Yerno del Poderoso

Detrás de los ojos que miraban el techo de la habitación, había un latido del corazón que latía erráticamente. Un avance en la relación matrimonial de Hito esta vez. Su nueva esposa le permitió dormir en la misma cama y bajo la misma manta.

Hito miró a Xavera, que le daba la espalda. La espalda lisa de su esposa parecía llamarlo para que la tocara de inmediato. El rostro de Hito se puso rojo y el sudor le inundó la frente.

El aire acondicionado parecía no funcionar bien esta noche. El calor seguía extendiéndose por su cuerpo, haciendo que Hito quisiera quitarse la camiseta que llevaba puesta.

"¿Por qué no duermes?", reprendió Xava.

Hito se sobresaltó: "Esta noche hace calor".

Xava se levantó de la cama y extendió la mano para pedir la ropa que Hito ya se había quitado. La mujer bajó de la cama y luego colocó la ropa de Hito en la percha de hierro.

"Vamos a dormir. Ya es tarde", dijo Xava.

"Xava, en realidad quiero". Hito no pudo continuar su frase. Estaba nervioso por pedir su derecho, y además, recién se habían casado. Ya era legal, pero se sentía muy incómodo pedir su derecho esta noche.

El rostro de Xava se puso rojo por la vergüenza. Entendía la intención de Hito, que estaba inquieto. No es que Xava no viera el comportamiento de su marido que quería pedir sus obligaciones como esposa, pero no podía hacerlo ahora.

"Dentro de una semana, ¿sí?", dijo Xava.

Hito se sobresaltó: "Lo siento, no tenía intención de obligarte".

Hito ya lo había adivinado. Xava era igual que Velia, que no quería que la tocaran. Dos veces casado, se convertiría en un florero virgen que no podría saborear el placer del cielo terrenal.

"No me malinterpretes, Hito. No es que te rechace, pero yo..."

"Lo entiendo, Xava", interrumpió Hito con una expresión de decepción, por supuesto.

"¡No es eso! Estoy en mi período", dijo Xava un poco fuerte.

Hito se sobresaltó: "¿¡Qué!?".

Xava suspiró profundamente: "Anoche me llegó. Lo siento, por no poder atenderte".

Hito negó rápidamente con la cabeza: "No te disculpes. Ya te he malinterpretado". Hito apartó la cara porque había malinterpretado.

Xavera se acercó y se sentó en la cama. "Entiendo por qué te comportas así. No soy Velia, Hito. Te acepto como mi marido y cumpliré con mis obligaciones como esposa".

Hito miró el rostro de Xava. "Yo también te he aceptado como mi esposa".

Ambos se miraron. El rostro de Hito se acercó lentamente. Por instinto, Xava sabía lo que iba a pasar. Ella también acercó su rostro hasta que los labios de ambos se tocaron.

Hito sostuvo la cabeza de Xavera para profundizar el beso al néctar que saboreaba. Las partes sin huesos se entrelazaron hasta que la saliva de ambos se mezcló y manchó los alrededores de sus labios.

"Vamos, durmamos. Podría ser que no pueda contenerme", dijo Hito.

Xavera asintió: "¡Vamos!".

Ambos se metieron bajo la misma manta. Xavera se acercó, se metió en el cálido abrazo de su marido e hizo que Hito sonriera feliz.

Parece que he encontrado a la esposa adecuada. Con esto, presentaré pronto a Xava a papá y le diré mi verdadera identidad.

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"¿Dónde vamos a vivir?", preguntó Wito.

"Ya he alquilado una casa. Viviremos allí. Papá no se preocupe por el tema de la vivienda", dijo Hito.

"Con tu sueldo como limpiador, ¿puedes mantener nuestra vida?", preguntó Zaya.

"Hermana, es mejor que nos ayudemos mutuamente, ¿verdad? El marido de la hermana puede trabajar en la empresa", respondió Hito.

"Parece que no lo sabes. Estoy en la lista negra de mi empresa anterior. Me está costando encontrar trabajo", dijo Hilman.

Hilman entró en la lista negra por haber cometido un error. La corrupción que cometió destruyó su nombre y su carrera.

"Trabajar en otro lugar, ¿no es posible? Cuñado, no te cruces de brazos", dijo Hito.

"Recién has entrado en la familia y ya te atreves a decir tonterías", respondió Zaya molesta.

"¡No se peleen más! Lo que dijo Hito es cierto. Hilman debe trabajar. Todavía es joven y debe mantener a su esposa", dijo Wito. "Hito, si hay trabajo, invita a Hilman a trabajar contigo".

Hito asintió: "Está bien, papá".

Llegó el taxi online que Hito había pedido. Los suegros y el cuñado subieron al coche, mientras que Xavera y su marido fueron en moto a la casa que sería su nuevo hogar.

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"¿Esta es la casa?", preguntó Wito.

"Sí, papá", respondió Hito.

"¿Esta pequeña casa, realmente nos cabrá a todos?", preguntó de nuevo.

"Solo esto pude alquilar".

Esta casa tipo 45 de corte es bastante buena también. Se puede confiar en James.

"Mientras podamos refugiarnos, papá. Xava también buscará trabajo y nuestra familia podrá salir adelante poco a poco".

Wito suspiró: "¿Y nuestras deudas cómo? Tenemos que pagar a los cobradores. Si te hubieras casado con Koh Alee, seguramente ya estaríamos libres de deudas".

Xavera miró a Hito. Se sentía mal porque su papá siempre insinuaba problemas financieros.

"Confía en nosotros, papá. Podremos pagarlo", dijo Xavera.

"Es mejor que entremos primero. Mamá necesita descansar", dijo Zaya. La madre de Xavera sufrió un derrame cerebral y no puede hablar con claridad.

Un hombre, que es el guardaespaldas de Hito disfrazado de dueño de la casa. El hombre le dio las llaves y luego invitó a todos a entrar.

"Papá, mamá y el cuñado se quedan en la habitación de abajo. Que nosotros nos quedemos en la habitación de arriba", dijo Hito.

"¿Nuestra habitación tiene aire acondicionado?", preguntó Hilman.

"¡Hermano!", exclamó Xava.

"Yo se lo daré", dijo Hito.

"¿De dónde sacaremos el dinero?", dijo Xavera molesta por la petición de su cuñado.

"Todavía tengo ahorros. No te preocupes". Hito acarició la espalda de su esposa para que se calmara.

"Lo siento porque les causamos problemas. Tu vida ya es bastante difícil, y casarte conmigo solo te hace más difícil".

"Esta es mi obligación, Xava. Trabajaré duro para mantenerlos", dijo Hito.

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"Hito, quiero solicitar un trabajo en este país". Ambos ya estaban en la habitación y sentados en la cama. "Escuché que aquí hay una gran empresa que se levanta y domina todos los campos".

Eso es cierto, Xava. Yo soy ese gobernante.

"Solicitaré trabajo en la empresa Astavi Corp", continuó Xava.

"¿¡Qué!?".

"¿Por qué te sorprendes así? ¿En qué empresa trabajas?", preguntó Xava.

¿En qué empresa le digo a Xava que trabajo? Lo olvidé.

"En una pequeña empresa", dijo Hito.

"Solicitaré trabajo en el departamento de marketing o en el departamento de finanzas".

"¿Aceptan empleados?".

Xavera se encogió de hombros: "No lo sé, pero lo intentaré".

"Duerme primero. Mañana habrá mucho trabajo".

Xavera cerró los ojos. Al rato se escuchó un ronquido suave que indicaba que su esposa se había dormido. Hito tomó el teléfono móvil que estaba en la mesita de noche y luego llamó al número de James.

"James, tengo algo que decirte", dijo Hito después de que James contestara su llamada.

"Sí, señor".

"Mañana mi esposa solicitará trabajo en nuestra empresa. Acéptala y colócala en una buena posición. Una cosa más, borra el historial de la lista negra de mi cuñado. De esa manera, podrá trabajar en la empresa que desee", dijo Hito.

"Está bien, señor. Mañana lo haré", respondió James.

Continuará.