La Princesa Abandonada Por Su Manada

Llegué a una habitación que tenía muchas herramientas de trabajo, el rey se acercó a una de ellas y tomó una que era para marcar el ganado.

Abrí los ojos asombrados ante lo que planeaba hacer con ella, calentó este acero a un fogón que estaba encendido, luego se descubrió el brazo y se marcó con él. El grito del rey, hizo que me cubriera mi boca por el miedo a que saliera un sonido de esta, no sabía lo que planeaba al hacer aquello. Se acercó a mí para que viera como su habilidad como lobo es curar las heridas; sin embargo, para mi sorpresa su recuperación era lenta en comparación a lo que a mí me sucede.

- Lo vez princesa, mi habilidad para sanar es buena, pero imagino que la tuya es superior_ decía él con fascinación

Me gustaría comprobar eso también_ dijo

Una parte de mí temía que esto fuera a pasar, por su postura y su actitud segura, era mejor que aceptará por las buenas. Quizás así pueda buscar la manera de escapar de este sujeto, pensé y

estire mi brazo para qué usará su fierro de marcar.

- ¿Entonces me dejas que te marque?_ preguntó con sorpresa

Pensé que la princesa se resistiría a esto.

- De todas maneras querrás hacerlo ¿no?_ dije

Su expresión cambió de pronto y me sujeto el mentón con fuerza. No entendía bien... él solo quiere asegurarse de mis habilidades.

- El fierro que usaré es uno que deja marcas a cualquiera de nuestra especie_ susurró teniendo sus ojos fijos en los míos

Esos ojos que tienes me hacen perder la cabeza Ágatha, deseo tanto que puedas ser mía, después de esto me perteneces_ afirmó y me soltó

Es un psicópata, pensaba mientras se alejaba para calentar el dichoso fierro que deja marcas, me enseñó otra parte de su brazo y tenía en ella una marca, con la letra N.

- Si logras curarte de eso no dejaré que alguien más te tenga_ decía

- Si realmente amas a alguien no le haces estás cosas rey_ dije con seriedad y él se detuvo.

- Yo... bueno... Solo quería verificar lo maravillosa que eres. Deseo que llegues Amarme_ murmuró pensativo

Sus actitudes me dejaban perpleja, no entendía su manera de pensar. Sus acciones no parecían coincidir, aún tenía el fierro en sus manos lo que aún me ponía nerviosa.

- Pero necesito saber si la princesa es tan especial como yo lo imagino_ diciendo esto sentí el fierro quemar mi brazo, ardía más de lo que podría imaginar, pero el dolor no se comparaba al miedo que este hombre me producía.

La ropa se pegaba a mi piel y él trajo agua para aliviar la sensación de dolor, cuando el agua me cayó volví a gemir de dolor.

- Esos sonidos que haces me encantan_ decía

- Estás loco, quiero volver a la habitación_ dije con los ojos vidriosos

Intento tocar mi rostro y yo simplemente me alejé, comencé a enseñar mis dientes afiliados y mi actitud de defenderme.

- Entiende por favor, tú tampoco comprendes la magnitud de lo que es tú don_ decía tomando mi brazo con brusquedad

Increíble_ y sus ojos brillaban

 Observé mi brazo y efectivamente no había marcas de ningún tipo, estaba sano. Cuando Cony me torturó y me curaba con lentitud, jamás sospeche de que yo fuera especial ni nada. Albina me dijo que la droga que usaron para que mi loba no se presentará y mis habilidades no se notarán fue lo que generó eso. Por supuesto Esmeralda jamás supo de ello, ni lo sospechó, ella simplemente lo hizo para lastimarme. En ese momento volví a renovar mi odio hacia los que me hicieron daño, y este hombre estaba de una manera más camuflada haciéndome lo mismo.

- No quiero que me vuelvas a tocar_ dije con voz asesina

- Al confirmar esto no volveré a lastimarte mi hermosa princesa, ya que será la reina de todo_ diciendo esto tomó mi barbilla para intentar besarme

Gire mi rostro y le exigí nuevamente que me llevará a mi habitación.

- Serás mía de una u otra forma mi princesa_ sonrió

Su insinuación me dió escalofríos y me levanté para marcharme, él siguió mis pasos, conduciéndome a la habitación que ocupaba.

- Descansa hermosa princesa del clan Diamante_ término diciendo y se alejó

Me arrojé a la cama y comencé a llorar de impotencia, temblaba de miedo por qué a diferencia de los demás enemigos que tenía, Iván era impredecible. Sentía en el olor de mi hermana y de lo que le hacía, sentí náuseas. Su vínculo es fuerte, pero aun así él me prefiere a mí como su reina.

- Te necesito Edric_ susurré

Cuando me dormí soñé con mi muerte, y que había alguien que lloraba con ella, sus cabellos rojos como el fuego y la sombra de un hombre gigante y oscuro que apuñaló su corazón, mientras sostenía mi cuerpo. El hombre era feroz, sus ojos parecían congelar el ambiente, era temible. Desperté en medio de la noche sudorosa y ansiosa, escuché los gritos de Esmeralda, supuse que estaba siendo torturada y me cubrí los oídos con la almohada.

< Ahora es buen momento para que escapemos_ alentó Albina

Narrado por Edric:

Estábamos en problemas y todos lo sabíamos, yo estaba preparado para cualquier situación y eso fue lo que acordamos con mi madre quien se quedó en el castillo junto a la esposa del rey del Oeste Débora. Les dije que si no llegamos hoy de vuelta o no había noticias debían estar preparadas para iniciar un conflicto de naciones, por supuesto ese escenario no lo veíamos probable, pero, las cosas en el reino sur eran más complicadas de lo que imaginábamos. Jamás sospechamos que el hermano del anterior rey en el norte había infiltrado en la nación Sur, que él se encargó de controlar a los fanáticos por años e infiltró espías para hacer sus movimientos. Supongo que Iván quien tiene a Agatha en su poder, desconoce aquello.

Debía protegerla, su madre estaba parada a mi lado y parecía que en cualquier momento sus fuerzas se irían, el golpe emocional de saber que su esposo e hijas hubieran sido utilizadas bajo sus propias narices es algo difícil de digerir.

- Tranquila mi reina, todo saldrá bien_ susurré y ella con gentileza sujeta mi mano para animarse

Deseaba ver el rostro de mi amada Ágatha cuando descubriera que su madre estaba viva y que ha protegido su secreto, incluso perdiendo todo lo que amaba.

Elias trajo más guardias y soldados, nos obligaron a permanecer en el castillo, no podíamos iniciar una guerra bajo estás condiciones.

- ¿Cuál es tu verdadero propósito?_ preguntó Gastón el rey del Oeste

- Mi deseo siempre fue ser el rey de una nación. Pero ahora porque conformarme con eso solamente_ decía meditando y encogiendo los hombros

Podría programarme como el emperador de las cuatro naciones_ dijo esto y su sonrisa se volvió siniestra

Supongo que como los principales reyes están acá podría hacer mi movimiento. Y se transformó en un gigantesco lobo gris...

Él sujeto pretende acabar con los dos reyes... Y también conmigo.