Después de Mientras tu no estabas Dinastía Beaumont, llega la pasión de un Beaumont donde relata la vida de los herederos Beaumont. Olivia Beaumont verá su vida sacudida luego de poner en peligro el imperio financiero familiar en peligro, Christopher contraerá matrimonio con la nieta del peor enemigo de su familia.
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Recuerdo
Miranda desperto de golpe, había soñado con la explosión una vez más.
Era la fiesta de la naviera Zouvelekis estaba en pleno apogeo. Los invitados, vestidos de gala, comenzaban a llenar el majestuoso salón del barco. Las luces brillaban y la música llenaba el aire, creando un ambiente de elegancia y alegría. Miranda observaba a su esposo Sander al otro lado del salón, conversando animadamente con unos colegas. Ella sonreía, sintiendo una felicidad tranquila y plena, llevaban cuatro meses viviendo juntos.
De repente, una fuerte explosión sacudió el barco. El estruendo fue ensordecedor y el impacto, devastador. Las ventanas estallaron en mil pedazos, y la música cesó abruptamente. El caos se desató inmediatamente: gritos, humo y el sonido del agua comenzando a inundar las cubiertas.
Miranda, aturdida por la explosión, intentó moverse, pero el dolor la inmovilizó. No veía nada y su corazón se aceleró con el pánico. Solo podía pensar en una cosa: llegar a Anastasia, que estaba en otra parte del barco. Con un esfuerzo titánico, logró arrastrarse entre los escombros y el humo, llamando desesperadamente el nombre de su hija.
La oscuridad la envolvió y el tiempo pareció detenerse. Cuando finalmente despertó, estaba en el hospital. Un dolor punzante recorría su cuerpo y su mente estaba confusa. Un médico se acercó y le explicó lo ocurrido: el barco había sufrido una explosión, y ella había sido rescatada junto a otros sobrevivientes.
Miranda intentó incorporarse, la urgencia de saber sobre su familia era abrumadora.
— ¿ Donde esta mi hija?,¿dónde está Sander?", preguntó con voz débil.
El médico bajó la mirada antes de responder. —Su esposo está en terapia intensiva. Su condición es crítica, pero está siendo atendido por los mejores especialistas.
El corazón de Miranda se encogió de dolor. Quería correr hacia la unidad de cuidados intensivos, pero su cuerpo no se lo permitía. —¿Y Anastasia?", preguntó.
—Su hija está bien, señora. Fue una de las primeras en ser rescatada y está aquí en el hospital, esperándola."
Miranda cerró los ojos, una mezcla de alivio y dolor la invadió. Su familia estaba viva, aunque destrozada.
Los días pasaron rápidamente las noticias eran devastadoras la familia Zouvelekis estaba sumergido en una crisis financiera y su padre había aprovechado para arruinarlos.
Así que ella hizo lo único que podía hacer, se fue a Londres con su hija e Irina. No quería ser una carga para Sander si él se volvía a recuperar.
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Madame Lefebvre Élodie observaba a Anastasia modelar mientras le explicaba cómo debía hacerlo. Sus ojos agudos seguían cada movimiento de la joven, corrigiendo con precisión cada postura, cada gesto. Anastasia, con su elegancia innata y su cabello dorado cayendo en suaves ondas, intentaba absorber cada palabra, cada consejo, para perfeccionar su arte.
A unos metros de ellas, Keira, la administradora de la agencia de modelos, las miraba en silencio. Keira tenía una presencia imponente; su figura esbelta y su mirada penetrante la convertían en una figura respetada y temida en igual medida. Vestida con un traje negro impecable, su expresión era difícil de descifrar, pero su atención estaba claramente centrada en la escena que se desarrollaba ante ella.
Madame Lefebvre , con su vasta experiencia, había transformado a muchas jóvenes en modelos de renombre, y ahora, Anastasia era su proyecto más prometedor. —No es solo la postura, querida,decía Madame con voz suave pero firme, —es la actitud, la confianza. Debes mostrar en cada paso que perteneces a este mundo. — Levanta la vista, nunca al piso.
Anastasia asintió, su rostro mostrando una mezcla de determinación y nerviosismo. Hizo un esfuerzo consciente por incorporar las correcciones, enderezando la espalda, relajando los hombros y mirando al frente con una intensidad nueva.
Desde su posición, Keira observaba cada detalle, evaluando no solo el progreso de Anastasia, sino también la enseñanza meticulosa de Éloida . Sabía que el éxito de la agencia dependía de la capacidad de identificar y pulir talentos, y en ese momento, vio en Anastasia un brillo especial, algo que podría convertirla en la próxima estrella de la moda.
Madame Lefebvre se acercó a Anastasia y ajustó ligeramente su mentón.—Perfecto, así es. Ahora, camina de nuevo y siente el poder en cada paso.—Anastasia respiró hondo y comenzó a caminar, esta vez con una gracia que parecía casi natural.
Keira sonrió imperceptiblemente. La transformación había comenzado, y bajo la guía de Éloida, Anastasia estaba en camino de convertirse en algo extraordinario.