"AUT VIAM INVENIAM AUT FACIAM" (encontraré mi camino o haré el mío yo misma) - susurró en latin. Era una declaración de guerra. "Él pasaba horas dibujándola a ella en papel y ella se pasaba las horas dibujándole palabras de amor en la piel. Habían estado seis meses juntos y habían vivido mil cosas. Creyó que le conocía como nadie. Ahora debía aprender que nadie conoce a nadie. La traición siempre es más dolorosa cuando quien la comete es el más amado por ti."
Bixby es una experta en matar y proteger. Toba la convierte en su numerale, su mano derecha. Él es el jefe de todos los jefes de la mafia y juntos se convierten en invencibles. Todos la llaman L'onorevole del Don y la consideran el bien mas preciado del jefe. Entre ellos saltan chispas y Toba no tarda en convertirla en su goomah (amante). Pero la hermosa asesina, no es adecuada para ser la gran señora de la casa al lado de él y elige a otra mujer como su esposa.
Nunca mas le permitirá verla ni acercarse a ella.
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Respeto, lo primero
Capítulo 24
Respeto, lo primero
Bixby recibe la llamada de su nuevo jefe. Ya es hora de que vuelva y lo sabe. Ha estado en el refugio y fuera del trabajo casi dos meses, recuperándose del agujero de bala. Ahora apenas se ve la marca blanquecina de una cicatriz que en realidad es muy pequeña, comparada con todas las que le cruzan el cuerpo.
Se mira en el espejo de cuerpo entero, desnuda. Sí, realmente está llena de cicatrices de todos los tamaños y formas. Cada una es el recuerdo de una decisión que tomó hace tiempo y no se arrepiente de ninguna marca pues todas ellas son la prueba palpable de que es la dueña de su vida.
Suspira y arruga la frente un poco. Le toca volver a trabajar con su crush y está más preocupada por enfrentarse a Toba que por su trabajo de matona a sueldo. Cuando está luchando no necesita controlar nada, simplemente deja que salga toda su furia asesina y ese es un sitio conocido donde se siente cómoda. Pero el campo de batalla con su jefe es un área de juego distinta que ella no conoce.
Ya se verá.
......................
Bixby retorna a la casa grande. Toca el botón que comunica con la casa para que abran la verja. Se da cuenta por primera vez de que la cámara de la entrada tiene los cables fuera y no está segura de que esté en funcionamiento.
Se pregunta qué nivel de seguridad tienen ahí. Alto nivel ¿no?. Es la casa grande... Decide hacer una prueba tonta. Le responden por el intercomunicador y dice que es Kim Kardashian. Le dice al encargado de abrirle que tiene una cita con el señor Gutiérrez.
Cuando le contestan que no está registrada ella protesta diciéndole que es la chica del jefe y que si acaso quiere perder su empleo. Después de unos segundos, le abren.
Bixby no puede creer lo mal que empieza. Entra como Pedro por su casa sin que nadie le pregunte nada. Algunos la conocen pero la mayoría no, puesto que hasta ahora solo ha trabajado en el regime de Enzo, y como mucho cinco o seis miembros de todo el clan la han visto alguna vez.
Llega hasta el despacho sin que nadie le pregunte siquiera qué hace ahí o quién es, y sin tocar, entra. Toba está sentado al fondo tan tranquilo y levanta la cabeza al verla, pero sigue escribiendo y en lo que estaba. Así que ella se sienta en un sillón cercano y espera con los ojos cerrados hasta que él decida darle indicaciones.
El encuentro es raro. Hay un choque eléctrico entre ellos incluso a esa distancia. Toba se sorprende de que al verla entrar, algo en él vibró intensamente. Así que no le hizo caso, tomándose el tiempo de tranquilizarse. Finalmente, concluye con lo que hacía y se echa hacia atrás en el gran sillón.
- Mucho tiempo sin verte. ¿Dónde has estado?
- Aquí y allá. Ya sabe, señor
- ¿La herida?
- Perfectamente. No se nota la cicatriz
Él gruñe y se remueve en la silla. Esa mujer sigue tan distante como el día que despertó en la casita y casi le dejó de hablar. Nunca sabía a qué atenerse con Bixby y eso no le gustaba. Toba está acostumbrado a que las mujeres lo miren arrobadas por su belleza y su encanto. En general todas lo tratan con dulzura y cierta dosis de sumisión. Menos la "elementa" esta que, o bien se burla de él, o bien lo trata con la misma frialdad que se sentiría estando en el Polo Sur a mediodía.
Y eso le molesta. Y aún le molesta más darse cuenta de que le molesta. Esa mujer, definitivamente, no le gusta. Sin embargo, se sintió un poco celoso cuando Sebas la estuvo coqueteando en la cabaña. Y se sintió muy bien cuando ella le dijo que era toda suya. Se sintió... increíblemente bien.
Ahora que lo piensa, con ella y con Marián parece tener algo, aunque de forma muy distinta. Su cabeza opina que Marián es la adecuada y es su tipo de mujer, educada, femenina y refinada. Pero su cuerpo se siente bien cuando está cerca de Bixby que no es su tipo, descarada, masculina y agresiva, y eso no lo sintió nunca con Marián. En cuanto a su corazón, no sabe en qué lado está. Borra todo esto de su cabeza por el momento y se dirige a la chica.
- Ya que estás bien, a partir de ahora, estarás siempre cerca. Irás conmigo a todas partes ocupándote de mi seguridad, salvo en esta casa
- En esta casa no está a salvo
- ¿Cómo así? - se asombró él.
- Necesita revisión de los protocolos de seguridad. Están descuidados. Entré diciendo que soy Kim Kardashian y que venía a ver al señor Gutiérrez
- ¿Quién es ese?
- No sé quién es, pero aquí no vive, desde luego
- Ja, ja , ja. Entiendo
- Aun así, llegué hasta su despacho sin que nadie me detuviera
- ¿De verdad?
- De verdad
Él se reía por las ocurrencias de ella.
- Estoy jodido, entonces. La mansión del capo más importante de la mafia está más abierta al público que si fuera un museo el domingo
En otro momento ella se hubiera reído con él y seguiría con las bromas. Ahora lo miraba sin ninguna expresión en la cara.
- Me ocuparé de eso mientras estoy aquí.
- Bien. También necesito que te prepares para salir en estos días a la reunión de las familias. No necesito decirte lo complicado que suele ser.
- Lo entiendo. ¿Algo más?
- Trae el almuerzo. Te lo entregarán en la cocina.
Él está mirando algo en unos papeles cuando le dice esto, de modo que sutilmente le está indicando que se puede ir y también la está poniendo a prueba. como no levantó la cabeza no vio la expresión de ella que, por un segundo, expresó claramente su deseo de mandarlo a...
Varias horas más tarde.
Bixby se ha ocupado de revisar al milímetro la seguridad de los exteriores de la casa, acompañada de dos de los trabajadores de la mansión. Va tomando notas y pidiendo muchos de los cambios necesarios. La gente entra y sale demasiado fácilmente cuando no están en situación de alerta.
En cuanto a las cámaras y los otros dispositivos, la mitad no funcionan y además Valeria había hecho de las suyas para perjudicar la seguridad y tener mejor acceso a Toba, así es que la sala de control necesitaba ser completamente reorganizada.
Por otra parte, la casa estaba llena de escuchas, colocadas por la hermana pequeña de la familia y nadie se molestó en retirarlas. Dentro, en las habitaciones y pasillos, la seguridad era muy deficiente. Bixby suspiró con cansancio porque no pensaba tener tanto que hacer desde el primer día.
Toba se cruzó con ella en dirección a su habitación y la detuvo.
- Te dije que trajeras mi comida
Ella lo miró.
- No voy a hacer eso
Toba la miró con sorpresa. ¿Se atrevía a decirle que no a él?.
- Examine las funciones que cree que tiene su numerale, señor. Servir comidas no entra en mis desempeños. Permiso
Y siguió andando y revisando los techos del pasillo.
- ¡Detente ahí Alejandra Díaz!
Así que sabía su nombre, pensó Bixby. ¿Quizá él creía que por llamarla en ese tonito le iba a meter miedo?. Ella ladeó la cara para mirarle curiosa y expectante.
- No he terminado de hablar
Ahora estaba cabreado con ella. Se acercó y la empotró contra la pared sujetándole las manos sobre la cabeza.
- A ver, nena. Me tratas con respeto, lo primero. Lo segundo, me lo hubieras dicho en el despacho que no ibas a servir mi comida. Lo tercero, espera a que yo te diga que te puedes ir. ¿Estamos? Soy el Don. No te olvides de tu lugar.
Ella parpadeó. Bueno... vale que se había pasado de prepotente al contestarle. Pero estaba enfadada porque él la trató como a una criada, adrede, de eso estaba segura. Bajó la mirada frente a él y relajó el cuerpo, dándole a entender que se sometía.
Funcionó de inmediato porque él hombre dejó de apretarle las manos con tanta fuerza. Pero no la soltó y en vez de eso, pegó todo su cuerpo al de Bixby y le susurro.
- Así está mejor, ¿ves?
Bix estaba electrificada. El cuerpo de él desató una descarga en ella y estar tan cerca hizo que su nariz quedara enterrada en el pecho de él. La fragancia a hombre que despedía Toba, la mareó y la hizo temblar. Él no veía su cara pero ella pestañeó varias veces con estupor. Además notaba el aliento de él en su oído y le resultó más sensual que una caricia con la mano sentir como soplaba su aliento ahí.
El se separó y miró desde su altura a la pequeña numerale.
- Mi habitación es la última de este pasillo. La tuya es la de la izquierda al lado de esa. Ya puedes irte
Y con eso la despidió, tan fresco y sonriendo malévolo, dándole una palmada en el culo.