Cuando José Luis conoció a Violeta, no sabía a lo que se dedicaba.
Ella intentó cambiar de vida, pero las circunstancias no la dejaron.
Su vida siempre fue muy dura. El amor, la pasión, el sexo, hicieron presa de ella...
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Jazmín, atrapada en esa casa
El romance entre José Luis y Jazmín se dio.
Al poco rato ya eran novios, Jazmín, no te quiero mentir, pero amé tanto a otra mujer y aún no he podido olvidarla.
¿Entonces me quieres para ayudarte a olvidar a esa mujer?, pregunto Jazmín desilusionada.
Por supuesto que no mi amor, mi amor por ti es muy diferente, pero te amo solo dame tiempo, por favor.
¿Tiempo para que? ¿Para saber si me amas o no?, esto es ridículo.
Perdóname, no es eso exactamente lo que quise decir, por favor, te prometo que todo será diferente.
Mire, señor José Luis, le agradezco que me haya dado una oportunidad de progresar y de salir adelante, pero no estoy en venta y no acepto ser su novia a cambio de que usted me dé trabajo, prefiero buscar trabajo en otro lado.
Jazmín se fue con toda dignidad, ella era una muchacha bien y no tenía por qué aguantar esa clase de hombres que se creen con todo el derecho de usar a una mujer para olvidar a otra, y peor si esa mujer se dedicaba a la vida galante.
Jazmín, espera, le habló José Luis. Espera, por favor, no te vayas.
Déjame en paz, José Luis. No estoy dispuesta a darte ningún tiempo, me amas o no me amas, así de simple.
No hubo marcha atrás, Jazmín se fue y no permitió que José Luis le siguiera hablando.
José Luis no se imaginó que tal vez ese sería el último día que viera a Jazmín.
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En una de esas, como el destino es muy caprichoso, Jairo se topó con jazmín.
Disculpe, señorita, ¿busca algo?, ¿la puedo ayudar?
No, solamente caminaba, ¿quién es usted?, ¿me conoce acaso?, ¿por qué me habla?, Jazmín lo envolvió con las preguntas
Tiene razón, no nos hemos presentado, me llamo Jairo, si está buscando trabajo yo se lo puedo ofrecer.
Venga conmigo, la llevaré en este instante.
Un momento, pero a dónde me va a llevar.
No te preocupes, te prometo que no será nada malo. ¿Cómo te llamas?
Jazmín, dijo ella tratando de no parecer asustada.
Bueno, ¿vienes conmigo o te quedas?, no tengo mucho tiempo.
Jazmín, sabiéndose sin salida después de haber terminado con José Luis y de haber dejado su trabajo pensó que no tenía más remedio que seguir a ese hombre.
Y subió a su coche. Jairo la llevó a través de la gran ciudad, para el gusto de Jazmín la casa estaba un poco alejada de la ciudad.
¿A dónde me lleva?, no conozco este rumbo.
Solamente te voy a llevar al trabajo que te ofrecí, dime, ¿tienes familia?
Sí mi padre y mi madre, pero ellos están mayores y no pueden trabajar.
No te preocupes por ellos te aseguro que no les faltará nada. Dame tu dirección para llevarles algo de despensa y comida.
Oh, gracias, se lo agradezco mucho, pero para eso voy a trabajar yo misma los proveeré.
En lo que empiezas a recibir dinero nosotros los ayudaremos.
Está bien, le voy a dar mi dirección.
Poco después en la casa de Jazmín unos hombres se presentaron con dinero y despensa... y una carta de Jazmín.
La carta decía así:
"Papá, mamá, perdóneme por lo que voy a hacer, necesito trabajar para poder brindarles a ustedes todas las comodidades.
Trabajaré arduamente para que no les falte nada en este mundo. Espero que no tomen a mal mi trabajo. Todo lo hago por ustedes. Los quiero mucho. Jazmín".
Poco después, Jairo llegaba con su nueva presa.
Sara, aquí te traigo a esta mujer, arréglala y prepárala para la ocasión especial, por favor, dile cuáles serán sus ocupaciones.
Aquí te dejo en buenas manos ella te dirá lo que vas a hacer y tú échale ganas a la vida, no te preocupes por nada piensa que todo esto lo haces por tus padres.
Pero, aún no me ha dicho en qué consistirá mi trabajo, señor Jairo.
De entrada la casa tenía un gran lobby muy hermoso, perfectamente bien acondicionado, a simple vista parecía una casa normal como esas casas de modas donde exhiben ropa exclusiva.
No había ninguna chica deambulando por el lugar todas estaban en sus ocupaciones y Jazmín se sintió un poco segura.
Sara se la llevó a un pequeño cuarto acondicionado especialmente para vestir y arreglar a las mujeres.
¿Qué es aquí?, ¿me puede decir?
Puedes hablarme de tú, pronto sabrás todo, aquí tú tendrás que hacer todo lo que te manden y complacer a las personas qué pedirán citas contigo, debes de ser muy amable con ellos, dijo Sara con gran autoridad sin inmutarse.
¿Citas, amables con ellos, de qué está hablando?
Sara ya no le contestó, la preparó, la arregló hermosa y la llevó a un gran salón donde estaban otras chicas así como ella de incautas.
Esperen aquí, las iremos llamando por su nombre, en cuanto lo escuchen, por favor, preséntense inmediatamente en el salón de al lado.
Diez minutos más tarde se escuchó el primer nombre, la chica aludida acudió de inmediato.
Así uno a uno se fueron escuchando los nombres de las demás chicas, en total 7, el nombre de Jazmín se escuchó hasta el último número.
Jazmín se presentó, no sabía de qué se trataba todo esto.
Bueno, Jazmín, este es tu debut. Este señor será tu padrino por el momento, tendrás que hacer todo lo que él te ordene. Puedes irte con él, señor m, trátela bien, por favor.
Por supuesto que la trataré bien, dijo él con una mirada lasciva encima de Jazmín y la tomó del brazo para llevársela al cuarto que le indicaron.
Inmediatamente, al entrar, supo de que venía todo eso. Desgraciadamente, ya era muy tarde, el tipo se abalanzó sobre ella arrancándole la ropa de un jalón.
Ella se cubrió con sus manos, pero él se las quitó, no de muy buena manera.
¿Qué pasa?, ¿acaso no has hecho esto con otros hombres?
Déjeme, por favor, no sé de lo que habla yo soy virgen.
!Wow!, no me digas, siempre he querido andar con una virgen, te pondré una veladora.
El tipo no tuvo piedad de esa mujer frágil e inocente y la poseyó de la peor manera posible. Arrancándole su virginidad y todas sus ilusiones de seguir viviendo.
En cuanto terminó su fechoría le aventó un fajo de billetes y salió de ahí completamente complacido.
Jazmín aún estaba ida y no sabía qué procedía. Aún con el llanto cubriéndole su cara agarró el fajo de billetes que la aventó el señor y se dijo: ¿este era el trabajo que me tenía ese hombre?
Sara llegó al cuarto donde estaba Jazmín.
Ven, te ayudaré a bañarte y a arreglarte porque en 2 horas tienes otra cita.
Pero yo me puedo bañar sola.
Aquí no funciona así, yo tengo que bañarlas a todas porque tengo que ver que no tengan marcas u otra cosa que pueda disgustar al cliente. Lo siento, así son las reglas del lugar yo tengo que verlas desnudas a todas y a cada una. Así que empieza a desnudarte, es más, no te hubieras puesto la ropa aún, tengo que checarte toda.
A todas estas, ¿y la anticoncepción?