Raul siempre ha estado enamorado de Sonia, ha desperdiciado dos oportunidades para que estén juntos, la vida los ha llevado por distintos caminos, pero una traición le dará el último chance para vivir su amor, podrá aprovecharlo?
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Cambio de opinión
Narra Raúl.
Me tomé unos meses después de terminar mis estudios para descansar y terminar mi tesis, mientras mis hermanas revoloteaban con su amiga por la casa, yo no me acercaba mucho a ellas y prefería encerrarme cuando estaban por ahi, me martirizaba tenerla cerca y no poder hablarle, pero no quería pasar la línea. Pero dos cosas me hicieron cambiar de opinión, la primera es que mi nona enfermó, no de gravedad, pero por ser ya mayor, había que tratar hasta un resfriado con todo cuidado, pues podría empeorar, y mi madre la llevaría al médico, así que me pidió que yo fuera a recoger a las chicas a su clase de natación, yo sabía que no podía negarme, y me convencí de que no pasaría nada, pero me mataba la curiosidad de ver a Sonia en traje de baño y admirar su bella figura, así que me presenté antes de la hora de salida y me senté en las gradas como muchos de los familiares qué iban a observar las prácticas, realmente me quedé mudo, se veía tan sexy con su traje pegado a la piel, mojada y con sus torneadas piernas desnudas, que ahí mismo mi amiguito despertó, poniéndome en aprietos, como hipnotizado pasaba de ver sus caderas a sus senos, y si se volteaba a su trasero espectacular, no debí hacer esto, ahora no la podré sacar de mi cabeza, en fin que tuve que aguantar, era una deliciosa tortura verla solo de lejos, así que para poder controlarme, salí a fumarme un cigarrillo y me pude calmar antes de que las chicas salieran ya cambiadas, desde ese momento ya no la podría ver a los ojos, me delataría. Llegamos y la nona ya estaba en casa, todos nos enfocamos en preguntar como se sentía y que había dicho el doctor, todo estaba bien y solo requería tomar algunos medicamentos y reposar, yo la lleve a su cuarto a descansar y cuando nos encontrábamos solos, me dijo, esa niña te gusta desde chiquitos, no la dejes ir, vale mucho, pero tampoco la lastimes, yo traté de hacer como que no sabía de lo que me hablaba, me guiño un ojo y me dijo que ella sabía todo, más sabe el diablo por viejo, añadió, pero si no estas seguro de poder quererla bien, mejor ni lo intentes, porque ya es como parte de esta familia y es la mejor amiga de tus hermanas, no querrás lastimar a todos, me dio un beso y me dejó pensando. Sin duda, noto el cambio en mi mirada.
La segunda cosa que me hizo replantearme las cosas fue que ella tenía una tía soltera, no era muy mayor,, pero ya rayaba en el límite para quedarse a vestir santos, vivía en el pueblo con sus abuelos, pero los visitaba seguido, era una mujer muy hermosa, nadie entendía por qué no se había casado, y cuando estaba aquí, participaba en las reuniones del grupo, todos la conocían bien, menos mi tío Santiago, que por estar al frente de la tratoria casi no iba a nuestras reuniones, pero un día que nos acompañó por estar pintando el local tuvo el día libre, y ahí coincidieron, desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron hicieron click, y él ni tardó ni perezoso, se acercó a ella, coquetear on descaradamente como si nadie se diera cuenta, pero no pasó desapercibido para nadie, entonces la nona, se acercó al papá de Sonia y le preguntó que le parecía emparentar a las familias, a lo que el señor Luis contestó que nada le daría más gusto, así su cuñada se quedaría a vivir cerca y Santiago sentaría cabeza con una hermosa mujer, tanto por dentro como por fuera, y todos los que oyeron atentamente la conversación estuvieron de acuerdo, en mi mente eso sonó como una esperanza de que algún día yo podría ser parte de esa familia, no se habló de nosotros, sino de ellos, pero ya no me pareció tan descabellada la idea de convertirme oficialmente en su yerno.
La parejito, totalmente ajena a los comentarios a su alrededor, disfrutó la tarde y al despedirse, mi tío la invito a conocer la tratoria, ella aceptó gustosa y quedaron de verse al otro día, el pasaría por ella para llevarla a comer y pasar la tarde juntos. Y asi lo hicieron, mi tío le cocinó una pasta fresca qué el mismo preparó, le sirvió un vino reserva especial de la casa, que le mandaban periódicamente desde Italia y la deleito con los postres que hacía la nona. Se pasaron una tarde maravillosa, se entendían y como que la llama del amor quería encenderse, y así anduvieron unos días, ya todos nos esperábamos el anuncio de su noviazgo, pero ellos iban lento, conociéndose, y de momento la tía Elba regresó a su pueblo, era como si se quisieran dar tiempo de extrañarse para ver si sus sentimientos eran reales, por otro lado estaba el negocio que no podía dejar, botado tanto tiempo.
Para cuando regresó, las cosas continuaron pausadamente, pero de ahí no pasó, no dieron el siguiente paso por la incompatibilidad de sus proyectos de vida, porque él tenía que seguir con la tratoria, mientras la nona viviera el negocio debía continuar, era como un recuerdo vivo que le había dejado mi abuelo y ella no podía dejar el pueblo y a sus padres solos, cada vez eran más grandes y requerían más cuidados, cosa que el otro hijo aunque vivía, muy cerca no podía hacer, ya que se la pasaba ocupado con los achaques de su mujer. Quedaron en ser amigos y ver si más adelante se daba algo, a partir de ese momento mi tío se acercó más a Sonia y la llamaba sobrina tal vez así se sentía más cerca de la mujer que pudo ser su pareja.
Yo pensé que todo aquello me dejaba el camino libre para acercarme y tratar de conquistar el amor de esa pequeña que me reía de cabeza.