¿Una Madre Se Puede Volver A Enamorar?

MARINA

Hoy al salir del trabajo pasé por Dayra para ir con Lore al centro comercial, voy a buscar un vestido para la cena de hoy, ayer acabamos muy tarde y quiero aprovechar el tiempo con mi hija también.

Pasamos por varias tiendas y no encontraba lo que estaba buscando, la verdad es que al verme al espejo no me gusta como me veo, aunque Dayra y Lore me motivan, yo sé que no es verdad.

Compramos helados y algunas playeras para Dayra, Lore pasó a una tienda de ropa íntima y compró bragas comestibles, yo no tenía idea que eso existía, aprovechamos que Dayra estaba en un taller de pintura, yo me quedé afuera de la tienda con un ojo hacia Dayra y otro hacia Lore que me preguntaba si a Manuel le gustaría tal o cuál cosa, yo simplemente le dije, "no importa lo que te pongas, el se encargará de quitarlo lo más pronto posible", la verdad envidio esa parte de sentirse deseada y de estar con un hombre que te quiera devorar, recuerdo que cuando éramos jóvenes así fue la relación con Iván, pero se fue apagando hasta que llegamos a dormir espalda contra espalda, tengo ya un año sin sentir ni siquiera una caricia en mi rostro de su parte.

Salgo de mis pensamientos, pues Dayra ha terminado su obra de arte, "Te quedó maravillosa", le digo muy orgullosa.

Pasamos a una última tienda de tallas Curvi, ahí la chica que atiende que también es de esta talla fue muy amable y me dió varias sugerencias, la verdad encontré un vestido con el que me sentí a gusto, tiene los hombros descubiertos, tipo mullet, color negro, sentí que era un poco caro, pero Dayra y Lore me convencieron de que lo comprara.

Salí contenta con la compra pensando que tenía unos zapatos que le venían muy bien.

Dejé a Lore en el Bar de Manuel y después me fuí a casa a terminar de arreglarme, ya era bastante tarde, pero la verdad, es una fiesta, ni que hubiera que checar entrada.

Me despido de Dayra y mamá que están haciendo hot-cakes para la cena, y les digo que no me esperen temprano.

Pido un vehículo de plataforma, pues voy a regresar con Iván y se ve el cielo como si fuera a llover, se siente el aire y hasta el olor a lluvia, pero sería la primera de la temporada.

Me cancelan dos, me estoy desesperando, bueno, ni modo me subo al coche y ya mañana veremos quién va por el coche al cuartel.

Llego al cuartel, se escucha hasta afuera la música, estoy tan nerviosa, me preparo para hacer mi entrada triunfal, mi cabello lacio y abundante cae sobre mi espalda, pero dudo en entrar así como así, por lo que decido llamar a Iván.

Marco y timbra la primera vez y se cuelga de inmediato, insisto de nuevo y entra la llamada.

IVÁN: Diga

MARINA: Hola, puedes salir un momento , necesito hablar contigo.

IVÁN: Voy para allá

(Se escucha molesto)

Sale del salón y se ve molesto y asombrado al verme .

IVÁN: ¡QUÉ ESTAS HACIENDO AQUÍ!

MARINA: Decidí venir.

IVÁN: Demasiado tarde, vete a la casa, en la mesa no hay lugar para tí, por eso te pregunté con tiempo.

MARINA: Pues no me importa si me voy a otra mesa, soy la esposa del Coronel, tengo derecho a entrar.

IVÁN: ¡ESTÁS LOCA! no puedes simplemente llegar y hacer un desorden en un evento que lleva muchos meses de organización.

MARINA: Eso no me interesa

Doy un paso y él me toma del hombro y empieza a caminar alejándome de la entrada del salón.

IVÁN: (Tengo que deshacerme de esta mujer de inmediato o me va a causar un problema, esto va a ser doloroso pero es la única forma de que se vaya de aquí) ¿Y así pensabas entrar?

Iván me observa con disgusto de arriba abajo, me sentí tan avergonzada que casi quería salir corriendo.

IVÁN: Si pensabas venir, por lo menos te hubieras vestido adecuadamente para la ocasión, o no, ya entiendo, el punto era dejarme en ridículo, ¡que vean lo mal que se ve la esposa del Coronel!, no pues así de seguro me ibas a avergonzar.

(Yo veía a Iván incrédula de lo que estaba escuchando, no quería llorar para no darle el gusto, pero las lágrimas de coraje salían de mis ojos sin poderlo evitar, trataba de hablar, pero no me salían palabras, mientras Iván seguía atacándome sin compasión alguna).

IVÁN: Espero que tengas un poco de amor propio y te vayas a la casa, antes de que alguien te vea, yo dije que estabas enferma para poder disculparte por no venir, ahora no me vas a dejar como un mentiroso.

MARINA: No es mi culpa que le mintieras al General, bien podrías decirle que no quería venir porque descubrí que me eres infiel.

IVÁN: Esas son alucinaciones tuyas, inventos de tu cabeza.

MARINA: Pues no me importa lo que digas, yo voy a entrar.

(Iván me toma fuertemente del brazo y me acerca a mi coche, como el tiene llave, lo abre y literalmente me empuja hacia adentro, se ve una luz, como un flash de cámara, él voltea a todos lados pero no ve nada).

MARINA: ¡ERES UN IDIOTA! me lastimas.

IVÁN: Por última vez te digo, vete a la casa, no quiero que estés aquí, no quiero que me vean contigo, no quiero darles de qué hablar a las personas que están aquí, yo merezco una mujer mejor que tú.

(Iván cierra la puerta del coche de un golpe y se va de nuevo al salón, yo me quedo inmóvil en el auto, no sé que hacer, las lágrimas siguen brotando y no puedo detenerlas).

Le llamo a Lorena, pero no me contesta, que tonta soy, de seguro está disfrutando de su adonis de barba roja, por supuesto que no me va a responder de la llamada, arranco el coche y me voy lentamente, no quiero llegar a casa, no quiero que me vean así, y lo que me faltaba, empieza a llover, no sé si la lluvia de afuera es más intensa que la que brota de mis ojos, pero el ambiente es igual.

Me recrimino por querer arreglar las cosas, por dejarme humillar de esa manera, sigo llorando, tanto que tengo que detener el coche.

Veo el celular, me acaba de llegar el mensaje de buenas noches de cada día de Darío, de un arrebato le marco.

DARÍO: Aló

MARINA: (Solo se escucha el llanto) perdón

DARÍO: ¿MAR qué te sucede?

MARINA: Nada, solo quiero preguntarte si sigue en pie el viaje a España.

DARÍO: Si, es un hecho, sería dentro de 9 días, por mí quisiera que vinieras desde antes, para mostrarte la ciudad y no solo sea todo trabajo, pero sé que dejar a Dayra será muy difícil.

La voz de Darío siempre me tranquiliza, voy dejando de llorar mientras lo escucho

DARÍO: ¿Entonces me das luz verde para verificar alojamiento, viáticos, etc.?

MARINA: Sí

DARÍO: Me haces el hombre más feliz del mundo.

MARINA: Gracias

DARÍO: Gracias ¿de qué?.

MARINA: Solo hablar contigo me hace bien

DARÍO: Ahora que estás más tranquila, ¿me quieres decir que tienes?.

MARINA: Por ahora no, pero cuando vaya contigo te lo platicaré todo, ¿está bien?.

DARÍO: Es cuando tú quieras, solo quiero que recuerdes que siempre estaré aquí para escucharte y apoyarte.

MARINA: Muchas gracias, en verdad lo aprecio mucho, ahora voy a continuar mi camino, ando en la calle.

DARÍO: Por favor, no cuelgues la llamada hasta que llegues a tu casa, así puedo estar tranquilo.

MARINA: Está bien, lindo día.

DARÍO: Buenas noches princesa.

Conduje hasta llegar a casa, me sentí tranquila pues Darío estaba en llamada conmigo, me despedí y corte la llamada, ví que estaba todo oscuro, ya se habían dormido, así que me fuí a mi habitación y pensando el viaje a España me dormí.