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Lazos En Peligro

Lazos En Peligro

Status: Terminada
Genre:Acción / Romance / Contratadas / Mafia / Triángulo amoroso / Completas
Popularitas:325.5k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Cristóbal, el segundo a cargo de una de las organizaciones criminales más importantes del país, ve truncada su vida cuando dos mujeres se cruzan en su camino, una morena, que podría pertenecer a su futuro, y una mujer de su pasado que lo hará enfrentarse a la verdad.

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cristóbal

Rio al ver a mi hermanito haciendo de todo para obtener más mimos de nuestra mamá.

–Mamá, ya déjalo –digo divertido–. El enano se está luciendo.

Claudio hace un mohín y mi mamá sonríe. –Mi pequeñito –susurra, acariciando sus rizos castaños–. Esto me trae recuerdos de cuando te dio viruela. ¡No dejabas que me apartara de tu lado!

–Tenía que aprovechar –nos devuelve Claudio, viéndose orgulloso consigo mismo–. Los mellizos tenían tres años y nos estaban volviendo locos a todos.

–Lo recuerdo –musito–. También recuerdo que al final decidieron que lo mejor era que nos diera viruela a todos, y nos encerramos contigo, bro –rio al recordar esos días–. Pero finalmente sólo a Guillermo le dio.

Mamá sonríe. –Mi pobre bebé, tenía que estar pendiente de él para que no se rascara. Recuerdan cuando Christopher llegó con…–Su sonrisa se pierde de pronto.

Claudio y yo nos miramos y acariciamos el brazo de mamá. Ésta se recuesta al lado de Claudio y se deja consolar por nosotros.

–¿Cómo está Mila? –pregunto para distraerla.

Sonríe. –Bien, mis papás la consienten en todo, así que está feliz. El lunes tiene su primera ecografía, Migue y yo la acompañaremos.

Claudio hace una mueca. –No puedo creer que la enana vaya a ser mamá, ¡si es una cría aún!

Sonrío. –Esperemos que esto la haga madurar, ya va siendo hora. –Tomo la mano de mamá–. Papá se acostumbrará a la idea, ya lo veras. Después babeará sobre su primer nieto o nieta.

Mamá asiente. –Sí, él lo hará, sé que ama a nuestra pequeña con todo su corazón y tu hermana sabe cómo ganárselo… Pero hay cosas y palabras que no se pueden deshacer –termina con la voz rota–. No importa. Estaremos bien –dice de pronto, forzando una sonrisa. Igual que Fer, que sonreía cuando sé que estaba al borde del llanto.

Mi morenita, sólo que no es mía, y nunca lo será. No ahora, no después de saber que me quiere... ¿Cómo demonios pasó esto?

Siempre he sido muy cuidadoso en no darle esperanzas a ninguna mujer, sin embargo, no tuve la distancia necesaria con Rapunzel, y ahora ella está sufriendo por mi culpa.

Pero debo admitir, que la parte egoísta y miserable en mí, se siente halagado, honrado, y sí, contento, de que una mujer divertida, honesta y hermosa como ninguna otra, pueda… quererme.

No te preocupes, amigo, en dos semanas estaré bebiendo los vientos por otro.

Sus palabras queman en mi cerebro, pero debe ser así. Además, ninguna mujer se ha quedado lo suficiente. Ni siquiera, bueno ni siquiera la mujer que me dio la vida me amó lo suficiente para quedarse a mi lado. Miro a mamá y sonrío, ella si me ama, pero el recuerdo de cuando se fue a Italia y nos dejó a mi hermano y a mí solos de nuevo, juega con mi paz mental. Siempre recordaré ese sentimiento de abandono, y sí, sé que mamá en ese entonces no era nada nuestro, pero ya la amaba y no verla fue… doloroso, y trajo memorias de un pasado que intento borrar.

Sí, Fer me olvidará y se alejará como todas lo han hecho.

–Amor. –Me giro hacia la voz de mamá–. ¿Qué te pasa, cielo? Tu hermana está bien, se está recuperando, debes tener paciencia.

Asiento. –Lo sé, estaba distraído eso es todo –miento.

Pero mi mamá es más lista y me conoce al dedillo. –Debes hablar conmigo, cariño.

–Dispara –suelta Claudio, comiendo su jalea mientras esperamos que le den el alta. Supuestamente lo harían dentro de la mañana, pero ya van a ser la dos de la tarde y todavía no pasa el doctor.

–No es nada.

Mamá ríe y revuelve mi cabello. –Nunca me has podido mentir, cariño… –Se calla cuando por la puerta aparece papá, viéndose triste, cansado y preocupado al mismo tiempo.

Nos saluda con un asentimiento de cabeza, y camina hacia el otro lado de la cama de mi hermano. –¿Cómo estás, hijo?

–Bien, papá –resopla–. Les dije que no vinieran, no es necesario.

Papá revuelve el cabello de Claudio y le quita el flan sin abrir. –Vine por la comida también –bromea–. ¿Mónica?

–Estuvo en la mañana, pero tuvo que regresar a Chillán. Mañana tiene una presentación importante y tiene que preparase –explica Claudio–. La tuve que obligar a que se fuera.

Resoplo y mamá sonríe. –La tuvimos que obligar –mascullo.

–No seas así, Cristóbal. Mónica quiere a mi niño, es lógico que necesite estar con él –dice mi mamá, sonriendo más aún cuando hago una mueca.

Veo la mirada de añoranza en papá cuando mira a mamá sonreír. –Creo que no fuimos un suficiente buen ejemplo para nuestro hijo, ¿no crees? –le pregunta a mamá y ésta se encoge de hombros, sin mirarlo.

Claudio y yo nos miramos, y hacemos una mueca al ver tanto dolor en papá.

–Fueron un muy buen ejemplo. Lo que pasa es que mi hermano faltó el día que repartieron el gen del amor, eso es todo –molesta.

–¿Interrumpo?

Me levanto de un salto al escuchar la voz de Fer, y niego con mi cabeza.

Saluda a todos y se presenta. Mi familia me mira pidiendo una explicación.

–Fer es mi… mi amiga, y me va a ayudar con Beatriz. No confío en esa mujer –digo encogiéndome de hombros. Me acerco a Fer y beso su mejilla, necesitando sentirla cerca–. ¿Te costó mucho llegar?

–No, tomé el metro, me dejó a dos cuadras –susurra, evitando mirarme a los ojos.

–¿Almorzaste? Podemos ir a comer algo al casino, me gustaría acompañarte.

Fer mira sus manos, nerviosa. –No tengo hambre –musita–. Quiero que me presentes con la mamá de Beatriz, no quiero ocasionar problemas. –Cuando estoy a punto de negarme, me mira y sé que no puedo negarle nada a esos ojitos tan lindos–. Por favor, ¿sí?

–Está bien, Rapunzel –mascullo–. No puedo contigo. –Me giro para despedirme de mi familia y veo como mamá y papá comparten una sonrisa cómplice al vernos a Fer y a mí, pero luego la distancia entre ellos crece otra vez–. Vuelvo en un rato.

Tomo a Fer de su codo y salimos. –¡No necesito un guía! –Se suelta de mí y yo maldigo en silencio. Me gusta tocarla–. Tienes una linda familia –susurra después de un rato–. ¿Cuántos hermanos tienes?

–Tres. Bueno, ahora supongo que cuatro.

–Vaya, ¿cómo es tener hermanos? –pregunta con anhelo en su voz.

Resoplo. –Agotador –digo y Fer ríe.

Se me pone dura con sólo verla reír.

Maldita sea.

Es terrible sentir este deseo y saber que no podré hacer nada para quitarlo de mi sistema.

–Siempre quise tener hermanos, pero mamá no pudo tener más hijos. Me hubiese gustado tener una gran familia –suspira triste.

–La tendrás –le aseguro y sé que lo hará.

No me es difícil ver a Fer con muchos niños a su alrededor llamando su atención, y a su marido peleando con sus propios hijos por reclamarla por tan sólo unos minutos, esperando ansioso a que la pandilla se duerma para compartir una rica cena con ella, quizá una copa de vino, reír y luego llevarla a la cama, y amarla como lo deseó desde que se despertó y la vio a su lado, durmiendo con una sonrisa que le llegó al alma…Sí, Fer tendrá una gran familia. Nació para ello.

Ignoro el dolor que me sacude al imaginar a un extraño teniendo lo que yo nunca tendré. Amando ese cuerpo…

–¿Qué te pasa? –pregunta, mirándome preocupada.

Me obligo a sonreír. –Nada. Estoy cansado eso es todo –agrego, pero sus ojos me dicen que no la engaño.

–¿Sabes?, si vamos a ser amigos, deberíamos trabajar en la confianza, ¿no crees?

Amigos.

Saboreo la palabra en mi boca y es agridulce. Dulce porque quién no querría ser amigo de una mujer como Fer, y amarga, porque siendo amigos se alejará cada vez más de mi cama.

Uno no se jode a los amigos, figurada y literalmente.

Idiota. Fer ya está fuera de tu alcance. Olvídala.

–No quiero hablar con esa mujer –le confío–. No me gusta verla, ni dirigirle la palabra… No me hace bien.

Toma mi brazo cuando estamos casi llegando a la sala, deteniéndome. Sus ojos me miran con una compasión, ternura y compresión tal, que tiemblo. En este momento viendo sus ojos color cacao, siento que Fer es la persona que mejor me entiende en este mundo, pero no es así. Casi no nos conocemos, nunca me conocerá tanto como mi familia lo hace, ¿verdad?

–Siento mucho por lo que estás pasando, Cristóbal.

Sin poder contenerme, levanto su mentón con mis dedos y observo esa boca que me implora que la bese, o quizá soy yo el que ruega por devorarla, por saborear su dulce miel. Paso mi pulgar por su exquisito labio inferior, y la respiración de Rapunzel se altera.

No seas un canalla con la chica, me ordeno.

–Gracias, Fer –susurro y me obligo a apartar mis manos de la suavidad de su barbilla, no sin antes poner un mechón de su hermoso y largo cabello, detrás de su oreja–. Espera aquí.

Camino hacia la estación de enfermeras y le explico la situación, a los minutos Fer y yo estamos vestidos con la ropa necesaria para entrar a ver a Beatriz.

Nada más entrar, veo a esa mujer durmiendo en la silla, al lado de la cama de mi hermana, sosteniendo su mano con delicadeza.

Caminamos al otro lado de la cama y Beatriz abre sus ojos al sentirnos.

–Oh, eres preciosa –susurra Rapunzel–. Me encanta tu cabello.

Los ojos de mi hermana se abren con curiosidad. –Se caerá –dice tristemente, después de unos segundos–. Me dieron medicamentos muy fuertes antes de… de la operación –termina con dificultad, exhausta.

Fer se encoge de hombros. –El cabello crece, en unos años lo tendrás tan largo como el mío.

Beatriz ríe despacio. –Sí, esa es mi esperanza.

Esa mujer se despierta de un salto. –Cariño –susurra antes de llorar al ver a su hija despierta–. ¿Cómo te sientes?, ¿necesitas algo? –pregunta antes de reparar en nuestra presencia y ponerse blanca como la leche–. Hola –saluda incomoda–. He querido ir a ver a Claudio, pero no sé…

–No lo hagas –mascullo–. ¿Lo sabe? –pregunto mirando a Beatriz.

Asiente.

–¿Es él? –pregunta Beatriz–. No se parece a mí –dice después, mirando a su mamá, pareciendo engañada.

–Claudio está hospitalizado aún, luego vendrá. Soy Cristóbal –me presento y tomo su mano–. Tu hermano mayor.

–Oh –susurra, mirando a su mamá por ayuda, pero ésta asiente y acaricia su mejilla.

–Ya tendremos tiempo para conocernos, enana –la molesto, golpeando su nariz con delicadeza, logrando una sonrisa de su parte–. Esta es Fer y te cuidará mientras estés aquí.

–¡No! –exclama esa mujer, pero hago como que no existe.

–Es muy divertida, ya lo verás.

–No es necesario –interviene–. Hay enfermeras, personal, estoy yo…

–No me fio –digo con voz cortante–. Mientras yo no esté con mi hermana quiero estar seguro que está en buenas manos.

–Estaremos aquí varias semanas, tú tienes que volver a hacer tu vida –empieza, pero la detengo, levantando mi mano.

–No me iré hasta que Beatriz esté bien.

Todas me miran sorprendidas, pero Fer les gana por lejos.

–¿Te quedarás aquí? –pregunta con un hilo de voz.

–Por supuesto que sí –respondo.

Esa mujer… Cristina, mira a Fer, preocupada. –¿Eres enfermera, muchacha?

–No, señora, no lo soy.

–¿Tienes experiencia cuidando niños, o enfermos?

–No, señora, no la tengo.

–Cristóbal, lo siento, pero no creo que sea una buena idea –empieza.

Le disparo con mi mirada. –Lo es. Fer es justo lo que Beatriz necesita ahora. –Me giro hacia mi hermana–. ¿Quieres que Fer se quede contigo?

Beatriz mira a Rapunzel, y luego asiente con una sonrisa. –Sí.

–Está decidido entonces –declaro–. Vendré más tarde con Claudio –digo antes de salir.

–Pero –empieza Fer, sin embargo, hago como que no la escucho.

Soy un maldito egoísta y la necesito cerca, aún a sabiendas que nunca podré tenerla tan cerca como deseo.

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🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
y se quedo con el nombre Don 🐱
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
estos dos son un terremoto
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
ese nombre ha trascendido por muchos años .
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
siiiii tan bello Cristobal . esta mas enamorado 😍 😍 de Fer
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
es que tu mamá ve lo q tu no quieres ver
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
una nieta que le de dolor de cabeza a ella misma
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
ya quisiera ver a Peluson jaja 🤣 debe ser enorme
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
eres periodista, debería investigar quien es ese hombre al que le dices ex jefe
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
oh! Cristina,creo q esta de mas es actitud
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
que manera de solucionar las cosas 🤦
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
es enserió ! asea hay q aplaudir lo que hizo. no era la manera ,uno lucha por lo que quiere pero de la forma que lo hizo no
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
seguro y es un enemigo de los Guerrero
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
¡NO! estas loco . te quiere como sopa .
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
lamentablemente Cristobal eras muy pequeño para darte cuenta de todo el daño que cesar le causo a tu mamá .
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
cesar era un maldito . se mostraba como un buen hombre antes los demás
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
algo me dice q cesar sabia q claudio no era su hijo
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
no cristobal , no digas eso 😞 durante mucho años has sido engañado por tu padre , debería escuchar ambas versiones
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
sorpresa ,sorpresa
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
para que el interrumpió si al cabo no dijo cual era la urgencia 🤷
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
juraba q el no estaba
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