Entre el Amor y la Cordura

Después de aquel día no he vuelto a hablar con Breno y cuando hablo con Erick, él siempre está ocupado o con su novio, así que decidí no llamarlo más y ya han pasado 3 meses después de todo lo que pasó. Álvaro casi no viene, solo viene dos veces por semana y hoy hace exactamente tres semanas que no aparece, él no me deja faltar nada, me da ropa, joyas, pero lo más importante no lo tengo a él, su presencia. Me siento muy solo, lo llamo y no me contesta, ya no me reconozco, estoy triste y sin brillo, no consigo reír más, adquirí una especie de dependencia de Álvaro, pues cuando él está olvido todo lo que hizo, hasta de mí mismo.

Pero hoy me desperté más animado y decidí ir al centro comercial solo, ya que no tengo compañía. Me bañé y me puse un pantalón blanco y una camisa azul, me puse un conjunto de pulsera y cordón que Breno me dio que me encanta y dejé mi cabello mojado, está largo y debajo del hombro, con un ondulado tan bonito, mirándome al espejo por primera vez me gustó el pantalón marcando mi trasero. Llamé a un coche de aplicación, no quiero que ese conductor me lleve, no me gusta, siento que me vigila. Llego al lado de afuera, el coche se detiene y entro rápido no dándole tiempo de impedir, miro hacia atrás y lo veo en el teléfono.

Llegué al centro comercial, me compré una bermuda y una blusa para mí y una corbata para Álvaro, fui al patio de comidas, compré una hamburguesa y patatas fritas, nunca me gustó mucho, pero últimamente tengo ganas de comer porquerías y después compré una cerveza doble y me senté a beber y cuando me encontré con un ex ligue de Erick muy legal él.

Arthur_ Lian ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo estás? Vaya, estás lindo.

Lian_ ¡Hola! ¡Vaya, cuánto tiempo!

Estuvimos conversando y reímos bastante, hacía mucho tiempo que no reía tanto. Cuando veo al conductor de Álvaro con dos guardaespaldas viniendo en mi dirección.

Sebastian_ Señor Lian, quiera acompañarnos por favor.

Lian_ ¿Qué están haciendo aquí? No voy a ningún lugar, no he terminado mi paseo.

Sebastian_ Señor Lian, creo que es mejor que nos acompañe, tenemos orden del senador de usar la fuerza si es necesario.

Me despedí de Arthur y fui para casa. Llegué a casa y Álvaro ya estaba allí, estaba sentado en el sofá sin corbata y con la camisa con los botones abiertos, estaba bebiendo whisky con cara de pocos amigos.

Lian_ ¿Resolviste aparecer? ¿Te acordaste de mí?

Digo colocando las cosas en la mesa.

Álvaro_ ¿Quién te dio autorización para salir de casa?

Lian_ ¿Soy prisionero ahora?

Álvaro_ ¿Quién era el hombre con el que estabas conversando?

Lian_ ¿Tus perros guardianes ya fueron a contarte?

Álvaro_ ¡RESPÓNDEME CUANDO TE HAGA UNA PREGUNTA JODER!

Lian_ NO TE INTERESA Y NO GRITES CONMIGO.

Solo vi a Álvaro lanzando el vaso contra la pared y viniendo hacia mí golpeando mi rostro con una bofetada, di unos pasos hacia atrás y me quedé ciego de rabia, devolví la bofetada con la misma intensidad, pero fue lo peor que hice pues él se cegó y él sujetó mi cuello y me dio varias bofetadas fuertes, intenté defenderme, pero él es muy grande, conseguí empujarlo e intenté correr, pero él sujetó mis piernas y caí con todo al suelo, él entonces me volteó, ya tenía sangre en el rostro por cuenta de las bofetadas fuertes y él comenzó a hablar aún encima de mí.

Álvaro_ Ahora vas a aprender a nunca más levantar la mano para mí, sucia.

Y él me golpeó más y después comenzó a rasgar mi ropa dejándome desnudo.

Álvaro_ Y a nunca más dejar que un hombre se acerque a ti. Me perteneces, puta.

Comenzó a penetrarme sin ninguna delicadeza, constaté en su mirada que él quería lastimarme, le pedí que parara, pero él no paraba hasta que eyaculó y salió de dentro de mí dejándome allí en el suelo. Me levanté con dificultad y fui para el cuarto y antes de cerrar la puerta escucho que él dice.

Álvaro_ Estás prohibido de salir solo, que sea la primera y la última vez.

Cerré la puerta con llave y me metí debajo de la ducha y me senté en el suelo y lloré mucho sin creer.

Lian_ ¿Él me violó? ¿El hombre que amo me violó?