El esposo de un famoso ingeniero de robótica se suicida un día de repente y él al no soportarlo decide revivirlo con partes de robot, pero no todo será de color rosa como él lo pensó.
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23: La familia Sodsich.
Gale lo miró sonriendo y asintiendo con la cabeza, luego me miró dedicándome una sonrisa muy tierna a lo que respondí de la misma manera. Ambos pusieron sus manos enlazadas sobre la mesa y se miraron un segundo antes de decir algo más.
—Gale y yo nos queremos ir a vivir a Italia, sus padres son de allá así que nos recibirán en su hogar hasta que consigamos nuestra propia casa.
La señora Sodsich se levantó de un golpe de la silla furiosa. Eso hizo que Gale se sorprendiera, pero como era costumbre de ella hacer un escándalo, nosotros no le dábamos artículo.
—Felicidades, esperamos que pronto haya boda, —dije aplaudiendo para llamar su atención y que Gale ignorara a mi suegra, pero ella no se quedó quieta.
—¡Estás loco! ¿Cómo piensas en alejar a mi sobrino lejos de mí? ¡Es como un hijo para mí! Eres cruel, —dijo exagerando mientras lloraba.
El pobre Gale intentaba tranquilizarla asustado, pero no había caso. Ella estaba decidida a arruinarles su noviazgo. En eso llegaron los empleados a poner algunas galletas sobre la mesa, pavas y teteras.
Me levanté para servirme ignorando el caos que esa mujer hacía, pero en cuanto iba a agarrar la taza Edwy sostuvo mi mano e hizo que me sentará otra vez. Un empleado viendo esto se acercó a mí.
—¿Qué le gustaría beber señor Sodsich? —preguntó él mirándome con una sonrisa.
—Ah, ese desgraciado no llevará mi apellido también. Suficiente tengo con el inservible de mi yerno, —gritó mi suegra haciendo un alboroto.
—Té, —respondí con una sonrisa mientras mi sangre hervía escuchando a la vieja loca que me tocó de familia.
El empleado asintió y me sirvió, luego se retiró a atender a Dave y así muchos empleados estaban encargados de darnos todo en la boca. Ni siquiera teníamos que levantarnos o estirar la mano. La casa había estado llena desde que recuerdo.
—Jefe, disculpe que le moleste en su comida, pero el reportero está de camino a la mansión, —dijo un hombre ya algo viejo y flaco, con la cabeza gris de tantas canas vistiendo un traje negro con una camisa blanca.
—Puedes irte, avísame cuando esté aquí. —Edwy contestó empezando a beber su café.
Todos ya estaban más calmados sentados en silencio mientras merendaban. Gale estaba apenado por lo que había pasado, se le notaba en su rostro. Me preocupaba que dudara y al final se retractara de viajar con su novio. Obvio que pienso que su relación es muy extraña, pero ellos se aman de esa manera. Totalmente sádico.
Dave comía mientras hablaba con Edwy del trabajo que haría en Italia y lo lindo que sería estar con su novio en ese lugar. Entonces Edwy sacó el tema de visitarlos y de paso recorrer el lugar conmigo y hacer el amor en una de sus playas. Eso me sorprendió y abrí mis ojos volteando a mirarlo. Los demás no dijeron nada, siguieron como si nada a excepción de Gale que se había sonrojado y ahora bebía su te.
Por debajo de la mesa acerqué mi mano hasta el muslo de Edwy y con mis dedos le di un pellizco por lo que había dicho. Él se retorció con disimulo y movió sus piernas para que lo dejara ir, en uno de sus movimientos mí mano se soltó y terminó en otro lugar que no debía.
