Tres años después de la tercera guerra heroica, el mundo ha cambiado demasiado, pero a pesar del cambio, dos personas crearon algo que va a ocasionar la mayor batalla de la historia. Los chicos cambiaron físicamente y mental mente, ahora ellos van a enfrentar una pelea seria.
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El poder de la destrucción
Karoth ya no podía más y dejó escapar una lágrima de agotamiento, pero en ese momento, Junior apareció de la nada, propinándole una patada brutal en el rostro a Camilo, obligándolo a soltarla. Sin perder tiempo, Junior tomó a Karoth en brazos y la llevó con los demás. Ella respiró hondo, tratando de recuperarse, sintiendo el alivio de haber escapado de la muerte. Mientras tanto, Camilo soltó una carcajada, sin inmutarse demasiado. Los demás lo observaron con atención y notaron que su labio sangraba, pero la herida era mínima. Sin embargo, los chicos sabían que Junior había utilizado toda su fuerza en esa patada, lo que los hizo pensar que había recuperado su poder por completo.
Nicole, en cambio, notó algo que los demás no: Junior aún no estaba en plena forma. Se estaba forzando demasiado. Valentina, furiosa, se lanzó contra Camilo con una patada, pero él la vio venir y estaba a punto de golpearla. Afortunadamente, ella logró teletransportarse en el último segundo, evitando el impacto. Sin embargo, Camilo reaccionó rápido, la atrapó en el aire y la estrelló con violencia contra el suelo. Valentina escupió sangre debido al impacto.
Camilo entonces dirigió su atención a Junior con un aire de diversión, observándolo con interés. Junior lo miró de vuelta, con una expresión seria. Dio un paso al frente, activó su aura y se transformó en Dios. Su cuerpo comenzó a irradiar un resplandor cegador. Sin embargo, Nicole pudo notar que, a pesar de la gran demostración de poder, Junior aún no se había recuperado del todo.
Por su parte, Camilo jamás había presenciado un poder tan abrumador, y se preparó para la batalla con una sonrisa impaciente. Junior no esperó más y se lanzó contra él con una velocidad impresionante. Camilo respondió con una sonrisa confiada y se impulsó para chocar con él. El impacto de sus puños generó una onda expansiva tan fuerte que varios de los presentes salieron despedidos.
Junior no perdió el tiempo. Aprovechando la cercanía, encadenó una serie de ataques devastadores: una patada directa al torso, seguida de un potente puñetazo, un codazo y un cabezazo que lanzó a Camilo volando. Sin embargo, este reaccionó en el aire y contraatacó con una ráfaga de golpes. Junior, con una velocidad sobrehumana, bloqueó cada uno de ellos con facilidad. Ambos alzaron la pierna al mismo tiempo y chocaron en el aire con una nueva explosión de energía que sacudió toda la zona.
Sin darle tregua, Junior agarró a Camilo y lo arrastró por el suelo a una velocidad impresionante, dejando tras de sí un rastro de destrucción. Camilo, incapaz de resistirse, escupió sangre con cada golpe. Finalmente, Junior lo lanzó al aire y disparó una serie de ataques de luz que impactaron de lleno en su cuerpo, generando una explosión monumental.
Cuando el humo se disipó, Camilo emergió lentamente, caminando con dificultad pero con una sonrisa en el rostro. Su cuerpo estaba cubierto de heridas y sangre, pero en sus ojos no había miedo, sino admiración.
—Nada mal… —murmuró, limpiándose la sangre del rostro.
Mientras tanto, Junior permanecía en guardia, su aura crecía aún más y destellos de rayos lo rodeaban.
—Maldita sea… —pensó Junior—. Aún no tengo todo mi poder de vuelta. Ahora tendré que enfrentarlo con este nivel… y quizás evitar que me maten.
Camilo sonrió con diversión, pero Junior no. Su expresión seguía siendo fría y calculadora. Sabía que no podía confiarse, pues estos enemigos eran igual o incluso más poderosos que Ray. Tenía que pelear con todo.
Camilo dio un paso adelante… y desapareció. De repente, enormes cubos comenzaron a caer del cielo a una velocidad aterradora. Junior se movió con agilidad para esquivarlos, pero cada vez caían más y más.
Desde la distancia, las demás Camilas observaban la escena con atención.
—Está usando el hechizo de objetos interdimensionales —murmuró la Camila de cabello negro con una sonrisa siniestra.
Junior esquivaba los cubos gigantes que caían del cielo, destruyendo aquellos que no lograban tocar el suelo. El impacto de los objetos sacudía el terreno, haciendo temblar todo a su alrededor. Sin embargo, en un instante de distracción, Camilo apareció de la nada y le asestó un fuerte golpe en el estómago con el mismo hechizo que había usado antes. Pero esta vez no surtió efecto, ya que Junior estaba en su forma final. Sin perder tiempo, Junior contraatacó con una poderosa patada, enviando a Camilo volando por los aires.
Junior se lanzó tras él, pero Camilo reaccionó rápidamente. Los dos comenzaron un feroz combate cuerpo a cuerpo, intercambiando golpes con una velocidad abrumadora. En un momento, Junior se apartó y lanzó una ráfaga de ataques de luz, pero Camilo respondió con el hechizo “Devastación Planetaria”, provocando una explosión colosal que iluminó todo el campo de batalla. Junior aprovechó el caos y le propinó una fuerte patada a Camilo, quien bloqueó el ataque en el último segundo. Camilo intentó responder con un puñetazo, pero Junior lo esquivó y realizó una voltereta en el aire. Sin embargo, Camilo lo atrapó en pleno movimiento.
En un acto de reflejo, Junior disparó una esfera de luz desde su pierna, impactando de lleno a Camilo, quien fue enviado en picada hacia el suelo con una explosión estruendosa. Mientras tanto, los demás intentaban ayudar a sus variantes, pero la Camila de cabello azul se adelantó, sujetando a la variante de Nicole por el cuello y rompiéndoselo sin titubear. El horror se apoderó de los chicos al ver cómo la asesinaba sin piedad. Valentina tomó a Karoth, Daniela, Figueroa y la otra Daniela, sacándolos del campo de batalla. Volvió rápidamente para apoyar a los demás, pero los cuerpos sin vida de las variantes de Ordóñez y Aranda cayeron al suelo ante sus ojos.
Los chicos se lanzaron al ataque, pero fueron repelidos por una oleada de hechizos que los hicieron volar por los aires, dejándolos heridos. A pesar del dolor, se pusieron de pie y continuaron luchando. Valentina se teletransportaba velozmente, golpeando a la Camila de la Tierra 1102. Aranda se enfrentó a la Camila de cabello rojo, mientras que los demás trataban de contener a la de cabello azul.
Mientras tanto, Junior seguía su batalla contra Camilo, pero tenía dificultades para derrotarlo, ya que el hechizo de sanación de Camilo superaba incluso al de su Camila. Para empeorar la situación, Junior notó que cada golpe que le propinaba era absorbido y devuelto con aún más fuerza. Sabía poco sobre los hechizos que usaba Camilo, pero al menos identificó la “Devastación Planetaria”, “Observación” y “Curación”; estos eran los que había escuchado mencionar en voz alta. También había analizado que su poder estaba relacionado con la destrucción, aunque aún no lograba comprenderlo del todo.
Camilo invocó unas garras de color rojo y se lanzó al ataque. Junior, con su velocidad, esquivaba cada intento de ataque y se desplazó a gran velocidad hacia él. Le asestó un golpe devastador seguido de una patada en el estómago que hizo que Camilo escupiera sangre. Sin embargo, Camilo respondió con un derechazo brutal que envió a Junior al suelo, creando una enorme explosión de tierra. El impacto fue tan fuerte que Junior perdió momentáneamente su aura, aunque aún se mantenía en su forma de Dios.
—Ya entiendo… Cada golpe que absorbía lo hacía más fuerte —murmuró Junior, sintiendo el dolor recorrer su cuerpo.
Camilo lo observó con una sonrisa mientras su cuerpo emitía un denso humo rojo. Junior reconoció ese fenómeno y se preparó activando su aura una vez más. Camilo se lanzó contra él con un golpe demoledor, pero Junior lo bloqueó con gran esfuerzo, provocando una grieta gigantesca en el suelo. Sin embargo, la fuerza de Camilo era abrumadora, y con un impulso extra, envió a Junior volando por los aires.
Junior logró recuperarse a tiempo, aunque otro golpe certero lo obligó a tambalearse. Estaba claro que Camilo ya estaba a su nivel o incluso lo había superado. Junior se encontraba en serios problemas; si la batalla se prolongaba, agotaría sus fuerzas antes que su enemigo. Además, cada ataque de Camilo parecía estar impregnado con el poder de la destrucción absoluta.
Los dos continuaron su feroz combate, intercambiando golpes con tal intensidad que el terreno temblaba con cada impacto. Sin embargo, Junior notó algo alarmante: con cada intercambio, Camilo se volvía más fuerte. Su poder aumentaba a un ritmo aterrador, lo que hacía que el enfrentamiento se tornara aún más peligroso.
Mientras tanto, los chicos seguían luchando contra las variantes de Camila, pero no lograban tocarlas; cada ataque era esquivado con una sonrisa burlona.
—No somos rivales para ellas. Dani, alista el brazalete, haremos una retirada —ordenó Nicole mientras protegía a Figueroa, Daniela y Karoth.
—¡Entendido! —respondió Daniela, preparándose para activar el dispositivo.
Camilo continuaba su enfrentamiento con Junior, pero al notar que sus variantes se divertían con la masacre, decidió tomar un respiro. Con una sonrisa maliciosa, sujetó a Junior por el cuello y lo estrelló contra el suelo con tal fuerza que el impacto generó una grieta en la tierra. Junior intentó levantarse, pero su cuerpo no respondía con la rapidez de antes.
Mientras tanto, la Camila de cabello azul reunió a las variantes restantes y, con un gesto de su mano, las hizo explotar en mil pedazos. La sangre salpicó a todos, bañando el campo de batalla en un rojo profundo. El miedo se apoderó de los héroes. Sabían que no tenían oportunidad contra ellas, pero debían resistir al menos unos minutos más. Daniela necesitaba tiempo para activar el brazalete que los llevaría de regreso a su universo.
Camilo se acercó con paso relajado al grupo de Camilas, disfrutando la escena de desesperación.
—¿Ya terminaste con Junior? —preguntó la Camila de la Tierra 1102 con tono impaciente.
—No aún. Es más fuerte de lo que imaginé, pero hace mucho que no me divertía así —respondió Camilo con una sonrisa de satisfacción.
—Esto ya se volvió aburrido. Acabemos con ellos de una vez —dijo la Camila de cabello azul, cruzándose de brazos.
—Estoy de acuerdo —secundó la Camila de cabello rojo.
—Primero terminemos con ellos y luego destruimos este universo —ordenó la Camila de cabello negro, su voz cargada de frialdad.
Las cinco variantes de Camila levantaron las manos al unísono, sus palmas irradiando un brillo rojo intenso. Los héroes sintieron la presión del inminente ataque, pero se mantuvieron firmes.
—¡Daniela, dime que ya está listo! —gritó Ordóñez con urgencia.
—¡Solo unos minutos más! —respondió Daniela con nerviosismo, sus manos temblaban mientras terminaba los últimos ajustes en el brazalete.
Las variantes de Camila esbozaron sonrisas siniestras y dispararon un devastador hechizo de energía roja. La tierra tembló violentamente al impactar, levantando una densa nube de polvo y escombros.
Cuando la polvareda comenzó a disiparse, algo inesperado ocurrió. Las variantes de Camila fruncieron el ceño al notar que el ataque no había alcanzado a los héroes. En el suelo, un charco de sangre se expandía lentamente, sus gotas resonando en el silencio repentino.
Entonces, lo vieron. Junior estaba de pie frente a ellos, con profundas heridas cubriendo su cuerpo. Su ropa estaba completamente destruida, su piel marcada por cortes sangrantes. Sus piernas temblaban, pero su mirada seguía firme. Finalmente, su cuerpo no soportó más y cayó de rodillas, escupiendo sangre antes de desplomarse completamente.
—¡Junior! —gritó Nicole, corriendo hacia él con el corazón latiéndole con fuerza.
El aura blanca de Junior desapareció por completo. Su cuerpo estaba agotado, su transformación de Dios había llegado a su límite. Apenas respiraba, pero seguía con vida. Sus heridas, aunque graves, comenzaban a sanar lentamente, pero no lo suficientemente rápido.
Las variantes de Camila lo miraban con desprecio, sus ojos reflejaban la intención de acabar con él en ese mismo instante. Sin embargo, el brazalete por fin estaba listo. El portal se abrió con un resplandor cegador y Nicole no dudó en aprovechar la oportunidad. Lanzó un poderoso ataque de tierra, obligando a sus enemigos a retroceder. Ome corrió hacia Junior y, con gran esfuerzo, lo cargó en sus brazos.
—¡Todos al portal, ahora! —gritó Nicole, protegiendo a sus compañeros con una última barrera de piedra.