La vida es un recuento de momentos vividos, siempre he sido una soñadora, siempre he creído en el amor verdadero, siempre soñé con un amor sin tanto drama, hasta que conocí a Ethan Coen, él me enseñó un amor bonito , un amor de ensueño, pero la vida se encargó de quitarmelo, soy Alexandra París y está mi historia de amor.
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Capitulo XXIII Te amo
— Bruno Castañeda nos ha declarado la guerra, lo quiero fuera de mis negocios lo antes posible. — le dijo Maximiliano a Eduardo por teléfono.
— Como diga, jefe, ya mismo pido la anulación de cualquier contrato que tengamos con él. — contesto Eduardo con firmeza.
Maximiliano colgó la llamada y fue a buscar a Alexa, ya estaba calmado y podía sentarse a hablar con ella tranquilamente.
Al llegar a la habitación golpeó a la puerta, espero que Alexa le permitiera el paso, pero no obtuvo respuesta, así que decidió entrar para cerciorarse que ella estuviera bien, cuando entró no vio a Alexa por ningún lado, hasta que ella salió del baño envuelta en una toalla.
— Lo siento, pensé que no había nadie. — dijo Maximiliano tragando grueso.
— No te preocupes, déjame y me cambio y ya hablamos. — respondió Alexa apenada.
— Está bien, te espero. — respondió Maximiliano con ganas de saltar sobre Alexa.
Alexa entró al clóset a ponerse algo de ropa, estaba muy sonrojada, pues no esperaba encontrar a Maximiliano en su habitación, una vez estuvo lista salió del cambiador y le sonrió a Maximiliano caminando hasta él.
— Y bien, necesitas algo?. — pregunto Alexa sentándose al lado de Maximiliano.
— Sí, quería disculparme por como actúe hace un rato, tenía que solucionar lo de Bruno y bueno andaba apurado. — explico Maximiliano mirando a los ojos de Alexa.
— Tranquilo yo te entendí, estabas muy molesto. — respondió Alexa con una sonrisa.
— Bueno, te dejo para que descanses, mañana seguimos hablando. — se despidió Maximiliano.
— Espera un momento. — dijo Alexa tomando la mano de Maximiliano.
— Sí, dime, pasa algo?. — pregunto el sorprendido.
— Me gustaría que te quedarás, es decir, podemos empezar a compartir la cama, me gustaría acostumbrarme a tu presencia. — aclaro Alexa.
— Me encantaría amanecer contigo todos los días. — respondió Maximiliano con mucha seguridad.
Se fueron a descansar, Maximiliano tomo entre sus brazos a Alexa quien se acurrucó en su pecho, y en cuestión de segundos se quedó dormida, para Maximiliano fue más difícil dormir, ya que desde hace mucho tiempo anhelaba hacer suya a la mujer que dormía entre sus brazos, después de mucho pensar se quedó dormido, esa noche ambos durmieron plácidamente.
A la mañana siguiente Alexa se despertó primero y se quedó acostada mirando las facciones de Maximiliano, ella pensó en lo guapo de su novio y en que tenía suerte que un hombre como él se fijara en ella.
— Si me sigues mirando me vas a desaparecer. — comento Maximiliano con los ojos cerrados.
— Pensé que estabas dormido. — comento Alexa tapándose con la sábana.
— Ven acá, si quieres mirar, pues mira. — respondió Maximiliano habiendo de que Alexa quedará encima de él.
— Eres muy guapo, me encanta verte. — confesó Alexa sonrojada.
— Aquí la bella eres tú, me encanta tu cabello, tus ojos, tu nariz, tu boca... — Maximiliano detuvo sus palabras y beso suavemente a Alexa, él entendió que con ella había que ir despacio.
El beso fue subiendo de intensidad y Maximiliano empezó a recorrer cada parte del cuerpo de Alexa con sus manos, ella estaba perdiendo el control y su cuerpo pedía mucho más, ella olvidó todo en ese momento, dejándose llevar por la pasión que sentían, después de entregarse por primera vez el uno al otro se quedaron dormidos, hasta que el teléfono de Maximiliano empezó a sonar.
— Hola. — contesto el hombre somnoliento.
— Jefe, disculpe que lo haya despertado, pero tenemos un problema con Bruno Castañeda. — dijo Eduardo desde la otra parte de la línea.
— Qué pasó ahora con ese imbécil?. — contesto Maximiliano tensandose.
— Está demandando por la terminación del contrato. — explico Eduardo preocupado.
— Entonces quiere pelea, bueno pelea tendrá. — contesto Maximiliano mirando a Alexa, ella era una de las mejores abogadas del país y para ella sería muy fácil acabar con ese hombre tan desagradable.
Maximiliano colgó la llamada y volvió a abrazar a su esposa.
— Qué está pasando?. — pregunto Alexa acariciando el pecho de Maximiliano.
— Bruno Castañeda nos demandó por la finalización del contrato. — respondió Maximiliano con un tono de voz fría.
— Que hombre tan estúpido, seguramente no se fijó en la cláusula que agregué al contrato. — respondió Alexa con suficiencia.
— De que cláusula hablas amor?. — pregunto Maximiliano confundido.
— Claro tú tampoco lo sabes pensé que si te lo decía te negarías. — acotó Alexa.
— Entonces dime de qué se trata?. — volvió a preguntar Maximiliano con curiosidad.
— La cláusula establece que después de un año de colaboración mutua y donde no hubo ningún tipo de inconvenientes, cualquiera de las partes podía cancelar el contrato si así lo desean y por lo que recuerdo la empresa tiene año y medio trabajando con este hombre. — explico Alexa.
— Eres increíble, no sabes cuánto te amo. — Maximiliano dijo aquellas palabras sin pensarlo, le dio un suave beso a Alexa y volvió a hacerle el amor.
Alexa estaba sorprendida por él te amo que le había soltado Maximiliano, realmente Alexa no sabía lo que sentía por este hombre, ella lo acepto porque pensó que era lo adecuado, ella lo acepto por todo lo que había hecho él por ella, al menos eso pensaba, pero al saber que él la amaba sus emociones y sentimientos se mezclaron y ahora estaba hecha un lío.
Esa mañana los dos fueron a la oficina juntos, al entrar a la empresa, todas las miradas se pusieron sobre ellos, ya que iban tomados de las manos, Maximiliano estaba orgulloso de tener a Alexa a su lado y pues ella no podía demostrar debilidad ante nadie.
— Buenos días, señor, señorita. — saludo Eduardo esperándolos en la recepción de la empresa.
— Buenos días, Eduardo. — respondió Maximiliano siempre con ese porte de superioridad que lo hacía distinguirse de los demás.
— Buenos días, Eduardo, cómo va la mañana?. — pregunto Alexa, ella era menos fría y siempre se interesaba por como se sentían los empleados, para Alexa un empleado feliz era sinónimo de buen trabajo.
— Todo bien, gracias por preguntar. — respondió Eduardo con una sonrisa.— el señor Castañeda llegará en media hora, ya la sala de juntas está dispuesta para la reunión. — agrego Eduardo.
— Muy bien, tráeme el contrato firmado con ellos a mi oficina. — dijo Maximiliano continuando su camino.
Alexa y Maximiliano subieron al ascensor privado, una vez ahí solos Maximiliano aprovecho para besar a su amada, Alexa sentía la necesidad de más de este hombre, ella quería pasar el día entero con él, ella quería pasar la vida entera con él, su cuerpo se lo gritaba, su corazón lo anhelaba, pero el miedo a sufrir de nuevo la detenía, Alexa tenía muchas cosas que no le permitían ser feliz.