Un Amor Que Duele

Germán

París si que hizo magia habíamos arreglado nuestros problemas o al menos eso creí, con la familia de Perla no se podía saber ellos serían realmente un gran impedimento, nuestra luna de miel tuvo que terminar antes de lo que yo había planeado me di cuenta que el respetable señor Ibarra estaba haciendo mal uso de los recursos ese hombre no perdía la oportunidad de dañar a los demás con tal de su beneficio personal, así que como se avecina la reunión mensual iba aprovechar para quitarlo del cargó, lo hablaría con Perla primero y así lo hice mientras estábamos en el avión le comenté lo que había hecho su padre ella se avergonzó de lo que el había hecho incluso pude ver algunas lágrimas correr por su rostro yo le dije que no era culpa de ella, trate de tranquilizarla pues quiero un futuro a su lado me he dado cuenta lo mucho que la amó y estoy decidido a luchar por nuestro amor. Fue muy pesado el viaje a si que llegamos a nuestro hogar Perla descanso mientras yo seguía revisando cada informé no quería cometer ningún error pero para mí desgracia no había tal error el señor Ibarra estaba desviando dinero y lo estaba llevando a bancos de las islas caimán si que sabía lo que hacía quizá fingió lo de los problemas económicos pero con que motivo no me explico ¿por qué haría eso?, ese hombre era tan maquiavélico que incluso vendería a sus hijas al mismo demonio con tal de conseguir lo que el quiere, mañana será un día difícil, fui a dormir le di un beso en la frente y acaricié su cabello esperando que ella entendiera lo que tenía que hacer.

Al día siguiente todo estaba listo para la reunión Gema y Matt fueron los primeros en llegar, ellos se notaban algo distantes, después llegó la señora Amelia con el señor Ibarra y los otros accionistas, estábamos todos presentes no faltaba nadie así que empezamos la reunión, expuse al honorable señor Ibarra el al verse acorralado empezó a suplicarle a Perla

--- Lo siento papá no puedo hacer nada por ti, como pudiste ser capaz de hacer eso---

--- Perlita hija, debes creerme caí en una trampa, todos ustedes deben creerme--- imploro, pero los demás accionistas no creyeron en el, se fueron retirando incluso Gema y Matt solo quedamos La señora Amalia, Perla el señor Ibarra

--- No te saldrás con la tuya maldito--- gritó el señor Ibarra.

--- Que bueno que nos hemos quitado las caretas señor, si se puede llamar asi--- dije.

--- Germán me podrías dejar hablar con el a solas--- dijo Perla, yo asistí y salí también lo hizo la señora Amalia.

Yo estaba solo en el pasillo esperando por Perla cuando llegó la señora Amalia.

--- Creo que te han sentado muy bien los años cada vez te ves más guapo--- dijo la señora Amalia con cierta coquetería, yo la ignoré.

--- Por lo visto te han comido la lengua lis ratones--- volvió a decir ella.

--- Creo que es mejor que me dejes en paz Amalia---

--- Que pesado, ni porque la pasamos muy bien cuando trabajabas para mí, aún recuerdo las noches de placer que disfrutamos juntos---

--- ¿Qué estás diciendo mamá?--- gritó Perla.