MOMENTOS QUE SE PIERDEN

CAPITULO 23

Todos iban llegando sin entender que era lo que sucedía. Sobre la terraza a un costado había Todos estaban muy conmovidos por la carta de Romina, y así todos terminaron de comprender que ella nunca quiso estorbar y dejarles un mal recuerdo por su enfermedad. Los cuatro estaban abrazados y una dulce voz los saco de sus pensamientos era Teresa que sin querer iba pasando y se quedó a oír lo que Alejandro leía, lo que la hizo emocionar mucho también.

Teresa carraspeo su garganta, todos la miraron limpiando sus ojos llenos de lágrimas- Disculpen, disculpen mi atrevimiento pero iba pasando y escuche lo que el señor leía -bajo su mirada apenada.- Solo quería decirles una vez más que ella fue una gran persona hubiera dado cualquier cosa por conocerla antes.

-No te preocupes, siéntate por favor- dijo Alejandro señalando una silla.

-Gracias- Teresa, limpio una pequeña lágrima que caía por su mejilla, mientras tomaba asiento- yo quiero decirles que a la señora Romina la cuide yo personalmente, lo hice por lo que no pude hacer por mi propia madre, ella falleció cuando yo era muy pequeña, y los meses que pasó aquí fue como si me hubieran devuelto a mi mamá por unos pequeños meses, la cuide con mucho amor y dedicación. En poco tiempo me enseño muchas cosas de ella, a cocinar mil y una exquisiteces pero sobre todo a llevar la vida un poco más despreocupada y sin tanto problemas innecesarios

-Gracias, muchas gracias por haberle dado todo tu amor y dedicación a mi esposa ese tiempo, gracias por hacerlo por nosotros. Yo estoy casi seguro que ella también te adoptó como una hija más en el tiempo que estuvo aquí y seguramente la hiciste muy feliz por eso estoy muy agradecido.- dijo Alejandro extendiéndose para tomar su mano entre las de ella.- Nosotros vinimos acá a entender el porque ella decidió alejarse y con el tiempo que llevamos aquí hemos logrado entender y conocerla a ella de un lugar del cual nunca tuvimos el tiempo de mirarla

Si gracias Teresa- dijo Julieta y su hermanas de atrás también agradecieron- Gracias Teresa- extendieron sus manos por sobre la mesa y Teresa hizo lo mismo en forma de agradecimiento.

Después de conversar un rato más con Teresa y cada uno se retiró para hacer diferentes cosas. Ya sentían el alma más tranquila, sentían como si una gran mochila que llevaban encima se hubiera vaciado, el corazón se sentía más despejado como si fuera un día nublado y de a poquito iba saliendo el sol nuevamente.

-Tere…-dijo Guadalupe mirando hacia atrás para asegurarse que todos se hubieran ido- ¿ya tienes todo listo?

-Si, bueno ya casi solo faltan unos últimos detalles pero todo está casi listo.- afirmó Teresa, mientras tomaba las manos de Guadalupe.

-Bueno a qué hora los sito? preguntó ella con ansiedad

-No te preocupes por eso, ya todos se enteraran dónde y a qué hora tendrán que estar- Teresa puso una sonrisa cómplice y se retiró.

Guadalupe agacho su cabeza con una sonrisa cómplice y decidió subir a tomar un baño para refrescarse. Subió a su habitación puso su música favorita para escuchar en un pequeño parlante que llevaba con ella y comenzó a buscar para ver con que se iba a vestir. De repente un sobre sobre su mesita de noche llamó su atención, se dirigió a ver que era y cuando lo abrió se encontró con una invitación muy bonita la cual decía:

Hay momentos en la vida que son hermosos por sí solos, pero al compartirlos con personas tan especiales como ustedes, se convierten en momentos inolvidables. Los esperamos a las 19 hs en el lado norte de la playa.

Guadalupe entendió todo lo que esa tarjeta decía asi que fue corriendo a bañarse y aperarse,

-cuando estuvo lista le envió un mensaje a Diego

-Cuñado, ¿Dónde estás?

-En la habitación tu hermana encontró una tarjeta rara en la que dice que nos esperan a las 19 hs, tu sabes algo? Preguntó Diego algo extrañado.

-Obviamente ese es tu momento asique haz todo lo que pensabas demórate un poco así son los últimos en llegar.

-No entiendo nada, Tú…. ¿Tú preparaste algo?

-Te espero cuñadito te quiero bien elegante, y nada de nervios mira que ya te conozco. - escribió Guadalupe en su mensaje y se desconecto.

Ya casi era la hora así que Guadalupe bajó para ver si Teresa necesitaba ayuda, al salir de su habitación se encontró con Alejandro y Juliana que iban a buscarla

-Hija tu sabes algo de esa invitación-le preguntó Alejandro extrañado por la situación

-Si es muy raro-acotó Juliana, quien estaba de la mano de Sergio

-No, no tengo idea, ya me voy que se me hace tarde… -  dijo Guadalupe y salió caminando rápidamente para no darles tiempo a preguntar nada más

Alejandro y Juliana se percataron que ella algo tenía que ver pero no entendían de que se trataba, y mucho menos se lo imaginaban. Guadalupe ubicó a Teresa con la vista y fue a buscarla.

-Tere está todo hermoso, necesitas que te ayude en algo?- pregunto sin dejar de ver cada detalle.

-Gracias lo hice con mucho amor, no gracias, acomodo estas cosas y ya todo está listo.- respondió Teresa.

-No deja eso lo hago yo, ve a cambiarte - insistió Guadalupe

-Cambiarme, para que?- pregunto  Teresa confundida

-Si tú  me ayudaste con esto y en este ultimo tiempo te convertiste en una de nosotras así que tu también eres parte de nuestra familia de ahora en adelante- le dijo Guadalupe tomando sus manos

-Gracias, la abrazo muy conmovida.- le indico que faltaba hacer y salió a cambiarse rápidamente.

Desde donde comenzaba la terraza del lado norte del hotel se podían ver en las barandas unas luces blancas que recorrían el lugar llevándolas hasta unas escaleras que llegaban a la playa donde al bajar el último escalón comenzaba un camino de pétalos de rosas rojas, al final de este había un gran corazón formado en la arena formado con velas puestas sobre la arena.

Una mesa preparada con canapés, quesos entre otros fiambres y frutas, varias botellas de champagne todo entre velas rojas y doradas con pétalos de rosas.

Julieta y Diego fueron los últimos en llegar como se lo había dicho Guadalupe, ella miró discretamente a su cuñado y le hizo una seña para que la llevará hasta el centro del corazón que se encontraba en la playa formado por velas rojas y doradas, todos parados desde la terraza miraban el atardecer de repente muchos fuegos artificiales comenzaron a sonar cuando todos miraron al cielo para verlos. Leyeron “¿Te quieres casar conmigo?”

Julieta mirando al cielo no entendía nada cuando se da vuelta en busca de Diego lo ve arrodillado sosteniendo una pequeña cajita de tras de él la propuesta nuevamente escrita con luces July ¿te quieres casar conmigo?. Ella nunca había sentido tanta emisión en su corazón temblaba y su voz no podía salir asintió con su cabeza el nudo que tenía en la garganta no la dejaba hablar, sus lágrimas comenzaron a caer abrazo a Diego con mucho amor en ese momento los dos sintieron una leve brisa con ese perfume tan particular, sin pensarlo se dieron vuelta mirando al mar y vieron esa silueta dando la bendición a esa linda relación se miraron y no hizo falta decir nada más, ellos entendieron que Romina estaba entre ellos. Julieta lo beso y cuando su emoción bajó un poquito respondió CLARO QUE ME QUIERO CASAR CONTIGO. él la besó con suavidad mientras todos aplaudían, más fuegos artificiales comenzaron a salir de todos lados. Después se acercaron a la mesa donde todos los felicitaron y brindaron todos juntos comieron, bebieron y bailaron hasta altas horas de la madrugada, realmente después de mucho tiempo se sentían felices y con ganas de seguir adelante.