en sus sueños, de pesar en esos sueño, la boca se le hace aguas, ya que en cada uno de ellos, disfruta a voluntad de la dama, en poca palabras, se la come por completo.
"Tengo que darme prisa con la conquista, o algún rufián calenturiento, cuando vea la belleza de mi dama, va a querer enamorarla y ella es mía" piensa él de mal humor, pues en su mente, se puede imaginar como su destinada he llevada por un bastardo.
De mal humor, él se levanta de la silla y se va a dentro de la mansión, ya que tiene que seguir trabajando en unos documentos importantes.
Pero en cuanto pisó la mansión, sintió el olor de Marcel y el deseo de trabajar se le fue al suelo.
Sacando fuerza de voluntad, él se obligó a ir a la oficina, pues esos documentos son de mucha importancia, y tienen que ser terminados hoy.
Con Marcel
Ella, luego de estar en la mansión dejó jugando al niño en la sala de estar, y se fue corriendo para su habitación, y allí se puso a meditar en algo, mientras caminaba por toda la habitación.
"Ese caballero tiene el mismo olor que el padre de Nicolás. Cada vez que lo tengo cerca, siento que se me sale el corazón por la boca, y mis piernas se ponen como una gelatina, pero lo que es peor, es que mi ropa interior se moja porque me dan deseos de que me haga suya, ¡ay no!, necesito ir a misa, a ver si así se me va la calentura" __ piensa ella para luego arrojarse en la cama.
Rato después, cuando llegó la hora de la cena, una doncella le fue a buscar, ya que todos estaban sentados en el comedor a espera de ella para cenar.
_____________________Nota
Nos vemos el lunes si Dios quiere, estoy creando capítulos para ver cuándo le puedo dar un maratón.
Espero y tengan un excelente fin de semana ☀️
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