**"EL Eco Del Pasado"** es una novela de romance contemporáneo que sigue la historia de Dante y Emilia, dos almas marcadas por un oscuro pasado y un matrimonio forzado. A medida que enfrentan peligros, traiciones y fantasmas de su historia, descubren que el verdadero amor puede florecer incluso en los momentos más difíciles. Juntos, emprenden un viaje hacia la redención y la paz, buscando dejar atrás las sombras y construir una vida llena de esperanza y nuevos comienzos. Es una historia sobre la fuerza del amor para sanar, perdonar y renacer.
NovelToon tiene autorización de Araceli Settecase para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 6: Secretos Entre Sombras
El sol se alzaba lentamente sobre la mansión Moretti, iluminando sus altos muros de piedra con un suave resplandor dorado. La mañana parecía tranquila, pero en el corazón de Emilia, la tempestad que había comenzado la noche anterior seguía rugiendo. Después de la conversación con Dante, apenas había dormido, su mente atrapada en una maraña de pensamientos e inquietudes. Sabía que estaba viviendo en un mundo que no comprendía del todo, un lugar donde las apariencias eran todo y donde cualquier desliz podía ser fatal.
Bajó a la cocina temprano, buscando algo de consuelo en la rutina. El personal de la casa la saludó con la misma formalidad de siempre, sin saber la tormenta interna que Emilia intentaba calmar. Se sirvió una taza de café y se sentó junto a una de las grandes ventanas que daban al jardín. Desde allí, podía ver el invernadero, el único lugar donde todavía se sentía ella misma. Sin embargo, después de lo que había descubierto, incluso ese refugio parecía teñido de incertidumbre.
Sumida en sus pensamientos, Emilia no se dio cuenta de la llegada de una de las criadas, hasta que sintió una mano suave sobre su hombro. Era Rosa, una de las sirvientas más jóvenes y la única persona en la casa que le había mostrado algo parecido a la amistad.
"Señora, ¿se encuentra bien?" preguntó Rosa con una voz llena de preocupación.
Emilia esbozó una sonrisa forzada. "Estoy bien, Rosa. Solo tengo muchas cosas en la cabeza."
Rosa asintió, pero no se dejó engañar. "Se nota que algo la está molestando," dijo en voz baja. "Si necesita hablar, yo siempre estoy aquí."
Por un instante, Emilia se sintió tentada a contarle a Rosa lo que había descubierto, pero sabía que era un riesgo demasiado grande. "Gracias, Rosa," respondió con gratitud sincera. "Eres muy amable, pero no quiero preocuparte con mis problemas."
Rosa le dio un apretón reconfortante en el hombro antes de retirarse, dejándola sola con sus pensamientos. Emilia observó su taza de café y decidió que no podía seguir ignorando lo que había aprendido. Si iba a sobrevivir en esa casa, necesitaba entender mejor las reglas del juego, y la única manera de hacerlo era obteniendo información.
Dejó la taza sobre la mesa y se levantó, dirigiéndose al ala de la mansión donde estaban los archivos familiares. Recordaba que Dante había mencionado una vez que allí se guardaban documentos importantes sobre la historia y los negocios de los Moretti. Si había algo que pudiera ayudarla a comprender mejor su situación, lo encontraría allí.
La mansión era un laberinto de pasillos y habitaciones, pero Emilia había memorizado cada rincón durante sus exploraciones previas. Encontró el archivo familiar detrás de una puerta pesada de roble, que crujió cuando la empujó para entrar. El lugar estaba lleno de estantes con carpetas, cajas de archivo y libros antiguos, y aunque el ambiente era algo opresivo, Emilia sintió un extraño impulso de adentrarse en el mar de documentos.
Comenzó a revisar algunas de las carpetas más cercanas, encontrando principalmente registros financieros y contratos de negocios que no comprendía del todo. Sabía que lo que buscaba no estaría en los primeros documentos, así que decidió explorar más a fondo. A medida que avanzaba, descubrió una sección del archivo con documentos mucho más antiguos, algunos de ellos escritos a mano y otros en máquinas de escribir anticuadas.
Uno de los documentos llamó su atención: una carpeta de cuero que parecía más vieja que cualquier otra cosa en el archivo. La tomó con cuidado y la llevó a una mesa cercana, donde la abrió para examinar su contenido. Dentro, encontró una serie de cartas, todas dirigidas a miembros de la familia Moretti, con fechas que se remontaban a varias décadas atrás.
Mientras leía las cartas, una imagen comenzó a formarse en su mente. No se trataba solo de negocios; las cartas hablaban de alianzas matrimoniales, de pactos sellados entre familias poderosas, y de las expectativas que se imponían a quienes llevaban el apellido Moretti. Emilia leyó con creciente ansiedad cómo esas alianzas no siempre habían sido felices, y cómo algunos matrimonios habían terminado en tragedia debido a las estrictas normas que regían a la familia.
Una de las cartas, en particular, la dejó helada. Estaba fechada hace más de cincuenta años y mencionaba a una mujer que había intentado romper con las tradiciones familiares. La carta no especificaba lo que había ocurrido, pero hablaba de "consecuencias irreversibles" y de cómo la familia había tenido que "restaurar el honor perdido". Emilia sintió un escalofrío recorrer su columna al leer esas palabras. ¿Qué tipo de consecuencias habría sufrido esa mujer? ¿Qué tan lejos estaba dispuesta a llegar la familia Moretti para proteger su reputación?
De pronto, Emilia se sintió observada. Levantó la vista y vio a Dante en la puerta, mirándola con una expresión indescifrable. No había oído cuando entró, pero su presencia la hizo sentir expuesta.
"¿Qué haces aquí, Emilia?" preguntó Dante con voz calma, pero con un tono que insinuaba que no le gustaba lo que veía.
"Quería entender más sobre esta familia," respondió ella, cerrando la carpeta de cuero. "Hay tanto que no sé, y si voy a vivir aquí, necesito saber a qué me estoy enfrentando."
Dante caminó lentamente hacia ella, sus ojos fijos en la carpeta. "Hay cosas en estos archivos que sería mejor que no conocieras," dijo, tomando la carpeta de sus manos con delicadeza. "No quiero que te preocupes por el pasado. Lo que importa es cómo vivimos en el presente."
"Pero el pasado afecta el presente, Dante," insistió Emilia. "Hay secretos en esta familia que podrían destruirnos si no los entendemos."
Dante la miró fijamente, su expresión grave. "Tienes razón, Emilia. El pasado siempre está con nosotros. Pero algunas cosas es mejor dejarlas enterradas. No quiero que te sientas atrapada por lo que ocurrió antes de que nacieras. Lo que estamos construyendo es nuestro, no de ellos."
Emilia quiso creer en sus palabras, pero no podía ignorar lo que había leído. "¿Y qué pasa si el pasado vuelve a perseguirnos?" preguntó en voz baja.
Dante se acercó aún más, colocando una mano en su mejilla. "Si eso ocurre, lo enfrentaremos juntos," prometió. "Pero por ahora, quiero que confíes en mí. Te protegeré de cualquier amenaza, Emilia. Esa es mi promesa."
Emilia lo miró a los ojos, buscando la sinceridad en su voz. Quería confiar en él, quería creer que podían superar cualquier obstáculo si estaban juntos. Pero una parte de ella seguía alerta, consciente de que en una familia como la de los Moretti, las promesas podían ser tan frágiles como el papel en el que estaban escritas.
Finalmente, asintió lentamente. "De acuerdo, Dante. Pero si alguna vez siento que algo no está bien, quiero que me lo digas. No quiero más secretos entre nosotros."
Dante sonrió, aunque su sonrisa no llegó a sus ojos. "Lo prometo," dijo, aunque Emilia no pudo evitar notar una ligera sombra en su expresión. Una sombra que le recordó que, en esa familia, la verdad y la confianza eran tan esquivas como la propia felicidad.