Soy La Hermana De La Protagonista

Cuando la carta fue rasgada y la invitación fue revelada, sus músculos se tensaron y su estómago se contrajo. ¿Por qué Melody había mandado una invitación?, Y peor aún ¿A su fiesta de cumpleaños? Con nobles, aristócratas, y su familia.

Familia

Aquella palabra sonaba tan extraña y desconocida en su vocabulario. ¿Siquiera podría considerarlos familia?

No,

No lo eran, y no los consideraría así.

La carta con perfecta caligrafía y un papel extremadamente costoso fue leída detalladamente, haciendo énfasis en las palabras ‘familia’, porque había algo raro en esa carta.

...‘Querida Hermana Meredith,...

...Es un poco descarado de mi parte el enviarte una carta y más si es una invitación para el mismo día, pero estaría encantada que asistieras a mi fiesta de cumpleaño. ...

...Somos familia, espero comprendas mis ganas de conocerte más profundamente, me encantaría tener una relación más familiar con mi única hermana....

...Nunca es tarde para tener una buena relación familiar, si decides asistir enviaré un carruaje una hora después de que el sol se oculte a tu palacio, espero poder verte en la noche. Te presentaré formalmente a nuestra familia, ¿deberías aprovechar la oportunidad y acercarte a padre? ...

...Te quiere, tu querida hermana Melody.’...

Pasando saliva, Meredith comprendió la intenciones de Melody, humillarla, y la misma carta escrita con hipocresía y egoísmo era para resaltar los lujos y sobretodo las conexiones que poseía más allá de su familia.

Era una manera espantosa de presumir aquello que a ella no le había sido brindado.

Pero claro, Meredithth Hockey no se dejaría humillar de una manera tan espantosa y menos frente a toda la sociedad aristócrata.

¿Por qué la hija maldita del Duque asistiría a la fiesta de la santa?

¿No sería comidilla para los periódicos?

¿No sería parte de los rumores de los nombles.

Ah-

Todo era tan desesperante.

— Señorita, ¿Se encuentra usted bien?

Odela le preguntó, al observar la invitación arrugada en sus manos y su rostro sombrío.

— Lo estoy, iré a entrenar más temprano hoy.

— ¿Señorita…?

......................

‘Zash’

‘Zash’

Los golpes interminables con la espada de madera al maniquí de paja era golpes duros y precisos, cargados de algo que la princesa nunca parecía tener. Rabia.

Un golpe no terminaba de ser dado cuando otro era lanzado, el maniquí incluso se ladeaba debido a la fuerza y algunas motas de paja caían al suelo, el cabello antes amarrado de manera perfecta ahora estaba desaliñado y los mechones se atravesaban en su vista.

Adeus y Robert observaban a la princesa desde la distancia, escuchando el zumbido de la espada en cada golpe, e incluso se podía escuchar la acelerada respiración de la mujer.

— ¿Qué sucede?

Preguntó Robert a Adeus, que sus ojos seguían una fijas en la chica.

— Llegó una carta por parte de la princesa Melody, la han invitado a la celebración de la noche.

— ¡¿Qué?!

Robert gritó tan fuerte ante su sorpresa, que llamó la atención de todos aquellos que en ese momento de la mañana aún entrenaban.

— Cierra la boca, creo que está enojada.

— ¡Lo está! ¡Y con motivo! ¿Quien se cree esa princesa para -Mmhn

Adeus cubrió la boca de Robert, quien seguía peleando aún con las manos impidiendo que fuera capaz de generar alguna palabra.

— ¡Shh! ¡Cállate maldita sea! A este paso moriremos antes de saber que ocurre con la princesa.

— ¡Es obvio que sucede idiota!, ¡Esa señorita está provocando a nuestra princesa!

Ah, Adeus suspiró acariciando sus sienes, que situación más frustrante. La princesa Melody había aparecido el día anterior en el Kiosco y solo problemas había llegado junto con su presencia.

El Duque personalmente, había generado los problemas. ¿Cómo? Sencillo, había regañado a cada uno de ellos por los inconvenientes causados por la princesa, justificando que aquella zona no era para eventos, y así la princesa Melody había resultado ligeramente lastimada.

Cosa maravillosa a su parecer.

Se lo merecía.

Pero la situación se había agravado y ahora la princesa Meredith estába sumida en la ira y desesperación, e incluso el maniquí de paja parecía estar pasándola terriblemente mal.

‘Crack’

La espada de palo y el maniquí de paja se rompieron, ambos al mismo tiempo.

— ¡Ah!

Meredith gritó al cielo y cayó despavorida al suelo, estaba furiosa. ¿Y qué podía hacer para deshacerse de esa rabia? Simple,

La tierra tembló y sus manos se aferraron y enterraron a profundidad en la espesa tierra, y el Mana rosa comenzózo a surgir.

¿Qué estaba haciendo?

Agotarse,

Si se agotaba no iría a ese lugar espeluznante que le causaba escalofríos.

Sintiendo el hermoso Mana vital que brindaba la naturaleza, la primera llegó y los árboles crecieron, las plantas florecieron y nueva vida empezó a crecer en los secos campos de entrenamiento.

Quizás no debería hacer eso, pero el desquite increíble que sentía en tal situación le causaba satisfacción.

— Princesa.

Una suave voz susurro en su oído y apartó sus manos del suelo compacto. Y el movimiento brusco giró en su dirección todo su cuerpo.

— No es bueno manifestar una cantidad tan exhorbitante de mana, y menos si no sabes controlarla.

Aryed intervino y la miró atentamente a sus ojos, con un rostro impecable y extremadamente serio.

— Quiero hacerlo.

— No debes.

— Lo haré.

— No lo harás.

Ah- ¿Cuántas veces había suspirado en un solo día? ¿Por qué ese día era tan fatídico y cansado?

Aryed sonrió ante su rostro frustrado, sin soltar sus manos.

— ¿Ha sucedido algo?

Meredith meditó antes de decir palabra alguna, ¿podría contarle acerca de la invitación?

Era absurda la sola idea de pensarlo, ya que Aryed era el futuro heredero del Ducado Bailey y el mago más talentoso del Imperio, y más allá de eso, también había defendido la zona fronteriza y sus habilidades habían sido reconocidas ante el emperador.

¿No era el perfecto?

— Me ha llegado una invitación.

— ¿Cuál es el problema?

— Es de parte de Melody, quiere que asista a la celebración de la noche.

¿No sería aquello como su debut en la sociedad?

Aryed escuchó atentamente y entrecerró los ojos, pensando seriamente en la situación en que estaba envuelta Meredith, ¿No se traía algo entre manos la anomalía del Duque?

— ¿Quieres ir?

Aryed preguntó, entendía la confusión que debería estar pasando la mente de Meredith, aquel encuentro era más que una invitación, presentarse inesperadamente ante la sociedad, convivir con las escorias de su familia y finalmente soportar los rumores que se extenderían como fuego sobre ella.

Pero para Meredith era más que eso, y la sola pregunta la había hecho reflexionar, ¿Ella…¿Ella quería asistir a esa celebración?

La respuestas era esperada, quería hacerlo, pero no debía, y entre su moral y ética no estaba la palabra ‘asistir’ remarcada, ¿por qué?, por el simple hecho de que nunca en su vida había sido invitada a nada.

Ni siquiera en la pasada.

Entonces si.

La respuesta era si.

Pero no quería ni imaginarse todo lo que pasaría al llegar a ese lugar, ¿Sería señalada?, ¿sería tachada como grosera? ¿Sería tratada mal? ¿Perderían la educación frente a ella?

Si,

La situación era complicada.

Por eso estaba furiosa.

Por la ilusión de asistir a un evento de época que probablemente rompería sus ilusiones y destrozaría su corazón.

— Ya veo.

Aryed respondió ante su inesperado silencio.

— Meredith.

Aryed llamó a su nombre, e inevitablemente la mujer dijo sus ojos en los esmeralda de él, sintiendo una suavidad palpable que quizás nadie más en ese lugar podia sentir.

— ¿Te gustaría ser mi acompañante?

— ¿Qué…

Meredith quedó estática en su lugar ante la propuesta inesperada que le había ofrecido Aryed. E incluso su sonrisa se hacía más grande ante la inesperada reacción de ella.

— Se mi acompañante.

Oh vaya,

Ahí estaba otra vez la propuesta.

— Iré, si tú vas conmigo, de lo contrario, me quedaré.

¿No era…

¿No era eso una clase de propuesta indirecta?

En la sociedad aristócrata, ser acompañante de un caballero y más aún si está en la edad de casarse es una forma de comprometerse de manera indirecta.

Aquello afirmaba que allí había una relación no formalizaba pero aclaraba que aún así la pareja estaban juntos.

¿Qué quería decir el?

¿Se estaba comprometiendo Aryed Bailey de manera indirecta con Meredith Hockey?

Su corazón latió rápidamente y sus labios parecieron pegarse.

Me quedaré…

Esas plantas se repetían en su cabeza sin parar.

El,

No,

Ella,

— Si, iré con usted, joven Duque.

Meredith sonrió felizmente, sintiendo el calor de sus mejillas expandirse hasta sus orejas.

La rabia había desaparecido y se había transformado en nerviosismo.

Aryed sonrió y se para su sorpresa se apoyó entre su hombro y clavícula.

El también estaba nervioso.

— Iremos juntos, princesa.

Y así era, sería una sorpresa para todos.

Y quizás ahora, estaba aún más emocionada de asistir.

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Editado.

**Atte: **Amelie Ross.