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333 Anexos

333 Anexos

Status: En proceso
Genre:Romance paranormal / Aventura Urbana / Mitos y leyendas
Popularitas:899
Nilai: 5
nombre de autor: 𝐏𝐨𝐢𝐬𝐨𝐧

Su personalidad le permitió continuar con una vida que no recordaba.
Su fortaleza la ayudó a soportar situaciones que no comprendía.
Y su constante angustia la impulsó a afrontar lo desconocido; sobreviviendo entre una fina y delicada pared que separa lo inexplicable de lo racional.

NovelToon tiene autorización de 𝐏𝐨𝐢𝐬𝐨𝐧 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Fin de la primera parte: Entonces, volvieron...

Eliana temblaba en mis brazos, cantidades preocupantes de sangre seguían fluyendo en cada parte de su cuerpo. No sabía si su cuerpo estaba helado o era mi escalofrío por tener que hablar.

Debía contarle todo, pero tan pronto quise empezar a hablar de algún sitio se encendió una bocina con alto volumen. Creí que Eli estaba tan débil que ni siquiera podría mover las manos, pero su cuerpo reaccionó tan pronto la melodía de un cascabel empezó a sonar.

  — ¡N-No! ¡Sácame de aquí, Dagan! ¡Va-Vámonos! —entró en pánico clavando sus uñas en mi espalda—. ¡D-Dagan!

El tintineo se intensificó y el comportamiento de Eli solo empeoraba al compás del ritmo. La abracé tan fuerte cono pude y eso pareció calmarla, aunque no era suficiente. Lloró y mi mente recordaba claramente como se sentía oírla ahogar sus gritos, todo era como aquel día.

  — Debes escucharme, Eli —empecé diciendo—. Para salir de aquí, debes saber algo.

Eso pareció alterarla más. Intentó zafarse de mi agarre golpeando mis hombros.

  — ¡Dijiste que esperara a recordar! ¡Me hiciste prometerlo! ¡L-Lo siento, de verdad lo siento! ¡Al inicio quería saberlo, pero ya no es así! ¡Tengo... Miedo! ¡De verdad tengo miedo! ¡No, no quiero saberlo Dagan, por favor! ¡Suéltame!

  — Yo también... Lo siento, Eliana.

  — ¡Cállate! ¡No me llames así! ¡Detente, suéltame!

Me pregunté de qué serviría liberarla si volvería a como era antes de que su vida empezara de nuevo como Eli. Cuando ví sus ojos llenos de brillo nuevamente, sentí tanta alegría que lloré; fui un egoísta que solo quería verla vivir, sin importar cuánto dejara en el camino.

  — Ésta vez, te dejaré ser libre. Perdóname por arruinarte tanto, Eli.

La conocí desde que el vientre de Keira era su único hogar. Sus padres fueron más que unos simples pasajeros en mi vida, en aquel entonces solo sabía que ellos me liberaron y por ende, mi vida les pertenecía.

Fueron mis mentores, aprendí mucho sobre ellos, en especial sobre lo que todos llamaban "La joya de los Jerd". Les prometí proteger esa joya y en especial, proteger a Eliana.

Todo lo que conformaba una familia lo viví con ellos tras muchas situaciones hasta que, la habilidad de Eliana apareció siendo apenas una bebé. Aún lidiando con todo, los Jerd fueron amables y cálidos conmigo, fui yo el que decidió irse con un amigo a Galis. Mi búsqueda por una "cura" para Eliana empezó la misma noche que debimos huir del Anexo.

Transcurrido cinco años, decidí regresar a Holdes, pensé que había hallado la forma de controlar la habilidad de Eliana a quien consideraba mi mejor amiga aunque ni siquiera conocía mi nombre o mi cara. Esa misma noche, el Anexo siguió mis pasos hasta el pueblo donde vivían y los atacaron.

En medio de la peor nevada jamás vivida, un incendio se alzó con fuerza.

Huí con Eliana mientras estaba inconsciente. El único hogar que conocía después de los Jerd, era la casa de un anciano, abuelo del amigo con el que había huido. Quise dejarla al pie de aquella casa, pero despertó en medio camino y huyó despavorida. Sentí que volvía a respirar cuando el gemelo de mi amigo la encontró y le brindó posada.

Los del Anexo volvieron a encontrarla, pero ésa vez me ofrecí a dedicarles mi vida a cambio de que la dejaran en paz. Mi vida a cambio de la suya les pareció atractivo.

Eliana cumplía su mayoría de edad y con ello, el anciano y unos cuantos habitantes celebraron la boda entre ella y Karel. Asistí en la lejanía, no quería exponerla al Anexo ni a nada que alterara la vida que construyó.

Creí que mi deuda con los Jerd había concluido y por fin podía sonreír. Sentía incomodidad en mi pecho cuando recordaba verla colgando del brazo del pelirrojo, pero lo soportaba.

Dos años más tarde, tras haber conocido a Félix e instalarme en Holdes, me encomendaron la misión de buscar al ladrón de información. Alisté un regalo sorpresa para Eliana y para el bebé que había dado a luz unos meses atrás, llevé un lindo cascabel. Mientras recorría Galis buscando el paradero del ladrón, imaginé al bebé gateando con el cascabel en el cuello, como si fuera un gatito.

  — ¿Q-Qué haces tú aquí? —quedé atónito cuando ví al primer amigo que hice encerrado en un almacén—. ¿En qué demonios estás metido, ¡eh!?

  — Protejo a mi hermano, Dagan. Es lo mismo que tu haces con Eliana, ¿no?

Tenía órdenes de capturarlo y enviarlo con los del Vaticano. Yo mejor que nadie sabía que no saldría con vida de allí. Me comprometí a serles leal, a nunca incumplir una orden suya, a jamás cuestionar sus decisiones, a... Tantas cosas.

  — ¿Lo dejaste escapar?

  — Perdón, solo será por esta vez —supliqué desde el suelo—. Voy a vigilarlo, me aseguraré que no interfiera nunca más con el Anexo.

  — Te tomas muchas libertades Dagan, y eso no nos gusta para nada —dijo un miembro del Vaticano—. Iremos por Karel, su hermano metió las narices donde no debía. Tal y como te prometimos, Eliana estará fuera de peligro.

No les importó cuánto rogara por él, no tuvieron piedad. Aquella noche de intensa nevada Eliana me vio enterrando el cuerpo de su esposo junto a su pequeño a quién decidí atarle el cascabel que pensaba regalarle.

  — Respira Dagan, tranquilo.

  — ¡F-Fue mi culpa Félix! ¡¿No lo entiendes?! ¡Ambos murieron por mi culpa! ¡Debí hacer algo más!

  — ¡Cállate Dagan! ¡No fue culpa tuya! —sollozó—. ¡Esos imbéciles los utilizaron para hacerte sentir culpable! ¡¿Escuchas?! ¡Tú no los mataste!

  — Debía... Hacer algo más...

La primera y única vez que pude desahogar las emociones que reprimía mientras trabajaba salieron a flote esa noche.

Eliana fue internada en la clínica manejada por Félix. Su estado no mostró mejora, quedó en un estado de shock donde no expresaba emociones ni reacción alguna. Había muerto ese día, su cuerpo solo respiraba por el instinto de supervivencia.

Dos años después sin obtener resultados alentadores, Félix usó parte de su extenso poder para borrar su memoria y con ello, Eli apareció.

  — Whao, qué trágico —habló Isaiah, tal vez fingía llorar o realmente lo hacía—. ¡Ya pueden irse, maldición! ¡Perdón por hacerte contar todo eso!

Bajé la mirada para hallar el rostro de Eliana y, sus ojos, el brillo que tanto me había acostumbrado a ver durante dos años, desaparecieron nuevamente. Pese a tener su mirada en mi, parecía que solo veía un pasillo sin fin.

Obtuve la fuerza suficiente para ponerme de pie y cargarla en sobre mi hombro. Caminé hasta Rina y sostuve su mano, de ese modo, dejamos a Isaiah y a Mikaely atrás.

  Sin preguntas, sin respuestas, sin emociones...

1
Anrai Dela Cruz
¡Necesito saber qué sucede después! ¡No me dejes esperando mucho tiempo! 😱😜
KnuckleDuster
¡Me muero por saber qué pasará en el próximo capítulo! 😍
Ludmila Zonis
¡Me he enamorado de tus personajes! Cada uno tiene su propia personalidad única y me han robado el corazón. 😍
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