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Lucía La Princesa De Rubí

Lucía La Princesa De Rubí

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Familias enemistadas / Batalla por el trono / El Ascenso de la Reina / Familia Ensamblada
Popularitas:2.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Atenea

La vida de Lucía era perfecta… hasta que invadieron el reino. Sus padres murieron, su hermano desapareció, y todo fue orquestado por su tío, quien organizó una revuelta para quedarse con el trono.
> Lo peor: lo hizo desde las sombras. Después del ataque al palacio, él supuestamente llegó para salvarlos, haciendo retroceder al enemigo y rescatando a la pequeña princesa, quedando así como un héroe ante todos.

> ¿Podrá Lucía descubrir la verdad y vengar a su familia?

NovelToon tiene autorización de Atenea para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Aprovechen que estoy de buen humor

Cuando desperté, aún era temprano. El silencio reinaba en la finca y todos dormían. Me vestí con ropa cómoda, de las que uso para entrenar: una camisa ajustada, pantalones resistentes, botas firmes y, por supuesto, mi espada al cinto. Me dirigí al establo con paso decidido, buscando un caballo para salir a explorar.

Al llegar, me encontré con uno de los caballeros de mi escuadrón. Al verme, se detuvo y me saludó con una reverencia solemne.

—Buenos días, princesa.

—Buenos días —respondí con una leve sonrisa.

—¿Qué hace tan temprano por aquí? Debería estar descansando.

—Deseo salir a dar un paseo —dije sin detenerme.

—¿Irá sola? Podría ser peligroso… no conocemos bien estas tierras.

Me giré hacia él con la mirada firme.

—Sé cuidarme sola, soldado.

—Pero princesa… estamos aquí para protegerla. No puede ir sin escolta.

—¿Se te olvida que soy tu capitana?

—No se me olvida, capitana —respondió con respeto—. Pero también es nuestra princesa. Y es nuestra obligación velar por su seguridad.

Lo observé unos segundos. Había sinceridad en su voz, pero también una firmeza que me hizo respetarlo.

—¿Tu nombre, soldado?

—Mark, mi señora.

—Bien, Mark. Como tu capitana, te ordeno que prepares un caballo. Y también que no interfieras en mi camino. Solo quiero cabalgar un rato. Sola.

Mark bajó la mirada, asintiendo.

—Como ordene, capitana.

Con eficiencia, ensilló el caballo y me lo entregó. Me monté con agilidad y salí a todo galope, dejando atrás la finca.

Cabalgué durante una hora, sintiendo el viento en el rostro y la libertad en cada latido. Al llegar al lago, el paisaje me dejó sin aliento. Flores silvestres bordeaban los senderos, y el agua reflejaba el cielo como un espejo encantado. Seguí cabalgando a orillas del lago hasta encontrar un rincón apartado, poco transitado, donde el silencio era casi sagrado.

Bajé del caballo y me quedé de pie, contemplando la belleza del lugar. Estaba de espaldas cuando escuché un ruido entre los arbustos. Instintivamente, tomé mi espada y me giré con rapidez.

—Sal. Sé que estás ahí —dije con voz firme.

Silencio.

—Si no quieres que vaya por ti, sal de una vez —repetí, esta vez con tono más fuerte, la espada lista en mi mano.

De pronto, alguien salió tambaleándose de entre los arbustos. Su brazo izquierdo estaba ensangrentado, con un corte profundo que parecía reciente. Su respiración era agitada, pero sus ojos estaban alerta.

—¿Quién eres? —pregunté, manteniendo la espada firme en mi mano.

Antes de que pudiera responder, un grupo de hombres vestidos completamente de negro emergió del bosque como sombras vivientes. Sus rostros estaban cubiertos, y sus movimientos eran silenciosos pero letales.

Uno de ellos, con voz burlona, habló:

—Pero mira lo que tenemos aquí… una señorita jugando a ser guerrera.

Otro añadió, señalando al herido:

—Estamos de buen humor, así que hazlo fácil. Nos entregas al hombre y seguimos nuestro camino.

El herido se adelantó un paso, con la mano en el costado.

—¿Y qué te hace pensar que me dejaré atrapar tan fácilmente? —dijo con tono desafiante.

Yo di un paso al frente, sin bajar la espada.

—Lárguense. Aprovechen que estoy de buen humor —les advertí.

El que parecía el líder soltó una carcajada seca.

—Mala decisión, señorita.

Y entonces, el bosque estalló en caos.

El primero de los asesinos se lanzó hacia mí con dos dagas en mano. Lo esquivé con un giro rápido y le di un golpe en el pecho con la empuñadura de mi espada, dejándolo sin aire. Otro vino por mi flanco, pero lo intercepté con una estocada directa al abdomen. El líder intentó atacarme con una espada curva, pero sus movimientos eran torpes comparados con los míos. Lo desarmé con un giro de muñeca y lo derribé con una patada giratoria.

Cinco más se me amontonaron. Me rodearon, pero no me intimidaron. Salté hacia atrás, tomé impulso y lancé una serie de golpes precisos: uno en la pierna, otro en el cuello, otro directo al corazón. El último intentó huir, pero lo alcancé con un corte limpio en la espalda.

Mientras tanto, el herido se defendía con sorprendente habilidad. Aunque sangraba, logró esquivar los ataques con movimientos ágiles. En un instante, desarmó a uno de los asesinos y tomó su espada. Sus golpes eran rápidos, casi invisibles. Cortó, giró, bloqueó, y cuando tres lo rodearon, se impulsó hacia arriba, girando en el aire y derribándolos con una danza letal de acero.

Cuando el último enemigo cayó, el bosque volvió a quedar en silencio. Los cuerpos yacían en el suelo, y el aire olía a sangre y hojas rotas.

Me acerqué al hombre, aun con la espada en mano.

—¿Por qué te buscan? —pregunté con voz firme—. ¿Y quién eres?

—No es momento de presentaciones —dijo él, con la voz entrecortada mientras se apoyaba en un árbol—. Ellos no son los únicos… vienen más. Y no quiero estar aquí para encontrármelos.

—Tienes razón —respondí, ya montada en mi caballo—. ¡Ven, sube!

El hombre dudó por un segundo, pero al ver que no había otra opción, se apoyó en la montura y se acomodó detrás de mí. Sentí el peso de su cuerpo herido, y sin perder tiempo, cabalgué hacia el bosque. Rosalín me había dicho que cerca de este lugar había una cabaña abandonada, segura y bien escondida.

El viento cortaba entre los árboles, y el sonido de cascos sobre tierra húmeda era lo único que nos acompañaba. Cuando llegamos, desmonté rápidamente y abrí la puerta de madera con fuerza. El hombre me siguió, tambaleándose.

—Es mejor que estés aquí por ahora —le dije mientras lo ayudaba a sentarse sobre una manta vieja—. Esos asesinos están merodeando… y tú estás herido.

Él me miró con una mezcla de sorpresa y gratitud.

—Gracias por su consideración, señorita.

—No hay nada que agradecer —respondí, sin mirarlo directamente—. Lo habría hecho por cualquiera.

Me quedé en silencio por un momento, luego me giré hacia él.

—Pero ahora dime… ¿Quién eres? ¿Y por qué te quieren matar?

El hombre suspiró, como si llevara siglos, esperando esa pregunta.

—Soy solo un turista —dijo con una sonrisa amarga que no le llegaba a los ojos—. Solo quería ver el hermoso paisaje de este lugar. Me llamo Richard.

—¿Y los asesinos?

—Cortesía de mi querida madrastra —respondió con sarcasmo—. Tiene una forma muy peculiar de demostrar afecto. Digamos que… no le agrada que yo siga vivo.

Me quedé observándolo. Había algo en su mirada que no encajaba con la historia de un simple turista.

—¿Y tú, señorita? ¿Cuál es tu nombre?

Dudé. No quería revelar demasiado. No ahora.

—Lucía —dije al fin, con voz firme—. Solo Lucía.

Él asintió, como si entendiera, que había cosas que no debía preguntar.

—Bonito nombre. Te queda bien.

—Te curaré la herida —le dije, cambiando de tema.

Me dirigí al estante de madera junto a la chimenea. Rosalín me había dicho que siempre había medicinas en esta cabaña: ungüentos de hierbas, vendas limpias, y una botella de alcohol medicinal. Tomé lo necesario y me arrodillé junto a él.

—Esto va a doler —advertí.

—Después de lo que pasé hoy, el dolor ya no me sorprende.

Limpié la herida con cuidado. Él apretó los dientes, pero no se quejó. Mientras lo vendaba.

1
Marta Aleida Sagarra Casamayor
Si la princesa supiera, quien asesino a sus padres.
Atenea
"Gracias, me alegra que les guste 🤗."
Limaesfra🍾🥂🌟
esta historia es impactante, cada capitulo.es mejor que el.otro
Alcira Castellanos
está muy interesante
Its_PurpleColor
Tu talento es inigualable, no detengas🙌
🦩NEYRA 🐚
Quiero más😃
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