Zaria renace después de pasar una vida cruel con un final desastroso, ella decide vengarse, pero descubre un gran complot detrás de todo y el maldito Emperador es...
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Cap. 8 Tú no eres nada para el emperador
Mientras tanto, en la sala de descanso de las concubinas, Camelia está indignada, no puede creer que esa mosquita muerta haya hecho salir a Priano detrás de ella, le habían dicho que Zaria era una niña buena dulce e ingenua, pero esa niña maldita no tenía nada de esas cualidades.
* Esa maldita me la va a pagar, quiero que mañana aprovechemos que el emperador va a salir y le demos una lección a esa perra, nosotras somos 5 y ella una, debe saber cuál es su lugar, así que espero que no se paralicen como idiotas, si se atrevió a golpearme, tarde o temprano las golpeará a ustedes o quien sabe, obligue al emperador que se divorcie de ustedes y dejen de ser concubinas _ dijo amenazante mientras todas dan un grito de susto, ellas eran hijas de condes y vizcondes, así que nunca llegarían a un puesto más alto que ser la concubina del emperador, aunque ellas serían felices de servir al emperador en la cama, este nunca ha pisado sus aposentos, ellas están muertas por darle un hijo y asegurar su lugar en la corte.
*_*
Al día siguiente Priano había salido temprano para un reino cercano para solucionar temas de tierras, mientras tanto Zaria se despertó también desayunando en su recamara, no quiere toparse con el emperador y sus concubinas ignorando que su esposo no se encuentra en el palacio.
Ella fue al estudio de la emperatriz es hora de que se haga cargo de sus funciones, pero debe ordenar sus cosas primero.
* Mina, envía una carta de invitación a mis padres, mi hermano y a la emperatriz madre para tomar el té, quiero que vean con sus propios ojos la mala conducta de las concubinas, pero no le digas nada a ellas, cuando lleguen al palacio llévalos al ala derecha, quiero que sean mi primer regalo de bienvenida _ dijo mientras leía los documentos, como ya lo había estudiado antes, ella tiene muchos temas que atender como para preocuparse todo el tiempo de esas mujeres.
Así pasó la mañana entre documentos y papeles, almorzó en el estudio para seguir trabajando y evitar a esa gente, ya en la tarde Mina fue a decirle que todo estaba listo, y que las concubinas la esperaban en los pasillos en camino al ala este con malas intenciones.
Zaria solo quería que las vean siendo irrespetuosas con las visitas, decirles a sus invitados que las concubinas no asisten a su reunión por que no la toman en serio, pero parece que le quieren hacer un favor mayor.
La hermosa niña salió de su estudio en camino del lugar de encuentro con sus visitas, en medio camino las concubinas salieron de su escondite acorralando a Zaria en medio pasillo.
* Vaya, la emperatriz es muy escurridiza, pero es hora de que sepas que nosotras mandamos en el lugar y tu perra ofrecida solo eres la escoria en nuestros zapatos _ dijo Camelia mientras Zaria sonrió disimuladamente, eran tan tontas, ella no lo había notado en su vida anterior.
* Camelia, deberías portarte como una dama, puedes arrepentirte de esto _ dijo tranquila mientras que las demás empezaron a reírse.
* Tu no eres nada para el emperador, solo un acuerdo comercial, aquí nadie te va a defender, nadie te quiere, deberías solo desaparecer y ya _ dijo Zanya la otra concubina que envidia a Zaria por su belleza.
* Oh, pues deberán empezar a embarazarse porque si yo le doy un hijo al emperador, este sería el heredero al trono inmediatamente, pero sus bastarditos solo serian principitos inútiles _ dijo burlona mientras que las concubinas enfurecen, ellas saben que el emperador nunca las ha visitado, incluso Camelia había sido ignorada, aunque es quien maneja el palacio no ha podido llevar al hombre a su cama hasta ahora.
* Tu…, puta maldita _ Camelia se abalanzó sobre Zaria y el resto la siguió, la jalaban de los cabellos, la rasguñaban y la pateaban, esas mujeres para ella no eran nada si quería dar pelea, pero debía dejar que hagan su espectáculo más creíble.
Cuando las mujeres estaban en el apogeo de la paliza a Zaria, una voz imponente y casi tiránica se escuchó.
* ¿Pero qué mierda pasa aquí? – Sunna la emperatriz madre gritó furiosa mientras las revoltosas se detenían para mirarla, Camelia tenía sujeta a Zaria de los cabellos, la hermosa niña estaba rasguñada, golpeada, su vestido hecho jirones, la escena era realmente terrible, y Galatea casi muere de angustia dejando saber su descontento.
* Emperatriz Madre , mi hija, mi pobre hija ha sido ofendida por unas concubinas insignificantes, exijo justicia, quiero que haga justicia por la emperatriz del imperio _ dijo Galatea llorando al ver a su hermosa Zaria así de golpeada.
Gamaliel se quitó su saco y corrió a su hermana empujando a Camelia tumbándola al piso, luego cubrió a su hermana mientras miraba a las mujeres con ferocidad, el hermoso niño tenía una mirada fría al igual que su hermana, aunque parecía un ángel caído del cielo.
* Guardias, lleven a estas mujeres al patio trasero, claro que voy a hacer justicia por mi nuera, ¿Cómo se atreven estas vagabundas a golpear a la emperatriz? _ dijo Sunna indignada, las haría pagar a lo grande.