La Chica Del Futuro

Akane se paró frente a mi y extendió sus dos manos esperando que yo respondiera, un pequeña sonrisa adorno su rostro y un tenue brillo iluminaba sus ojos, me levanté del suelo y con un poco de inseguridad respondo a su gesto, la tomé de las dos manos y enseguida sentí la calidez de su tacto.

antes de activar el dispositivo Akane me dio un pequeño parche de piel sintética.

—yuu, colócate este parche en tu muñeca , es un dispositivo que nos ayuda a mantenerlos invisibles al viajar al pasado, una vez que te lo pongas nadie que no tenga un parche igual ha ese podrá verte, es seguridad— dijo Akane

si en esta época, o en cualquier otra había crononautas, seguro que muchos de ellos nunca los vimos por cosas como estás, esto solo me generaba más dudas sobre el tiempo. Akane activo el dispositivo y nuevamente un chispa se empezó a generar entre medio de nosotros, al igual que la primera vez, está se intensificaba y crecía, hasta que termino de crecer y estalló en una luz que destello nuevamente mis ojos, solo podía ver una luz blanca frente a mi, era el efecto de la ceguera, el entorno se empezó a sentir raro como si estuviese tambaleando en un piso inestable pero yo no podía ver lo que pasaba.

cuando comencé a recuperar la visión, podía observar la luz del sol, el entorno se sentía estable nuevamente y el habiente era cálido, ¿es que acaso ya habíamos viajado al pasado?, mi vista se encareció totalmente y puede ver el lugar, pero antes de poder sorprenderme, caí desplomado de rodillas al suelo, un mareo intenso invadía mi cabeza y boca se sentía muy húmeda como si producirá demasiada saliva.

—¿estás bien yuu?— dijo Akane con una voz preocupante— es normal que tengas ese efecto, es la primera vez que viajas.—

enseguida se agachó hasta mi lugar y me dio una especie de dulce con envoltura azul, era una pequeña pastilla redonda de color azul.

—esta pastilla te ayudará a aliviar los efectos adversos—

enseguida la saboree y los efectos empezaron a pasar, su sabor era dulce como una cucharada de miel, era fácil de desvanecer con la saliva. me pare del suelo preguntando en época de mi vida nos encontramos.

—En esta época tienes 12 años— estamos frente a tu antigua escuela, observa, ¿reconoces a ese chico?— dijo esto mientras apuntaba con su mano al frente.

un chico se encontraba caminando del otro lado de la calle, un chico delgado de cabello corto negro, caminado rápido y firme, era yo, aquel chico era yo, una emoción de nostalgia invadió mi persona una alegría indescriptible el poder verme, no se, ni tengo idea de porque pero supongo que a cualquier persona le gustaría echar una vistazo a su yo del pasado.

tras observarme por un momento, percibo que me detengo, detuve mi camino y voltee hacia los lados, como buscando algo o alguien, —!recuerdo este momento!,— sentí algo sospechoso como si alguien me estuviese observando, es por eso que me detuve, Akane se acerca a mi y toma una de mis manos mientras se coloca aún lado mío.

—siempre eres muy sensible a tu entorno yuu—

eso era cierto, siempre podía percibir cualquier cambio en mi entorno, incluso a veces sentía que era algo paranormal.

El aire de aquel día era fresco, un día agradable, cuando llegue frente a la escuela, al parecer espere en la fila a qué está marchara a la entrada, los mismos muros que recordaba, la puerta de metal con tubos como barra que bloquean el paso, decidí acercarme para observar todo más de cerca, todos marcharon dentro y al caminar por los pasillos de entrada, mis ojos reconocían el lugar con gran nostalgia , el eco de los niños que corrían por el patio resonaba como eco lejano que se desvanecía conforme me adentraba en la escuela.

Akane detrás de mi con una cara tierna y una sonrisa calida y agradable.

—¿seguimos yuu?— me preguntó sonriendo

me detuve en un lugar donde solía descansar, apreté mis manos cuando recordé esos momentos solitarios, cuando veía a los demás, pero no me atrevía a unirme, mis ojos recorrían el lugar buscando un señal de un antiguo yo, justo en ese momento, frente a mi paso una chica, era Kawai, se acercó a mi yo joven y con una sonrisa amble y suave me saluda, la expresión de mi yo pasado cambio, de tener una cara sería paso a reflejar un alegría momentánea.

—¿que sientes?— pregunto Akane

sentía una mezcla de nostalgia y añoranza, pero también una sensación amarga, como si estuviera viendo una versión de mi mismo que me obligue a olvidar y ya no existe, un pequeño niño perdido es su propios miedos, entre las expectativas que nunca alcanzo, no podía dejar de sentirme culpable por no haber sido más fuerte es ese tiempo, supongo que mi manera de pensar estaba adaptada a lo que sabía en eso entonces.

Akane observaba en silencio, parecía saber que no era el momento para darme consuelo, al verme reflexionando en ese estado sabía que lo mejor no sería decirme que todo "estaría bien" o que deje ir el pasado, solo me quedé pensando y enfrentando mis recuerdos, con todo su peso.

suspire cerrando los ojos por un momento, y decidí seguir a mi pasado yo, la campana de la escuela sonó a lo lejos, anunciando el inicio de las clases, mi antiguo yo entro en el aula y yo detrás de el, observé como tome asiento, estaba asta la última fila del salón, cierto, recordaba que la profesora acomodaba a los alumnos según el destacamento que tenían, nunca solia participar mucho así que no era de extrañar el porque estuviese hasta el fondo, la maestra llegó y la clase comenzó, decidí salir del salón y sentarme en una pequeña banca que había justo fuera del salón, Akane se sentó a un lado mío y pregunto.

—¿te duele? —

Akane me miró, y sus ojos reflejaban una gran tranquilidad, no respondí de inmediato, permitiendo que la pregunta resonara en mi mente.

—A veces... no se si duele más recordar o intentar olvidar— respondí pensante, como si la repuesta hubiese salido sin pensarlo.

mientras me encontraba al lado de Akane un extraño ruido rompió la quietud del momento, era un sonido casi imperceptible, parecía provenir del interior del aula, voltee la mirada hacia el interior del aula.

—¿escuchaste eso?— pregunté casi susurrando

me acerque me coloco frente a la ventana del aula, sentí una presencia opresiva, una sensación extraña, como si algo me estuviese observando, algo que no debería estar allí, la atmósfera antes tranquila y melancólica, se volvió pesada como si una presencia invisible se ubiese colocado en el lugar.

—¿quién...?— comenzé a decir.

el aire se volvió denso y retrocedí unos cuantos pasos hacia atrás, pero entonces, de repente, una voz me susurro al oído, una voz la cual solo yo pude percibir.

—estas en el lugar equivocado.—