Adhara una joven de 19 años acepta casarse con un desconocido por cumplir con la última voluntad de su padre.
¿Podrá ella cumplir con lo pactado en el tiempo estipulado? ¿Su corazón saldrá ileso? ¿O caerá en las garras del amor?
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#15
A la mañana siguiente se despierta una Adhara con un fuerte dolor de cabeza y con todo dándole vueltas, instintivamente se llevo las manos a la cabeza a la vez que se quejaba de su dolor.
- Duele mucho? - pregunto Alejandro
Al escuchar esa voz Adhara se sentó de un tirón en su cama mirando en dirección a Alejandro y volviéndose a quejar del dolor de su cabeza por el movimiento brusco.
- hola, buen día! Duele mucho y todo me da vuelta
- son normales esos síntomas después de tomar un poco mas de lo debido, pero no te preocupes con un buen baño y lo que en un momento te traerán, te sentirás mejor.
- muchas gracias! - dijo Adhara para luego tomar su celular y fijarse que era casi media mañana lo que significaba que Alejandro no había ido a la oficina.
- es tarde! No debería estar en la oficina? - pregunta adhara
- decidí quedarme, sabía que te sentirías mal, además arregle todo para que mi ausencia no cause estragos.
Adhara completamente sorprendida y un tanto avergonzada bajo su cabeza.
- Lamento mucho hacerlo perder su tiempo! Dijo Adhara en un hilo de voz.
- No tienes porque disculparse, no estoy perdiendo mi tiempo, se lo estoy dedicando a mi bella esposa - respondió Alejandro mientras se sentaba en la cama al lado de Adhara apartando de su rostro un mechón de cabello y levantando su rostro.
Inmediatamente Adhara recordó lo sucedido la noche anterior y sus mejillas se formaron al rojo vivo totalmente avergonzada. Volvió a sentir que el calor la envolvía de solo recordar como ese hombre la había besado.
- Voy a bañarme
- Necesitas ayuda? - pregunto Alejandro acercando su rostro al de ella.
- No es necesario, yo puedo sola. - dijo Adhara al momento en que salio de la cama hacia el baño, sabia que ese hombre tenia intenciones de volver a besarla y ella no tenia fuerza de voluntad para impedírselo.
Mientras Adhara tomaba su baño, Alejandro bajo hasta la cocina donde le preparo a su esposa un desayuno que la ayudaría a superar esos malestares producidos por el alcohol.
Pasado un tiempo, Alejandro volvió a la habitación con la bandeja del desayuno. La puerta que estaba entre abierta fue solo empujarla para entrar. Adhara, quien ya estaba vistiéndose, se encontraba en solo ropa interior.
Alejandro recorrió con su mirada aquel espectáculo mientras que ella se cubría con las manos.
- De sé la vuelta - dijo Adhara casi en un grito
- Discúlpeme, no fue mi intensión, solo vine a traerte el desayuno - Adhara se terminó de vestir a la velocidad de la luz, colocándose un vestido corto bastante cómodo.
- Ya puede voltearse!
Alejandro se acerco, colocando la bandeja en la mesita de noche para luego quedar frente a frente a Adhara.
- Bajo un poco el malestar?
- Un poco, pero no dejo de sentir un fuerte dolor de cabeza
- Desayuna y te tomas este medicamento, luego duerme un poco y todo eso pasara.
- Muchas gracias.
Adhara se metió en su cama y empezó a desayunar con pocas ganas, lo único que deseaba era tomar mucha agua.
Alejandro tomo la cuchara al ver que ella no quería comer mucho y empezó a paladearla.
- Yo puedo sola señor Miller, esto no es necesario, no soy una niña.
Alejandro ignoro sus palabras y continuo dándole la comida, cucharada tras cucharada hasta terminar todo.
luego de asegurarse que la chica se había tomado los medicamentos, se despidió.
- Me voy para que descanses, estaré en el estudio por si
necesitas algo.
- Muchas gracias - dijo Adhara enternecida por las acciones de Alejandro.
El celular de Alejandro timbro, mientras esté bajaba las escaleras.
- Buen día cris.
- Buen día Alejandro, como amaneció mi cuñada?
- Veo que yo pase a un segundo plano - dijo Alejandro fingiendo una profunda tristeza.
- No digas eso, tu eres mi hermano y siempre seras importante, pero me imagino que ella debe estar experimentando lo que es una resaca.
- Si, así está! pero no te preocupes, la estoy cuidando bien.
- Eso espero! por favor dile que saludes de nosotros, cuídate mucho - se despidió Cristina
- Chao, gracias por llamar.
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Hola hija, como te sientes? - pregunto Isabel a Silvia
mira te traje tu desayuno
- Sal de aquí, no quiero verte.
- Hija porque me tratas así, yo solo quiero saber como estas y ayudarte a que estés bien.
- Estaré bien cuando tenga lo que quiero, antes no! Y tu no me puedes ayudar con eso, siempre haz sido una inútil.
- Silvia, no se que es lo que quieres esta vez, pero porque tu bienestar debe estar atado a un deseo, hija te estas lastimando.
- Largo de aquí! No necesito tus consejos estúpidos, largo!! - grito Silvia. Isabel salio de la habitación con lágrimas en sus ojos, su hija la odiaba, la veía como su enemiga y eso le destrozaba el alma.
- Tranquila señora Isabel - intento animarla la empleada
- Porque mi hija no me quiere? porque me mira con odio y desprecio - dijo la mujer llorando a mares y refugiándose en los brazos de su nana.
- No lo se señora! pero no se mortifique, usted ha sido una buena madre aunque ella no lo valore.
- Gracias nana! Gracias por no dejarme sola en esta casa.
- Ya mi niña! Ya! Aquí estaré hasta mi muerte!..
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Al despertar Adhara sintió ese delicioso olor que tanto le gustaba el cual indicaba que Alejandro estaba cerca, y no estaba equivocada, él estaba sentado en los pieceros de la cama observándola.
- Como te sientes? Preguntó Alejandro
- Muchísimo mejor, gracias por todo - respondió Adhara, estaba realmente agradecida por lo que él había hecho.
- Ya que te sientes mejor te informo que este fin de semana saldremos de viaje - dijo Alejandro
- Viaje? - pregunto Adhara
- Sí, viajáremos a darle cumplimiento a la petición de tu padre, iremos al lago y esparciremos sus cenizas en él.
Adhara se sobre salto un poco, ese paso era el definitivo para decirle adiós a su padre por lo que se llenó de tristeza, algo que Alejandro noto de inmediato.
- No estés triste, yo estaré contigo - dijo Alejandro para luego darle un suave y dulce beso, seguido de un tierno abrazo lo que aplaco el dolor de Adhara.
- Señor Miller...
- Shiiiii - dijo Alejandro colocando su dedo en la boca de la chica.
- Por favor, no me llames más por mi apellido, solo dime Alejandro o amor, recuerda soy tu esposo.
Adhara lo miro, esos ojos gises tenían la capacidad para envolverla instantáneamente, llevándola a acercarse a el para que la besara lo que por supuesto aprovecho Alejandro.