Mi Vida Es Tuya

El atardecer pintaba el cielo de Buenos Aires con tonos anaranjados y rosados, y Valeria se encontraba en su estudio, revisando algunos diseños antes de cerrar por el día. Desde su encuentro con Marcos, su mente había estado ocupada no solo con su trabajo, sino también con pensamientos sobre él y la creciente conexión entre ellos.

Mientras terminaba de organizar sus materiales, su teléfono sonó. Era Marcos.

—Hola, Valeria. ¿Tienes planes para esta noche? Me encantaría invitarte a cenar —dijo su voz, tan cálida como siempre.

Valeria sonrió, sintiendo una ola de anticipación.

—Hola, Marcos. Me encantaría. ¿Dónde nos encontramos?

—Puedo pasar a buscarte a tu estudio en una hora, si te parece bien.

—Perfecto, te espero.

Una hora más tarde, Marcos llegó al estudio de Valeria. Estaba vestido de manera casual pero elegante, y su sonrisa al verla hizo que el corazón de Valeria se acelerara. Juntos, se dirigieron a un restaurante íntimo en un barrio tranquilo, lejos del bullicio de la ciudad.

La cena fue deliciosa, pero lo que realmente destacaba era la conversación. Valeria se sentía cada vez más atraída por Marcos, pero también empezaba a notar una cierta reserva en él, como si estuviera guardando algo.

—Cuéntame más sobre ti, Marcos. Siento que hay muchas cosas que aún no sé —dijo Valeria, mirándolo con curiosidad.

Marcos bajó la mirada por un momento, como si estuviera decidiendo cuánto compartir.

—Bueno, creo que todos tenemos nuestros secretos y sombras, Valeria —respondió él finalmente—. Pero quiero ser honesto contigo. Hay cosas de mi pasado que no son fáciles de hablar.

Valeria extendió su mano y la colocó suavemente sobre la de él.

—No tienes que contarme todo ahora. Solo quiero que sepas que estoy aquí para escucharte cuando estés listo.

Marcos sonrió, agradecido por su comprensión.

—Gracias, Valeria. Es solo que... mi familia y yo hemos tenido una relación complicada. Mi padre era un hombre muy exigente y su muerte dejó muchas heridas abiertas. Parte de mí aún está lidiando con eso.

Valeria asintió, sintiendo la profundidad de su dolor.

—Lo siento mucho, Marcos. Perder a un ser querido es una carga difícil de llevar.

—Lo es. Y aunque he tratado de seguir adelante, a veces siento que esas sombras aún me persiguen —dijo Marcos, apretando ligeramente la mano de Valeria.

—Todos tenemos sombras, Marcos. Lo importante es cómo elegimos enfrentarlas —respondió ella, con una firme convicción.

La conversación se volvió más ligera después de eso, pero Valeria no pudo evitar pensar en los secretos y sombras que Marcos mencionó. Se dio cuenta de que, aunque sentía una conexión profunda con él, había mucho más por descubrir.

Al terminar la cena, salieron del restaurante y caminaron por el barrio, disfrutando de la brisa nocturna. Valeria se sintió segura y cómoda a su lado, como si ya lo conociera desde hace mucho tiempo.

—Gracias por esta noche, Valeria —dijo Marcos cuando llegaron al estudio de ella—. Significa mucho para mí.

—Para mí también, Marcos. Espero que podamos seguir conociéndonos y enfrentando esas sombras juntos.

Se despidieron con un abrazo, y Valeria observó cómo Marcos se alejaba. Mientras entraba en su estudio, una mezcla de emociones la invadía. Estaba decidida a conocer más sobre Marcos y ayudarlo a enfrentar sus sombras, al mismo tiempo que esperaba que él pudiera aceptar las suyas.

Valeria sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba dispuesta a recorrerlo. Después de todo, los secretos y sombras eran parte de la vida, y enfrentar juntos esos desafíos podría fortalecer su conexión y llevarlos a un futuro brillante.