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Sin Reglas

Sin Reglas

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Diferencia de edad
Popularitas:7.7k
Nilai: 5
nombre de autor: F10r

"Sin Reglas"
París Miller, hija de padres ausentes, ha pasado su vida rompiendo reglas para llamar su atención. Después de ser expulsada de todas las escuelas, sus padres la envían a una escuela militar dirigida por su abuelo. París se niega, pero no tiene opción.

Allí conocerá a Maximiliano, un joven oficial obsesionado con las reglas. El choque entre ellos será inevitable, pero mientras París desafía todo, Maximiliano deberá decidir si seguir el orden... o aprender a romper las reglas por ella.

Una comedia romántica sobre rebeldes, reglas rotas y segundas oportunidades.

NovelToon tiene autorización de F10r para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 7

Narra París Miller

No sé si fue el sonido de la puerta abriéndose o la luz que entró al cuarto lo que me despertó. Lo único que recuerdo fue la molesta voz de Maximiliano interrumpiendo mi sueño.

— ¡Buenos días, princesa! — dijo con sarcasmo mientras se cruzaba de brazos. — O debería decir, buenas tardes. Son la una, y tú sigues durmiendo como si estuvieras en un resort de cinco estrellas.

Abrí los ojos lentamente, parpadeando contra la luz. Allí estaba él, con esa expresión seria que siempre llevaba puesta, aunque esta vez había algo más en su mirada. Parecía ligeramente divertido, como si disfrutara de encontrarme en esta situación.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté con voz ronca, volviendo a hundirme en las mantas.

— Vine a asegurarme de que no te hubieras escapado... aunque veo que estabas demasiado ocupada soñando para hacerlo.

Me senté en la cama, despeinada y todavía medio dormida, pero no iba a dejar que él tuviera la última palabra.

— Bueno, no tengo ganas de seguir tus reglas hoy. ¿Qué vas a hacer? ¿Castigarme por dormir?

Maximiliano levantó una ceja y dio un paso más hacia mi cama.

— ¿Y qué más no has hecho hoy? Déjame adivinar: no fuiste al desayuno, ni al entrenamiento, ni siquiera te molestaste en salir de la habitación. ¿Estoy en lo correcto?

Lo miré con un encogimiento de hombros, mi rostro mostrando la más pura indiferencia.

— ¿Qué puedo decir? Estoy ahorrando energías para algo importante.

Él soltó una risa seca, aunque sus ojos parecían evaluarme con curiosidad.

— ¿Algo importante, eh? ¿Dormir hasta las tres de la tarde? Porque a este ritmo, no vas a hacer nada más que eso.

Me crucé de brazos, sintiendo cómo mi temperamento se calentaba.

— ¿Sabes qué, Maximiliano? Tal vez tú disfrutes gritando órdenes y asegurándote de que todos te obedezcan como si fueras un rey, pero yo no soy como los demás aquí. No voy a inclinarme ante tus malditas reglas.

Él dio un paso atrás, sorprendido por la intensidad de mis palabras, pero no perdió su compostura.

— Nadie te está pidiendo que te inclines, Paris. Solo que hagas lo que se espera de ti. Pero parece que incluso algo tan simple como eso es demasiado para ti.

Me quedé en silencio, mirándolo fijamente. La tensión en el cuarto era palpable, y por un momento, pensé que iba a gritarme o darme algún sermón. Pero en lugar de eso, soltó un suspiro y me miró con algo que parecía… ¿compasión?

— ¿Sabes? — dijo, con un tono más suave. — A veces pienso que no estás aquí porque eres rebelde. Pienso que estás aquí porque no sabes qué hacer contigo misma.

Sus palabras me tomaron por sorpresa, tanto que no pude encontrar una respuesta rápida. Antes de que pudiera decir algo, él continuó:

— Pero no importa. Levántate, cámbiate y baja al comedor. No estás en un resort, Paris. Es hora de que te comportes como alguien que entiende dónde está.

Se dio la vuelta y salió de la habitación, dejándome sola con mis pensamientos. Por primera vez en mucho tiempo, me sentí pequeña. No por su regaño, sino porque había algo en sus palabras que me había golpeado en un lugar que yo pensaba que estaba bien protegido.

Tal vez él tenía razón. Tal vez no estaba aquí solo por ser rebelde. Pero eso no significaba que iba a admitirlo. No hoy.

[...]

La noche estaba más silenciosa de lo normal, o tal vez era mi imaginación amplificando cada sonido a mi alrededor. Mi corazón latía con fuerza mientras caminaba por los pasillos del internado, cuidando que mis pasos no resonaran demasiado. No podía arruinarlo. Hoy era el día. Hoy me iba de este lugar para siempre.

Había planeado todo meticulosamente. Mi bolso estaba listo con lo esencial: algo de ropa, dinero que había ahorrado en secreto, una pequeña linterna y el número de teléfono de mi abuela, que había conseguido espiando en la agenda de mi abuelo. Aunque ellos se odiaran, parecía que el abuelo aún guardaba su contacto "para emergencias". Y, según yo, esto era una emergencia.

Vestida completamente de negro y con el cabello recogido en una media cola para no dejar rastros que pudieran delatarme, avancé hacia el muro que había descubierto esa misma mañana. El agujero estaba exactamente como lo había dejado: olvidado y cubierto de maleza. Pasé por él con facilidad, sin mirar atrás.

Una vez fuera, sentí una mezcla de miedo y emoción. Lo había hecho. Estaba libre. Por primera vez desde que llegué a este infierno, sentí que tenía el control de mi vida.

Con una sonrisa de satisfacción en mi rostro, caminé hasta una parada de autobús cercana, a unos diez minutos del internado. Durante el trayecto, revisé mi celular y marqué el número de mi abuela. No sabía cómo iba a reaccionar, pero necesitaba que creyera mi versión de la historia.

— ¿Hola? — Su voz sonó sorprendida al otro lado de la línea, como si no esperara una llamada mía a esta hora.

— ¡Abuela! — dije, fingiendo que estaba al borde de las lágrimas. — Necesito tu ayuda. Me obligaron a quedarme en este lugar horrible. No puedo soportarlo más. Por favor, ven por mí.

Hubo un silencio breve antes de que hablara, pero cuando lo hizo, su tono era furioso y protector al mismo tiempo.

— ¿Qué estás diciendo, París? ¿Cómo que te obligaron? ¿Tu abuelo tiene algo que ver con esto?

— ¡Sí! — mentí sin titubear, dejando que mi voz temblara un poco. — No me escuchó, abuela. Solo me gritó y me mandó aquí como si no le importara lo que yo quisiera.

Eso fue suficiente para desatar su furia.

— ¡Ese hombre siempre ha sido un tirano! No te preocupes, cariño. Salgo en este momento para buscarte. ¿Dónde estás?

Le di instrucciones rápidas, asegurándome de no mencionar que estaba cerca del internado. No quería que la verdad saliera a la luz.

Mientras esperaba en la parada del autobús, mi mente no dejaba de correr con posibilidades. ¿Y si alguien se daba cuenta de mi ausencia antes de que pudiera escapar por completo? ¿Y si Maximiliano, con su obsesión por el orden, descubría lo que había hecho?

Me senté en el banco de la parada, intentando calmar mis nervios. Miraba constantemente hacia ambos lados de la carretera, esperando ver el auto de mi abuela. El aire frío de la noche me hacía temblar, pero no podía permitirme el lujo de distraerme.

Finalmente, después de lo que parecieron horas, vi las luces de un auto acercándose. Era ella. Mi abuela. Mi salvación.

Se detuvo frente a mí, bajó la ventana, y su expresión pasó de preocupación a furia en cuestión de segundos.

— ¡París Miller! ¿Qué demonios haces sola en la calle a estas horas?

— Escapando, abuela — respondí con una sonrisa cansada, aunque sabía que el drama no había terminado. — Vámonos antes de que alguien nos encuentre.

Sin decir más, subí al auto y cerré la puerta con fuerza. Mientras nos alejábamos, miré por la ventana trasera, viendo cómo el internado desaparecía en la distancia. Por primera vez en meses, sentí que podía respirar.

Pero en el fondo, sabía que mi aventura apenas comenzaba.

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Yanet Cristina Vilugron Salazar
Me encanta la historia 🤣🤣
Yanet Cristina Vilugron Salazar
mmmmm
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja 🤣😸
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja 😅😃😅
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Excelente
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja esos dos están enamorados y no se han dado cuenta 🤭🤭🤭🤭
Yanet Cristina Vilugron Salazar
amor,se llama amor
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Esa putizorra de Blanca y sus secuaces
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja bien Paris
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Vamos Paris tu puedes
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Bien Maximiliano
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Malos padres
Yanet Cristina Vilugron Salazar
esos se van a enamorar
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja esa Paris
Yanet Cristina Vilugron Salazar
mmmmm
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Será buena decisión
Yanet Cristina Vilugron Salazar
Serás increíble Paris
Yanet Cristina Vilugron Salazar
vas hacer una gran militar Paris
Yanet Cristina Vilugron Salazar
jajaja rebelde sin causa jajaja
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