RENACÍ EN LA DUQUESA VILLANA

Celia estaba avergonzada, luego de que Benjamín salió ella se fue corriendo a su cuarto y se preparó un baño bien frío, para bajarse las ganas que tenía y es que el hecho de casi hacerlo donde la gente podía entrar le excitaba más.

En su vida pasada le encantaba disfrutar su juventud y tuvo muchos encuentros, pero ninguno ni siquiera el maldito de Mariano la habían excitado tanto como esos besos.

Deseaba que regrese rápido para terminar lo que empezaron porque ni el agua le quitaba las ganas de ser tomada por su esposo.

Por otro lado, Benjamín también tenía un problema causado por la sorpresiva atención de su amada esposa, pero tenía algo más urgente que tratar el asunto que había surgido era una invasión en el puerto era costumbre que de vez en cuando y sin aviso, piratas ataquen e intenten saquear a las embarcaciones y atacar al pueblo más cercano al puerto.

Gracias a los soldados del ducado casi nunca habían logrado su cometido, pero cada vez necesitaban más protección por el aumento de piratas, para evitar que los habitantes del lugar salieran heridos.

Los piratas venían de otro continente no sabían de qué imperio provenían, pero eran feroces y lo que más les preocupaba es que sabían luchar como soldados.

Las sospechas hacia los imperios lejanos era evidente, habían apresado a más de un pirata, pero no delataban a su líder.

Tal vez era cruel lo que hacían, pero Benjamín siempre ordenaba acabar con todos, para evitar daños sin sentido más de un hombre moría por los ataques de estos y debía evitar más pérdidas de su gente.

Esta vez eran cerca de 200 piratas que usaban artimañas como disparar desde su barco que causaba bajas y daños, no solo luchaban con espadas también utilizaban pistolas las cuales eran muy difíciles de conseguir y eran caras, esa era otra razón por la que les era difícil exterminarlos aún con las armas obtenidas en los demás enfrentamientos.

Llegando a la noche y con una buena cantidad de bajas lograron exterminar a los piratas y como siempre las armas que tenían en su barco pasaban a su posesión estas eran investigadas para mejorar su uso a favor del Imperio.

El duque ordenó llevar a los heridos a los lugares destinados para atenderlos, eran casas que habían sido restauradas como si fuera un hospital ahí eran atendidos los soldados y la gente del pueblo que estaba enferma.

Luego de ordenar una nueva vigilancia se dispuso a regresar a la mansión había sido apenas rozado con la espada, pero había sido atendido y se encontraba mejor.

Cuando llejo a la mansión estaba dispuesto a terminar lo que empezó su amada, pero los planes no salieron como esperaba.

Celia se había dado un baño al atardecer y luego se había quedado solo en bata sin nada debajo con intención de provocar a su esposo, pero mientras hacia una posición para que no se resista a sus encantos le ganó el sueño y se quedó dormida boca abajo y con la bata alzada mostrando el inicio de su trasero.

Benjamín que había entrado tuvo que resistirse mucho para no aprovecharse del estado vulnerable de Celia hasta hace poco no se imaginaba estar haciendo realidad sus fantasías y ahora con la extraña actitud de su amor

No solo por la actitud hacia él, sino por los informes de su mayordomo y del encargado de hacer la parte del trabajo de su esposa.

Por ahora iría lento esta vez casi cedía a sus impulsos primitivos, pero tenía que controlarse no puede dejarse llevar sin saber el porque del cambio.