Después de sufrir una traición, Sofía va a un bar con la intención de ahogar sus penas. Allí encuentra a un hombre desagradable que usa métodos sucios para llevarse a una mujer a la cama, drogándola. Pero por suerte, y sin saber que en realidad la mujer que terminó en sus brazos está drogada, Henrique Guzmán, un CEO respetado por todos, termina pasando una noche de amor con ella. Pero como no todo en la vida es color de rosa, Sofía despierta al día siguiente sin recordar mucho de la noche anterior, y se va. Un año y tres meses después, él la encuentra. Y con el paso del tiempo, Henrique descubrirá que aquella noche abrumadora, resultó en una hermosa niña.
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Capitulo 20
Sofía
La noche para mí fue muy tensa. María pasó toda la noche con fiebre y muy llorosa.
Y hoy mi trabajo no rindió mucho. Tengo que llevar unas carpetas a Henrique, revisarlas. Y ver si está de acuerdo conmigo y con Rebecca desde nuestro punto de vista.
Antes de entrar en la oficina de Henrique, Mónica se acerca a mí y me dice que me ve pálida. Bueno, sé muy bien por qué.
He estado trabajando mucho en los proyectos últimamente. Y aunque cuento con la ayuda de Rebecca, el trabajo es mucho. Hay muchos proyectos que caen en nuestras manos para ser evaluados.
Aparte de que anoche no dormí ni un minuto siquiera.
Le digo a Mónica que estoy bien. Ella no me cree mucho, pero no insiste. Llamo a la puerta de la oficina de Henrique y él me da permiso para entrar.
De inmediato noto su mirada sobre mí. Parece preocupado. Wow, ¿estoy tan mal?
Me pierdo un poco en su mirada y termino dejando caer las carpetas al suelo. Me agacho para recogerlas. Pero pronto me doy cuenta de que Henrique también está agachado junto a mí, ayudándome a recoger las carpetas del suelo.
Me da vergüenza por mi tontería de dejar caer las carpetas. Le pido disculpas sin tener el coraje de mirarlo.
Pronto siento su mano sobre la mía. Lo miro incrédula, pensando si fue intencional. Pero su expresión sorprendida me hace darme cuenta de que no lo fue.
Nos quedamos aquí mirándonos por un tiempo más, siento mi respiración acelerarse cuando siento el roce de su mano acariciando mi rostro.
Él me besa. Un beso calmado, pero pronto pide paso con su lengua en mi boca, y cedo aún más al beso.
Nos separamos en busca de aire. Lo miro y mi ficha cae. Joder, esto no debería haber pasado.
Esto es lo que he estado evitando desde que empecé a trabajar aquí con él. Él me mira, pareciendo preparado para decir algo.
Me levanto a la velocidad de la luz y me volteo para salir de su oficina, dejando las carpetas que traje en el suelo.
Antes de llegar a la puerta, él sujeta mi mano. Lo miro sorprendida. Y sus ojos brillan.
- Sofía\, ¡no te vayas! Vamos a hablar.
- Esto no debería haber pasado. ¡Lo siento Henrique! Tengo que irme.
Retiro mi mano con cuidado y salgo de su oficina. Cierro la puerta y respiro profundamente. Miro a Mónica que me está mirando preocupada. Pero antes de que pueda decir algo, salgo de allí directo a mi oficina y cierro la puerta.
Estoy apoyada en la puerta cerrada, buscando el aire que me faltó hace un momento. El recuerdo del beso que nos dimos en su oficina está presente en mi mente. Siento todo mi cuerpo caliente.
Henrique, esto realmente no debería haber pasado. He cerrado mi corazón al amor. Solo en él cabe el amor por mi hija.
No puedo dejarte entrar. Pero estás actuando como un ladrón, entrando sin permiso.
Me quedo aquí por un minuto y mi celular suena encima de la mesa. Corro a cogerlo. Y veo que es una llamada de Marta. La niñera de Ana María.
- Hola Marta. ¿Qué pasa?
Pregunto preocupada, dejé a María en casa aún enferma.
- Hola Sofía. Me dijiste que te llamara si pasaba algo. María tiene mucha fiebre y está llorando mucho. Ya le di un baño\, le di el dipirona tal como me orientaste. Pero no está ayudando.
- Llama a un taxi. Llévala directamente al hospital. No tardaré en llegar allí.
Digo angustiada y Marta me dice que lo hará de inmediato.
Voy a mi bolso, lo cojo. La llave de mi coche está dentro. Abro la puerta y salgo apresurada. Tan pronto como salgo de la oficina, me encuentro con Henrique. Él se dirige hacia mí. Pero no puedo prestarle atención ahora.
- ¡Sofía! ¿A dónde vas? Tenemos que hablar.
- Ahora no\, Henrique. En otro momento.
Salgo sin mirar atrás. Entro al ascensor y me doy cuenta de que ya había personas dentro, las puertas ya se estaban cerrando. Miro hacia afuera y veo a Henrique corriendo hacia el ascensor. Pero antes de que llegue, las puertas se cierran.
Tan pronto como llego al primer piso, corro apresurada hacia la salida. Entro a mi coche y salgo a toda velocidad.
En todo el camino intento llamar a Marta, pero no me contesta. Siento un miedo enorme, me consume.
Unos buenos minutos más. Minutos que me parecieron una eternidad. Pronto divisé el hospital donde suelo llevar a Ana María. Aparqué el coche rápidamente. Y me apresuré a entrar en el hospital.
Encuentro a Marta con María llorando en brazos en la sala de espera. Corro hacia ellas. Marta me ve y parece respirar aliviada.
Me acerco y cojo a María en brazos. Está muy abrigada, y eso me asusta.
- Mi amorcito\, por el amor de Dios. Dile a mamá qué te pasa.
- ¿Mamá?
Oigo una voz gruesa detrás de mí. Me doy la vuelta rápidamente con María aún en brazos, sollozando. No es posible. ¿Me ha seguido hasta aquí?
- ¿Henrique?