Después de un año de haberse conocido, Dan y Anuel vuelven a encontrarse de forma inesperada en el lugar menos esperado. ¡Las posibilidades de terminar juntos pudieran estar a flor de piel! ¿Que podría pasar entre un chico de preparatoria y un recién casado? ¿El amor entre ambos corazones volverá a resurgir? ¿Intentarán retomar aquellos sentimientos que compartieron en aquel verano que marcó la vida de ambos? ¿Podría Anuel ser capaz de olvidarse de su matrimonio para darle amor a su querido Dan? El tiempo hará que ambos corazones se enfrenten a una etapa de autodescubrimiento más profundo e intenso para poder elegir aquellas cosas que de verdad importan. ¿Qué cosas importan? Arráncame la Vida de es la continuación del libro titulado Quise Morir en Agosto.
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PERSPECTIVA
...El miércoles, en la audición…...
—¿Estas segura de que no se te hizo tarde? —Le pregunto a Maricruz—. Aquí no hay nadie. ¿Si eran hoy las audiciones?
—Sí. Mira, aquí está el mensaje que envío el club de arte —me muestra el chat—. ¡No entiendo porque no hay nadie!
El auditorio estaba completamente a solas. Mi amiga y yo estábamos de pie en el escenario.
—¿Habrán cancelado?
—No creo. Nos hubiesen avisado.
—O a lo mejor y se les hizo tarde.
—Puede ser. ¿Deberíamos esperar?
—Mmmm. No, yo creo que mejor podrías repasar tus diálogos, te falla un poco lo del sentimiento. Yo te ayudo a repasar —sugerí.
—Vale. ¿La escena que hemos estado ensayando? —Pregunta.
—Sí. Obvio que esa escena, a penas y puedes ser sensible al diálogo.
Ella hace un gesto de desagrado por mis palabras.
—Como sea. Inicia tú —me pide ella.
Darcy: **¿Me está rechazando?
Elizabeth: Estoy segura que esas consideraciones que le han estado frenando le ayudarán a superarlo.
Darcy: ¿Puedo preguntarle por qué me rechaza con tan escasa cortesía?
Elizabeth: También podría yo, preguntar por qué con tan evidente propósito de ofenderme y de insultarme me dice que le gusto en contra de su voluntad, contra su buen juicio y hasta contra los dictados de su razón. ¿No es ésta una excusa para mi falta de cortesía, si es que en realidad la he cometido?
Darcy: **No, créame, yo…
—No. ¡¿Sabes qué?! No está saliendo bien. ¡Te falta más seguridad al hablar! Metele un poco de sentimiento, debes enojarte con Darcy —le digo a Maricruz.
—¿Enojarme con Darcy? Es que estoy un poco nerviosa.
—¡Ay contigo! Debes controlar tus nervios, si no, terminaras opacada. Estás diciendo tus diálogos en un tono plano, se nota que solo estas leyendo tu línea.
Mi amiga se muerde los labios.
—Tu deberías enseñarme cómo hacerle de Elizabeth. A ti se te da el sentimiento y el drama.
—No manches. Ya estuvimos practicando ayer. Yo no…
—Intentemos así. ¡Por favor! —Puso mirada de gatito tierno y eso me convenció.
—Está bien. Yo seré Elizabeth. Volvamos a la última línea que yo dije de Darcy.
—Va.
Darcy: **No, créame, yo…
Elizabeth: Si hubiese sido descortés tendría usted una excusa, pero tengo otras razones y usted lo sabe.
Darcy: ¿Qué razones?
Elizabeth: **Aunque mis sentimientos no hubiesen sido contrarios a los suyos, aunque hubiesen sido indiferentes o incluso favorables, ¿cree usted que yo podría caer en la tentación de aceptar al hombre que ha sido el culpable de arruinar, tal vez para siempre, la felicidad de mi adorada hermana? ¿Se atreve a negarlo, Señor Darcy? (Contacto visual) Usted separo a una joven pareja que se amaba y expuso a su amigo a las censuras del mundo y a mi hermana a la burla que despiertan las esperanzas frustradas, sumiéndolos a los dos en el más vivo dolor.
Pausamos. De repente, comenzaron a aplaudir y eso nos sacó de onda a los dos. ¿Quien rayos estaba aplaudiendo? Era el profesor del taller de arte y dos personas más.
—¡Excelente! ¡Bravo! Eres increíble para el papel de Elizabeth —dijo el profesor.
—¿Escucharon nuestro ensayo? —Pregunta Maricruz.
—Sí. Por eso te puedo decir que ya encontré a Elizabeth Benet.
Maricruz gritó de emoción y yo me alegré por ella.
—¡Muchas gracias! Se lo agradezco muchísimo —ella se acercó al profesor y estaba a punto de abrazarlo.
—¿Por qué me agradeces? —Le pregunta él.
—Pues por haberme dado el protagónico.
El profe se ríe tenuemente.
—Perdóname, pero no me refería a ti como Elizabeth —desvía su mirada y la enfoca en mí, me señala—. ¡Tú serás Elizabeth!
Sus palabras me dejan estatico.
—¿Yo? —Me ánimo a preguntar.
—Como bien le dijiste a tu compañera. Elizabeth no puede tener un tono de voz plano. Tú eres perfecto para este papel. En tu voz sentí el sentimiento de tu corazón.
—Pero soy un chico.
—¿Y qué? Hay actores que han hecho papeles femeninos en películas y les salen increíbles. Tú serás Elizabeth. ¡Está decidido! El sexo da lo mismo, igual y adaptamos la obra a un drama BoysLove.
Mi amiga me miraba con sentimientos encontrados. Era como si estuviera triste y contenta al mismo tiempo. ¿Qué le pasaba? Nada de esto estaba planeado.
—Maricruz, yo…
—¡Me encanta! Me da gusto que seas Elizabeth —y me envuelve con sus brazos.
—¿No estás triste?
—Claro que no.
—Pero…
—Ahora ya tengo a los dos protagonistas, solo me faltan los extras y personajes secundarios —hizo saber el profesor.
—¿Y quien hará el papel del señor Darcy? —Pregunta mi amiga.
—Es un muchacho que está en el equipo. ¿Cómo es que se llama? —Se pone pensativo—. ¡Adrian!
La puerta del costado izquierdo se abre.
—¿Adrian? —Pregunto un poco sacado de onda.
—Sí. Justo acaba de entrar. ¿Ya lo conoces? Los presentaré —dijo él.
Maricruz parecía estar más feliz que nunca. Me pellizco el brazo derecho.
—¿Qué te pasa, Mari?
—Adrian será Darcy. ¡Qué bonito! Él está enamorado de ti.
Y el susodicho hace contacto visual y sonríe ampliamente.
—Adrian, quiero presentarte a tu compañero. Él hará el papel de Elizabeth. Su nombre es…
—Dan. ¡Lo conozco! Tiene un bonito nombre —interrumpe al profesor.
—¿Ya se conocían?
—Sí. Ya nos conocíamos —soy sincero.
—¡Excelente! Eso nos permitirá poder disfrutar más de la obra.
El timbre anuncia un cambio de clase.
...***...
—¡No manches! Entonces es cierto todo eso —pronuncia Bruno.
Estamos caminando hacia la salida. El día escolar había llegado a su fin.
—Sí. Es cierto.
—¿Estas emocionado?
—Para nada. Solo es una obra.
—El destino quiere que tú le des una oportunidad a ese muchacho. ¡Es tan guapo! —Maricruz está emocionada.
—Tu dices puras tonterías.
—De vez en cuando. Pero es que…
—¡Dan! —Su voz me hace frenar—. ¿Tienes unos minutos? Me gustaría que nos pusiéramos de acuerdo para ensayar nuestros diálogos.
Adrian sostiene su celular en la mano y tiene una sonrisa amplia.
—Sí, está bien.
—¿Me puedes pasar tu WhatsApp?
—Claro. Escanea mi codigo —busco en mi perfil y abro el qr, se lo muestro.
Acerca su celular al mío y escanea. Se abre mi chat y me manda un sticker. Es un corazón latiendo. ¡Que bobo!
—Listo. Te escribiré más tarde.
—De acuerdo.
—¿Quieres ir por un helado? —Me invita él.
—¡Muchas gracias! Sí, estaría…
Pero Felix me toma de la muñeca y no entiendo como es que apareció en la escena. ¿De donde salió?
—Lo siento Adrian, pero Dan y yo tenemos planes para hoy.