¿Qué harías si un día despertaras en un mundo totalmente desconocido?
Andaira, una joven del siglo XXI, despierta en la majestuosa mansión Valois sin memoria y con más preguntas que respuestas. En un reino de magia y misterio, deberá desenterrar los secretos de su pasado y descubrir su verdadero destino. Rodeada de intrigas y peligros, Andaira se encuentra con Kaiden, un valiente príncipe y poderoso general, quien la ayudará a enfrentar las sombras que amenazan su existencia.
A medida que Andaira explora este mundo mágico, se dará cuenta de que su vida está entrelazada con fuerzas antiguas y poderosas. ¿Podrá encontrar su verdadera identidad y salvar al reino de una oscura amenaza?
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Capitulo 22
Los días siguientes estuvieron llenos de reuniones caóticas. La guerra contra Eldoria era inminente, y el palacio estaba inmerso en una frenética actividad. Los consejeros y generales iban y venían, discutiendo estrategias y planes de defensa. La tensión era palpable en el aire, y todos sabíamos que estábamos en la antesala de un conflicto que podría cambiar el destino de nuestro reino.
Me había estado quedando en el palacio desde que todo comenzó. Mis padres estaban preocupados y se negaban a que participara en la guerra, pero no podía simplemente ignorar todo esto. Sabía que mi lugar estaba aquí, apoyando a Kaiden y haciendo todo lo posible para proteger nuestro reino.
Kaiden y yo pasábamos la mayor parte del tiempo en las reuniones, intentando aportar nuestras ideas y preocupaciones. Sabíamos que no podíamos permitir que el miedo nos paralizara. Debíamos mantenernos fuertes y enfocados en la tarea que teníamos por delante.
—Andaira, necesitamos tu consejo sobre la utilización del poder sagrado en las batallas —dijo uno de los generales, mirando hacia mí con seriedad.
Asentí, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre mis hombros.
—En los últimos días, aprendí que el poder sagrado puede dañar enormemente a los demonios y a aquellos que han sido coludidos y usan magia negra. Además, mientras entrenaba, descubrí que con este poder puedo aumentar el poder de otros caballeros, haciendo sus habilidades más fuertes —respondí con firmeza.
Kaiden, a mi lado, asintió y agregó:
—Además, debemos tener un plan de contingencia. Si el demonio intenta atacar directamente, debemos estar preparados para enfrentarlo. No podemos permitir que su influencia se extienda más allá de lo que ya ha hecho.
El emperador, que había estado escuchando atentamente, intervino.
—Estoy de acuerdo. Debemos actuar con prudencia y claridad. No solo enfrentamos a Eldoria, sino también a una amenaza oscura que podría desestabilizarnos desde dentro —dijo, su voz reflejando la preocupación de todos.
Mientras las reuniones continuaban, también había momentos de calma en los que Kaiden y yo podíamos reflexionar sobre lo que estaba sucediendo. Nos refugiábamos en el jardín del palacio, buscando algo de paz en medio del caos.
—Kaiden, tengo miedo —admití un día, mientras nos sentábamos juntos bajo un árbol.
Él me miró con ternura y apretó mi mano.
—Lo sé, Andaira. Yo también tengo miedo. Pero debemos ser fuertes, por nosotros y por todos los que dependen de nosotros —dijo, su voz suave pero firme.
Asentí, sintiendo una oleada de valentía.
—Juntos enfrentaremos cualquier adversidad. No dejaremos que el mal triunfe —dije con convicción.
Los días pasaron rápidamente, y la tensión en el palacio solo aumentaba. Sabíamos que el momento de la batalla se acercaba, y debíamos estar preparados para cualquier eventualidad. Pero también sabíamos que, mientras estuviéramos juntos, podríamos superar cualquier obstáculo.
Unos días después, antes de marcharnos al frente, después de cenar, me encontraba en mi habitación, cuando llamaron a mi puerta.
Me acerqué y abrí lentamente, preguntándome quién podría ser a esa hora. Para mi sorpresa, allí estaba Kaiden, su expresión reflejando una mezcla de preocupación y resolución.
—Kaiden, ¿qué sucede? —pregunté, invitándolo a entrar.
Entró y cerró la puerta tras de sí, su semblante grave.
—Andaira, quería hablar contigo antes de que partamos al frente. Hay algo que necesito decirte —dijo, su voz baja y seria.
Nos sentamos en la pequeña mesa de mi habitación, y él tomó mis manos entre las suyas.
—Sé que has estado entrenando y preparándote, y estoy orgulloso de ti por tu valentía y dedicación. Pero quiero que sepas que, pase lo que pase, siempre estaré a tu lado. Esta guerra será difícil, y enfrentaremos muchos peligros, pero no quiero que te enfrentes a ellos sola —dijo, sus ojos llenos de determinación.
Sentí una oleada de emociones al escuchar sus palabras. Sabía que Kaiden estaba tan asustado como yo, pero también sabía que juntos éramos más fuertes.
—Kaiden, yo también quiero que sepas que no importa lo que ocurra, siempre estaré contigo. Nos enfrentaremos a esto juntos, y no dejaremos que el mal triunfe —respondí, apretando sus manos con fuerza.
Kaiden asintió y me sonrió, una sonrisa que me reconfortó y me dio fuerzas.
—Juntos, Andaira. Siempre juntos —dijo con firmeza.
En ese momento, la distancia entre nosotros pareció desvanecerse. Kaiden se inclinó hacia mí y, sin pensarlo dos veces, nuestros labios se encontraron en un beso lleno de pasión y promesas. Sentí su calidez y su amor en cada caricia, en cada suspiro.
Mis manos se deslizaron por su cuello, atrayéndolo más cerca. El mundo exterior desapareció, dejándonos solo a nosotros dos en ese instante. Sus labios eran suaves y firmes, y cada beso parecía borrar cualquier duda o miedo que pudiera tener.
Kaiden me levantó en sus brazos y me llevó hacia la cama, sin dejar de besarme. Sentí su corazón latiendo con fuerza contra el mío, y supe que, pase lo que pase, estaríamos juntos en esto.
Cuando llegamos a la cama, me besó con más intensidad; su lengua exploró mi boca con una pasión que me dejó sin aliento. Me sentí envuelta en su calor, su cuerpo sobre el mío, su piel contra la mía. Sus manos recorrieron mi cuerpo, acariciando mis curvas, haciéndome sentir viva. Sus dedos se deslizaron por mi espalda, bajando hasta la cintura, y luego subieron de nuevo, trazando un camino de fuego en mi piel. Me sentí estremecer bajo su tacto, mi corazón latiendo con más fuerza en mi pecho. Kaiden se separó de mí por un momento y me miró con ojos ardientes. Su mirada era como un abismo sin fondo, y me sentí atraída hacia él como si fuera imposible resistir su atracción.
—Andaira—susurró, su voz baja y ronca—. Eres tan hermosa, tan mía.
Me sentí estremecer bajo su mirada, mi piel ardiente bajo su tacto. Kaiden se inclinó hacia mí de nuevo y me besó con una pasión que me dejó sin aliento.
Un pequeño gemido salió de mis labios y no pude evitar decir su nombre.
—Kaiden —susurré, claramente agitada. Kaiden se detuvo por un momento, mirándome con una sonrisa sensual. —¿Te gusta?—susurró, su voz baja y provocativa.
Me sentí ruborizar, pero no pude negar la verdad. —Sí—susurré, mi voz apenas audible.
Kaiden se inclinó hacia mí de nuevo, besó mi cuello; cada beso era dulce y me llenaba de placer. No podía dejar de pronunciar su nombre.
—Kaiden —pronuncié lentamente mientras envolvía mis brazos en su cuello y rodeaba su cadera con mis piernas. Kaiden se estremeció bajo mi tacto, y su respiración se volvió más agitada.
—Andaira—susurró, su voz baja y ronca—. Me vuelves loco. Me sentí sonreír, sintiendo su calor y su pasión. —Yo también, me estoy volviendo loca—susurré, mi voz apenas audible. Kaiden se inclinó hacia mí de nuevo y me besó con una pasión que me dejó sin aliento.
Nos quedamos abrazados, respirando con dificultad pero sintiendo una paz y una conexión profunda. Sabíamos que los días por venir serían difíciles, pero también sabíamos que, mientras estuviéramos juntos, podríamos enfrentarnos a todo.
—Te amo, Andaira —susurró Kaiden, acariciando mi rostro con ternura.
—Y yo a ti, Kaiden. Siempre juntos —respondí, sintiendo una oleada de amor, entrelazando su mano con la mia.
Nos quedamos así, abrazados y en silencio, disfrutando de la intimidad y la cercanía. El amanecer del día siguiente traería consigo nuevos desafíos y peligros, pero en ese momento, nada podía romper el lazo que nos unía.
Con el primer rayo de sol asomándose por la ventana, supe que el momento de la verdad se acercaba. La guerra estaba en nuestras puertas, y debíamos estar preparados para enfrentarlo todo.
Al levantarnos de la cama, intercambiamos una última mirada cargada de promesas y esperanza. Sabíamos que, pase lo que pase, enfrentaríamos juntos cada batalla, cada obstáculo. Y con esa certeza, nos preparamos para lo que sería el desafío más grande de nuestras vidas.
El sol ascendió lentamente en el horizonte, y con él, nuestra decisión de luchar por nuestro reino y proteger a quienes amábamos. El futuro era incierto, pero estábamos listos para enfrentarlo, unidos por un amor que nada ni nadie podría romper.
no lo sé... tal vez estoy paranoica
es fantástica
porque su madre no la sano???
pero me gusta