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ATADURAS MATRIMONIALES [OMEGAVERSE]

ATADURAS MATRIMONIALES [OMEGAVERSE]

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Contratadas / ABO / Embarazada fugitiva / Matrimonio por contrato / Completas
Popularitas:3.2M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Dalianegra

(OMEGAVERSE/BL/YAOI)
SIN EDITAR.
Saije es un Omega que cree que todo lo puede tener en la palma de su mano. Sus padres siempre lo complacían en todo, hasta que le hablan sobre el matrimonio y se rehusa totalmente. Es quisquilloso, caprichoso, vanidoso y malcriado y ningún Alfa le gustaba lo suficiente. Entonces, sus padres casi quedan en banca rota y lo hacen casarse con Jaehan, un Alfa de buen puesto, dominante, fuerte y respetuoso.
Saije le hace la vida imposible con sus travesuras, palabras groseras y escapadas, mientras que Jaehan, comienza a perder la paciencia.
Siendo dos completos desconocidos, ¿qué podría suceder?
¿Cuánto le podrá durar la paciencia a Jaehan para hacerle entender el gran poder que puede tener como Alfa?

NovelToon tiene autorización de Dalianegra para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

23.

Como era día de semana, Jaehan nada más se fue a trabajar. Estuvo pendiente al teléfono todo el día pensando en que Saije lo podía llamar.

Había revisado algunas veces el registro de llamadas para ver si estaba la llamada del Omega de aquel día, pero estaba todo vacío. Se quedó viendo el anillo que tenía en su dedo y soltó un suspiro porque eran anillos de matrimonio sin duda alguna, pero eran por un matrimonio falso.

Salió de su oficina para ir a una nueva reunión y pasó casi toda la tarde en ella distraído y sin escuchar casi nada de todas las cosas que hablaban. No se podía sacar de la cabeza a Saije ni mucho menos sus besos o sus caricias. El tener su cuerpo contra el suyo había sido especial.

—¿CEO Jaehan?

Pestañeó un par de veces cuando vio que todos lo estaban mirando.

—Disculpen, me distraje un poco.

—Ha estado distraído desde que llego, ¿le ocurre algo malo?

Dudó unos segundos, pero no lo sintió como algo malo, más bien lo sintió como algo bueno. Algo que le calmaba el alma, pero que también tenía la facilidad de volverlo medio loco y sacarle canas.

—No, señores, todo bien, no se preocupen.

Se esmeró en poner atención y la reunión fue finalizada.

Se fue a su oficina para terminar algunas cosas. Debía firmar unos papeles que se debían enviar a la notaria mañana temprano y verificar otros papeles de entrega que estuvieran correctos. Cuando tuvo todo listo sin ningún papel que le faltara por revisar, comenzó a tomar sus cosas para marcharse.

—¿Ya se va, jefe? —preguntó Magdalena con una sonrisa.

—Sí, ya debo irme a casa. Vivo más cerca aún, pero no quiero retrasarme mucho.

—Claro, yo le traje lo que no pude entregarle el sábado —anunció entregando una bolsa.

Jaehan la quedó mirando unos segundos, pero era amable para no recibirlo. Estiró su mano y le regaló una sonrisa.

—Muchas gracias.

—Es con mucho cariño, espero que le guste.

Simplemente, se alejó para marcharse. Se subió al auto que siempre lo esperaba, pero quiso pasar al centro primero. Vio la misma florería de siempre y compró uno de los ramos más grandes y hermosos que habían. Las dos mujeres que atendían le regalaron una sonrisa porque pensaban en que, aquella persona que recibía el ramo de flores, tenía suerte.

Al llegar a casa, vio que estaba la comida lista igual que siempre, pero Anna le dijo que Saije no se había levantado en todo el día. No supo si ir donde él o darle espacio, dejó las flores sobre la mesa dándole la orden a Anna de que las ponga en agua y subió las escaleras para entrar a su habitación. Lo vio acostado dándole la espalda a la puerta. Pensó que estaba durmiendo, así que se acercó de manera lenta para verlo un poco mejor cuando lo vio con su rostro rojo. Vio su cuerpo temblar un poco y, al tocar su frente, la sintió ardiendo.

—Carajo —soltó y movió las tapas para dejarlo descubierto —. ¡Anna!

Ella subió las escaleras rápido hasta que llegó donde él se encontraba.

—Trae una fuente con agua y fría, unos paños y un termómetro. Saije está ardiendo en fiebre.

Ella no perdió tiempo en hacerlo todo y le llevo lo que había pedido. Lo vio temblar un poco y como solo estaba durmiendo. Se sintió culpable por no haberse preocupado por él con tiempo, pero dio por hecho de que estaba bien porque muchas veces se quedaba en la habitación y ya. Sabía como a veces era, así que quería evitar esas cosas.

Vio a Jaehan mojar unos paños y ponerle en la frente mientras le dejaba un termómetro debajo del brazo.

—¿Llamo al doctor? —preguntó ella.

—No, me encargo yo, si no baja, entonces yo lo llamo. Puedes irte a tu casa.

Ella quiso quedarse un poco más. No quería que la situación se pusiera peor y él no supiera qué hacer, pero, al recordar que su hermanita solía enfermarse mucho y le daba fiebre todo el tiempo, supo que Jaehan podía tener todo controlado.

Ella era débil y frágil, no tenía buenas defensas y cualquier cambio de temperatura le afectaba. La fiebre era algo que siempre le daba, pero Jaehan estaba ahí siempre a su lado, sin dormir, ignorando el trabajo y cualquier cosa para ver que se ponía mejor.

Al ver que eran treinta y ocho grados, soltó un suspiro. Se quitó la chaqueta y la corbata para quedarse solo con su camisa. Dio por hecho que le había hecho mal el caerse al agua helada, así que no se preocupó demasiado porque era algo que se podía bajar fácilmente. Se dedicó a cambiar los paños húmedos todo el tiempo y mantenerlo destapado. Transcurrió una y dos horas hasta que volvió a colocarle el termómetro y vio una temperatura normal. Le siguió colocando unos paños húmedos para prevenir un poco más y sonrió al verlo. Le dio a beber mucha agua e intento darle un poco de sopa, pero se rehusó y se durmió de nuevo. Acarició su mejilla con cuidado y acomodó su cabello rosado lejos de sus ojos.

Quiso irse a su habitación, pero algo en su pecho no lo dejó. Saije se veía frágil y quiso cuidarlo toda la noche. Se quitó los zapatos para acomodarse a su lado y tal vez el Omega seguía con el cuerpo pesado por la fiebre, pero fue capaz de distinguir su olor y se movió hacia él.

Jaehan se limitó a rodearlo con sus brazos y ambos durmieron.

Saije fue el primero en despertar. Sentía su cuerpo un poco lento por la fiebre, pero abrió sus ojos con lentitud. Pudo notar que no estaba solo y sus ojos enfocaron algo blanco: la camisa de Jaehan.

Quiso moverse, pero estaba casi prisionero por sus brazos. No supo lo que sentía, pero nunca antes había dormido con alguien de esa manera. Nunca había despertado sintiéndose seguro y en paz y tuvo miedo de acostumbrarse a algo que, en algún momento, se iba a acabar. Tuvo miedo de acostumbrarse a algo que sabía que no existía.

Soltó un suspiro y se alejó para sentarse con cuidado de no despertarlo. Se bajó para poder ir a la cocina porque tenía mucha sed. Estaba todo oscuro y, al prender la luz, lo primero que vio fue el ramo de flores en agua. Sus labios se curvaron en una sonrisa de inmediato y se acercó con lentitud porque su pie aún le dolía. Tocó las flores y las olió un poco sintiendo cada olor mejor que el anterior. Se sintió feliz, hasta que vio el paquete de regalo que había sobre la mesa.

Su rostro se volvió serio porque algo le dijo de inmediato que no era para él. Se acercó de todas formas y notó que estaba cerrado, pero le dio igual.

Lo abrió sin cuidado alguno rompiendo el papel de regalo y vio unos chocolates en forma de corazones. Quedó viendo la caja y vio que había una nota dentro. Al tomarla, se quedó leyendo lo que decía:

POR SU AMABILIDAD Y APOYO. GRACIAS POR SER TAN DULCE CONMIGO.

Se quedó leyendo las palabras con enojo y quiso tirarlo todo al suelo cuando escuchó los pasos de Jaehan. Él venía bajando soltando un bostezo porque era de madrugada aún cuando lo vio parado sosteniendo algo en sus manos. No supo lo que era hasta que vio el papel de regalo roto.

Saije solo se giró para ir a tomar un poco agua. Quiso restarle importancia y se quedó bebiendo agua con calma porque era algo que no debía importarle.

Jaehan notó su lejanía de nuevo y rascó su nuca.

—Te traje flores, pero no pude dártela por como estabas. ¿Te sientes mejor?

—Sí, gracias.

Se acercó a la mesa para ver lo que había y leyó la nota soltando un suspiro.

—Ya me voy a dormir —anunció.

Lo vio caminando rápido, pero él fue más rápido y tomo su brazo.

—Oye, espera, vamos a aclarar algo primero —dijo bajando la mirada, pero Saije no lo miró ni un poco, solo mantuvo su mirada al frente —. Porque anoche pasaron muchas cosas.

—Nada más estuve en celo y ya, si tú le diste un significado diferente es tu problema —espetó.

Quiso liberar su brazo, pero Jaehan lo sujeto con fuerza.

—Parece que se te olvida que fuiste tú quién dijo cosas.

Saije soltó una sonrisa.

—Y, ¿qué querías? Eso hacen los Omegas en celo para hacer que tontos como tú, caigan.

Jaehan apretó la mandíbula y lo quedó mirando unos segundos.

—No estoy muy seguro de eso —habló, caminando haciendo que Saije retroceda. Alzó la mirada para ver que tramaba, pero fue un grave error porque se tuvo que enfrentar a sus ojos dorados.

Sintió que quedaba atrapado entre la encimera y Jaehan y el nerviosismo le recorrió el cuerpo.

—Porque, por la forma en que me besabas y me abrazabas, era diferente. Tal vez esa maldita boca que se dedica a soltar groserías dice eso ahora —dijo de manera clara con su voz ronca y apoyó sus manos en la encimera a cada lado de su cuerpo y acercó su rostro al suyo para susurrar en su oído—: Pero tu cuerpo me decía una cosa muy diferente ayer y me lo está diciendo ahora.

Quiso negar y decir que estaba loco, pero por el simple hecho de acercarse, sintió que su cuerpo se calentaba.

—¿Ves? Tu respiración ya se aceleró —murmuró y besó su cuello —. Si fuera solo por el celo entonces ahora debería darte igual, pero ya voy entendiendo lo que sucede.

Saije se estremeció cuando lo sintió besar su mejilla y cerró sus ojos con fuerza en un intento de buscar fuerza para alejarlo, pero, con cada segundo que avanzaba iba sintiendo la necesidad de solo atraerlo hacia él.

—Estás celoso, Saije.

Al oír aquellas palabras, abrió sus ojos y se quedó mirando el suelo. Lo vio casi encima de él cuando se acercó más y tragó saliva con dificultad. Nunca había pensado en eso, únicamente en el hecho de que estaba enojado y, en ese preciso segundo, el enojo lo dominó al ver que, tal vez, Jaehan tenía razón.

—Estás celoso por ver que recibo cosas de alguien más.

—¡No es cierto! —gritó.

El Alfa soltó una sonrisa.

—Yo creo que sí porque esas cosas fueron las que dijiste ayer. Que querías tenerme solo contigo para que no vea nadie más. Que estabas usando tu celo para impedir que salga.

Saije sintió sus mejillas calientes porque, desgraciadamente, recordaba haber dicho esas palabras más que bien. Quiso controlar su respiración, pero al sentir como Jaehan se acercaba hasta su cuello y besaba ahí, gimió.

—Me pregunto que cosas más dirías si ocupo mis feromonas que tanto te gustaron para hacerte entrar en celo de nuevo.

Echó su cabeza hacia atrás sintiendo su lengua por su piel. Recordaba sus feromonas porque eran de un aroma agradable que lo había hecho sentir tranquilo, pero que aumentaba todo el calor en él. Cuando sintió sus piernas débiles, se sostuvo de sus brazos y quiso que lo besara, pero se golpeó mentalmente por pensar aquello.

—Eres tan orgulloso siempre que ni siquiera eres capaz de admitir que lo que digo es cierto para no perder —agregó rodeando su cuello y sus ojos se encontraron.

Lo vio con sus ojos azules brillantes y sus mejillas rojas. Lo observó de manera atenta y volvió a sonreír. Acercó su rostro y Saije cerró sus ojos creyendo que lo iba a besar, pero Jaehan solo lo quedó mirando como tenía sus dulces labios entreabiertos.

—¿Vas a encerrarme contigo con la excusa de tu celo cada vez que te sientas celoso?

Saije abrió sus ojos y lo vio serio, intimidante, dominante y con las claras ganas de que quería devorarlo por completo.

—No estoy celoso, idiota —espetó mirando hacia el lado.

—Bien, entonces voy a guardar esos chocolates para agradecerle mañana personalmente a mi secretaria por ser tan amable de siempre preocuparse de mí —dijo y besó su otra mejilla bajando a su cuello nuevamente.

—M-me... da igual —habló sintiendo su piel erizarse.

—Ya veo que te da igual.

Sintió sus manos grandes bajando por su espalda hasta que llegaron a su trasero para apretarlo con ganas contra él. Pudo sentir lo que Jaehan tenía en su pantalón por encontrarse duro y soltó una respiración entrecortada.

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El Yeo Taeju
Díganme rarita por qué yo los shipeo😔
El Yeo Taeju
me hace recordar a mi hermanita cuando era una recién nacida , ahora ya tiene un año😭 Pero me alegra que esté creciendo sana y feliz
El Yeo Taeju
Yo quería ver cómo los mataba 🥲
El Yeo Taeju
disculpa, no me gusta ver historias Hetero😭
El Yeo Taeju
Ni mi ex me mintió tanto como esa Zorra🙄
El Yeo Taeju
PERRA MALDITA BASTARDA OJALA TE MUERAS
Lknlinkity Lkn
más como jaehan xfa
hansitooo
BYE ME DESTROZÓ, BASTA ES UNA DE LAS MEJORES HISTORIAS OMEGAVERSE QUE HE LEÍDO 😭💗
Maria Elena Hernández
esta historia fue muy hermosa y me gustó demaciado grandemente muchas felicidades
alm.
ushh, ya viene esta sarnosa a dejarnos su pudrición
hansitooo
mi bebé :(
hansitooo
te pasaste de rosca wey
camila
siento que a veces no ponen atención cuando leen 😭 JAJAJAJJAJ lit, en los primeros capítulos dijo que ese alfa no le daba confianza xq siempre lo miraba de una manera que lo incomodaba, Pero no daba indicios de que se conocieran.
camila
veo muchas atacadas arriba y abajo las que entienden la vibra Jajaja Pero esq son las que leyeron Jinx 😭 JAJAJAJAJ
karina ochoa
todo me pareció muy bueno! sólo me quedé esperando por que el tío pagará por lo que hizo, esa parte no la leí o se me paso. Por lo demás muy buena
karina ochoa
Hermosa historia!
karina ochoa
Jajaja que locos!
karina ochoa
Emma la destinada de Kaysan!
karina ochoa
Hermoso capítulo
karina ochoa
Más que bruja!
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