Bruno Vólkov, un hombre completamente distinto a sus hermanos. Reservado, un poco timido y distraído.
Con el trabaja una bella mujer de delicadas facciones y de carácter extrovertido. La cual pondrá su mundo de cabeza y se apoderará de su corazón.
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Capítulo 23
Inca
El alcohol en mis sistema, estaba haciendo que tuviera el valor suficiente para besar a este hombre que me vuelve loca. No sabía que besar a Bruno se sentiría así, es como una explosión de sabores y de sensaciones increíbles. Él estaba correspondiendo a mis besos sin ningún problema y sus manos acariciaban mis mejillas con mucha delicadeza. No obstante, no sabía si era yo o el fuego de la chimenea, pero sentía que la temperatura a nuestro alrededor era alta.
A medida que el beso se volvía más ardiente por así decirlo, mi cuerpo quería más y por eso de un movimiento me senté sobre su regazo aprovechando que estábamos en el suelo.
Las manos ágiles de Bruno me sujetaron de mis caderas y al sentir su calor sobre mi piel, no pude evitar que todo dento de mi se estremeciera. Alejándome de sus labios para poder respirar, veo lo hinchados que están sus labios y creo que los míos deben de estar igual.
Deslizo la punta de mis dedos por la comisura de sus labios y es la imagen más sexy del mundo. Bruno desliza sus manos por mis piernas desnudas y él no sabe lo que acaba de despertar en mi.
Vuelvo a atacar sus labios sin importarme nada más que saciar mi hambre de él. De un movimiento rápido y sin separar nuestros labios, Bruno me carga en sus brazos con mucha facilidad.
La verdad no sabía si estábamos en su habitación o en la mía, solamente sentí como fui depositada sobre la cama y lo menos que quería ahora era preguntar cosas sin sentido.
Deslizo mis manos por su espalda buscando el borde de su pulóver para poder quitárselo y una vez lo logro. Pongo mis piernas a cada lado de su cuerpo, dándole así más acceso al mío.
Cuando sentí que mi blusa fue arrebatada de mi cuerpo, pude sentir mis senos desnudos contra su fuerte pecho. Era increíble la sensación de nuestras pieles rosando sin ningún pudor. Pronto ya no quedaban prendas que nos separaran el uno del otro, solamente existían mis bragas y su boxer de por medio.
Una vez nuestros cuerpos estuvieron totalmente desnudos, los besos de Bruno sobre mi piel se sentían más intensos. Era como si quisiera dejar su marca y su esencia por todos lados, algo que me estaba enloqueciendo por completo.
Este hombre era puro fuego y yo era un volcán a punto de hacer erupción en cualquier momento. Me aferro a su rubio cabello y muevo mis caderas para sentir más los movimientos de su boca en mi zona íntima. La cual estaba palpitante y deseosa de placer, sin embargo, después de unas lamidas más. Me aferro con fuerza a las sábanas de la cama por el grandioso orgasmo que acabo de tener.
Siento como mis piernas tiemblan y como los espasmos no han abandonado mi cuerpo. Aún así Bruno no me permite recuperar el aliento y de una estocada certera invade mi cuerpo con toda su gran longitud. Al ser invadida de tal manera, dejo escapar un fuerte gemido y deslizo mis uñas por su espalda hasta llegar a sus nalgas. Las cuales recuerdo quería apretar desde que las vi.
Nunca imaginé que aquel hombre despistado para el amor, fuera semejante animal en la cama. Uno que es capaz de satisfacer todas tus fantasías sexuales en una sola noche.
Los movimientos de Bruno eran fuertes y precisos, capaz de arrancarte gemidos sin parar ni un solo segundo. Es que ni siquiera me di cuenta cuando fui volteada por él quedando de espalda contra su pecho, solamente sentí que su virilidad estaba en lo más profundo de mí y sus movimientos no paraban.
Dejándonos arrastrar por el fabuloso orgasmo que ambos tuvimos. Dejamos nuestros cuerpos sudados caer sobre las sábanas debido a la fatiga.
Nuestras respiraciones eran un desastre total al igual que la cama. No obstante esta había sido mi mejor experiencia sexual sin ninguna duda. Bruno sale suavemente de mi interior y siento como toda su esencia escurre por mis piernas, algo que no me preocupa porque para poder quedar embarazada algún día primero debo someterme a un tratamiento. Esto es algo que les contaré a lo mejor en algún otro momento.
Ahora solamente estoy concentrada en el hombre que acaricia y besa mi espalda como si fuera de porcelana. Es la sensación más bonita que puedes sentir después de un acto como el que acabamos de hacer.
Sin duda una noche maravillosa en los brazos del hombre que amo.
_ ¿Sabes algo Inca? _ Dice en un leve susurro cerca de mi cuello
_ ¿Qué cosa? _ Dije mirando sus ojos.
_ Jamás pensé que podría ser seducido por mi secretaria _ Esbozó una sonrisa y yo igual por sus palabras.
Aún no has visto nada Bruno, nada