Lea es una universitaria que se suicida pero reencarna en Tanea, una joven aristocrática qué tiene que vengarse por su hermana, teniendo que confrontarse con personas importantes e incluso con su prometido. Muchos secretos, traiciones y mentiras ¿su venganza saldrá bien o su vida se verá destruida?
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22.
Nada parecía real. No podía ser real que hace tres días atrás estaba manchada con sangre de una persona y ahora estoy con el vestido de novia más lindo y delicado del reino. Sentía que yo le quitaba toda pureza y delicadeza, no merecía tener tan bello vestido, era un desperdicio.
Me generaba enojo que por culpa de Marc no podía disfrutar mi boda. ¿Quería matarlo, lastimarlo? Sí, obvio, pero es algo muy distinto pensarlo y después accionar. No siento arrepentimiento, pero tengo que procesar la situación.
Frente a mí se encontraba Neyén, lucia un traje bellísimo color negro, pero su mirada era extraña. Ambos teníamos la mente en otro lado y no aquí. Puedo entenderlo un poco, él no es una persona agresiva o algo por el estilo y dejar en coma con muy pocas posibilidades de sobrevivir a su hermano mayor debe ser algo muy fuerte para él. Mientras que yo rezaba a cada momento para que ya deje de respirar y se muera de una vez por todas.
Yo tenía al asesino de mi hermana casi muerto, pero lo que él tenía en esa situación era un hermano.
Lo que genera mucho estrés es que todo lo que pasó desembocó en que Neyén ahora es el príncipe heredero, será rey. De repente pasó a no tener casi tareas a tener el doble y más complicadas. El pueblo no sabe que prácticamente él será el futuro rey, todos piensan que Marc se puede recuperar porque los Reyes mintieron, dijeron que había contraído una enfermedad desconocida.
El sacerdote hablaba cosas que no entendía, mejor dicho que no escuchaba. Miré de reojo a lo lejos, en una de las bancas estaba Innia, al conectar las miradas me dio una sonrisa un poco débil.
Los Reyes me habían preguntado si quería despedirla, pero decidí que no, puede sonar como una decisión rara, pero en realidad ella se redimió. Soy consciente de su contexto, siendo una dama de compañía no podía hacerle la contra al futuro rey, además que nuestra amistad no fue desde el inicio. Repasando ciertos momentos ahora puedo ver como le pesaba hacer el trabajo que él la obligaba hacer, todas esas veces que se veía mal era por eso. En el momento cuando estuvimos cerca de nuestras muertes a mano de Marc, en la pelea fue ella la que me abrazó y contuvo, ella me empujó hacia atrás para evitar que el loco me hiciera algo.
Costará reconstruir la confianza pero lo lograremos.
- Honrado príncipe Neyén Xarayashi, ¿acepta a la señorita Tanea Lichannal como su futura esposa?- la pregunta del sacerdote hizo que después de un tiempo mirara al castaño.
Pasó la mirada del sacerdote hacia mí, sus ojos ganaron un pequeño brillo. Dio un paso y agarró mis manos, con el dedo pulgar comenzó a acariciar el dorso de mi mano.
-Si, acepto- contesté
-Señorita Tanea Lichannal, ¿acepta al príncipe Neyén Xarayashi como su esposo?-
-Si, acepto- contesté con firmeza
Sonreí nerviosa, tendríamos nuestro primer beso y delante de tanta gente. Nuestros rostros estaban a escasos centímetros de distancia, antes del beso más tierno y suave que podría tener en cualquier vida me susurró; "Lamento que este día no sea lo mejor, como hayas soñado, te prometo que de aquí en adelante todo será mejor"