Todo cambia en la Vida de Roisin cuando la obligaban a contraer matrimonio con el hombre que desde pequeños le había hecho la vida imposible, pero el destino tenía más obstáculos para ella. El amor y la traición hacen que surja un cambio, aunque no esté segura de que ese sea el correcto.
NovelToon tiene autorización de Jess Queen para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap 23
Un día después.
El investigador y un puñado de hombres me acompañan a Irlanda, Armagh para ser más precisos. Hemos aterrizado hace unas horas en una pista muy descuidada en Portadown y ahora nos dirigimos a la enorme mansión de piedra donde se esconde mi esposa. Ya casi anochece, estamos muy cerca y aunque me encuentre lleno de rabia con mi mujer por haberme abandonado sin darme la oportunidad de pedirle perdón, me siento emocionado de verla después de cuatro meses. Muero por ver su vientre y que me cuente como fueron los primeros meses de embarazo, esos meses que me he perdido por su rencor hacia mí.
La ruta hacia su escondite es oscura, está rodeado de campo y no se ve un alma.
A lo lejos puedo ver como una caravana de vehículos con las luces altas, vienen de frente a nosotros a alta velocidad. Estamos a unos ciento cincuenta metros de nuestro destino y cada uno de los vehículos entra a la propiedad que buscábamos bruscamente.
¿No se habrán equivocado estos ineptos de dirección?
Las rejas están abiertas, le pido a Roger que ingrese cuando veo que el frente de la mansión es idéntico al de la fotografía.
La camioneta de adelante se detiene y cuatro personas descienden, uno parece estar herido porque dos de ellos lo ayudan a bajar, todo se volvió un caos, pero mi mirada vuelve a mi entorno cuando muchos hombres nos rodean con armas de alto calibre apuntan a los vidrios y nos piden que descendamos del vehículo.
Por fortuna, los que venían detrás de nosotros no entraron y pueden ayudarnos llamando a la policía si algo nos pasa.
—Desciendan con las manos en alto y no quiero ver ningún movimiento brusco o los mataremos. — Dijo uno de los hombres con voz autoritaria abriendo mi puerta.
Obedezco y bajo lentamente de la camioneta con las manos en alto. Los hombres que me acompañaban, incluido el investigador hace lo mismo. Dos de los que supuestamente estaban para cuidar de mí, son reducidos y noqueados.
Me siento intimidado con las armas apuntando a mi cabeza. Jopean detrás de mis rodillas y caigo pidiéndole a dios que no me maten sin antes conocer a mi hijo, sin ver a mi mujer.
—Tú eres quien manda. ¿Quién mierda eres y por qué estás aquí?
No entiendo cómo es que saben que soy quien manda, inconscientemente suelta mi pregunta.
—¿Cómo lo sabes? — No pude evitar usar el tono de voz arrogante que me caracteriza.
Me golpee mentalmente por ser tan estúpido, tengo una especie de ametralladora haciendo presión en la cabeza y el tipo con aspecto de delincuente peligroso suelta una risita.
— Tu traje es el más caro entre todos los idiotas que te acompañan. Ahora dime quien eres para que mi jefe determine como morirás.
No creo que este jugando y si voy a morir prefiero hacerlo con la frente en alto. Aunque me sienta intimidado y asustado por la situación en la que me veo en este momento, no se lo demostrare.
—No se quien carajos sea tu jefe, pero estaré complacido de conocerlo y exigirle que me entregue a mi mujer. Soy Alexander Harrington, el esposo de Bárbara Caparano, la pelirroja embarazada que se esconde como una cobarde dentro de los muros de esta mansión.
Escupo con rabia las palabras, como si salieran desde el fondo de mis entrañas.
—Aquí no vive ninguna mujer con ese nombre. Pero si te refieres a nuestra señora, elegiste, muy mal tus palabras para referirte a ella. —Iba a responderle de la misma manera, pero un golpe detrás de mi cabeza me deja de cara sobre la tierra húmeda y aturdido. — Bien señor Harrington, aquí no nos agradan los Ingleses, por ende, usted y ese acento tampoco. Será atendido por mi jefe en cuanto pueda. Mientras tanto, buenas noches.
Veo venir la culata del arma que sostiene firmemente en sus manos y la estrella en la cabeza sumiéndome en la oscuridad de la inconsciencia.
Roisin
Escuché los motores de las camionetas llegar y detenerse bruscamente. Me acerqué a la ventana de mi cuarto para asegurarme de que mi padre y Peter hayan llegado a salvo.
Veo como todos bajan y se ponen en movimiento y muchos de ellos se apresuran a llegar a la camioneta que esta en la entrada de la mansión y suelto un suspiro cuando veo bajar a mi padre.
Busco con la mirada a Peter, mi corazón se acelera cuando no lo veo por ningun lado. Mi padre rodea la camioneta y abre la puerta del acompañante y la sangre de mi cuerpo baja a mis pies. Peter desciende despacio con la ayuda de mi padre y un hombre mas pese a los gestos que hace. Pero eso no es realmente lo que me inquieta, es la sangre que tiene en el rostro y en la playera que en algun momento fue blanca.
Tomo la bata que se encuentra en los pies de la cama y salgo de la habitación corriendo por el pasillo hasta llegar a la escalera.
Le grito a Aurora que llame a la doctora y ella comienza a dar ordenes para que las personas dentro de la mansión se pongan en movimiento.
Bajo las escaleras agarrada de la baranda afanada y me sorprendo de no tropezar y terminar el descenso rodando por los escalones. Aiden se queja por los movimientos bruscos y tomo mi vientre con la mano que tengo libre.
Al llegar al pie de la escalera la puerta se abre y mi padre y uno de sus hombres (Quien todavía no tuve el gusto de conocer) sostienen a un Peter enfadado.
Mi padre le ordena a la ama de llaves que llame a la doctora y esta le informa que yo ya lo habia ordenado, que estaba en camino.
Peter me sonrie y me tiende su mano. Yo me acerco a el despacio, evaluando los daños en su cuerpo. Su rostro esta intacto, sus manos tienen los nudillos destrozados y se sujeta el costado derecho. De sus dedos se deslizan lineas de sangre que manchan aun mas su ropa.
—Hola cariño, volví a ti. Como prometí.
Mi padre pone los ojos en blanco y sin ningun tipo de cuidado lo deja caer en el sillon de la sala. papá tiene un pequeño corte en el pomulo derecho y esta cubierto de sangre, supongo que de Peter.
— Gracias a la diosa, he pedido que regresen los dos a salvo.
Solo sonriecon un gesto extraño en el, aparentemente siente dolor.
Me acerco mas a ellos y siento un leve mareo. Pero, trato de no darle importancia. No es momento de entrar en pánico. Peter esta palido y suda frio. Abrazo a mi padre y dejo un beso en su mejilla.
Con cuidado me pongo de rodillas entre sus piernas y levantó su playera para ver qué oculta debajo de la tela.
Un corte de unos quince centímetros, bastante profundo.
—Estoy bien, solo necesito una ducha y descansar.
Levanto la vista y busco la mirada de mi padre. No se ve preocupado y eso me tranquiliza.
—Bueno, después de que te vea la doctora haremos lo que tu quieras. Mientras tanto te quedas quieto.
Aurora llega con toallas limpias y agua caliente en una cacerola con unas hierbas que no reconozco.
Me pide amablemente que me aparte para hacer su trabajo y muy a mi pesar lo hago.
La doctora llega y al acercarme a la puerta logro escuchar a los hombres de mi padre que estan afuera haciendo un escándalo. No se qué demonios hacen y la verdad no me interesa. Lo importante es que están aqui.
Mi padre regresó y me trajo a Peter de regreso.
Peter esta vivo.
Los dos estan en casa.
Lo que pase afuera me tiene sin cuidado, lo unico que me importa en este momento esta dentro de las paredes de esta mansion, mi familia.
He pasado cuatro dias infernales sin tener noticias reales sobre lo que pasaba y ahora que estan aqui no quiero separarme de ellos.
Sin más escritora muchas felicidades por su excelente trabajo
Felicitaciones escritora me Muy linda tu historia!! 🌹🤗🫶👏👏👏👏👏⭐