Tercera parte! En emisión asique no se desesperen que vamos a paso lento pero seguro. Escribo con mucho amor asi que espero lo mismo de ustedes 🖤
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Cap 21
Derek duerme en paz, ajeno a toda esta locura, y eso es lo único que me da un poco de estabilidad. Acaricio su espalda, sintiendo su calor pequeño y confiado. Este niño merece una vida libre de gritos y de batallas familiares. Con él en brazos, me siento fuerte, y no voy a retroceder.
Vlad se levanta molesto, da un par de pasos hacia atrás y me observa, sacudiendo la cabeza como si yo estuviera loca.
—Parece que lo dices en serio —su voz sale áspera, cargada de incredulidad—. ¿Separarte de mí, ir en contra de la autoridad de tu madre? ¡Y todo porque no puedes hacer caso a una simple orden! No puedo ir en contra de tu madre, Dess. —La frustración en su voz es como un puñetazo que me hace retroceder.
—Maldición, Vlad, claro que lo digo en serio —respondo, tratando de mantener la voz baja para no despertar a Derek—. Mi madre siempre ha querido controlarlo todo. ¡Y tú, supuestamente mi esposo, no haces nada para defenderme! ¡Estás dejándote controlar por ella y no te das cuenta! ¡Sácala de nuestra casa!
Bien, nuestra primera discusión como pareja, y no es nada lindo la verdad.
—¡No puedo echar a tu madre! ¿Acaso te volviste loca? —Vlad se deja caer en su silla giratoria, pasándose las manos por el rostro con un suspiro frustrado, como si estuviera tratando de entenderme. Me mira como si realmente pensara que he perdido la cabeza.
—¡Si no lo haces tú, lo haré yo misma! —le grito, y Derek ni se inmuta, dormido en mis brazos.
Lo miro a los ojos, esperando ver algún tipo de comprensión, pero lo único que encuentro es esa mezcla de preocupación y desconcierto. Pero entonces, veo algo más... una chispa de ternura. Suspira y me hace un gesto, palmeándose el regazo.
—Ven aquí, cariño —dice, intentando calmarme.
Me acerco con pasos lentos, analizándolo, buscando algún atisbo de la persona que solía conocer. Me siento en su regazo, manteniendo a Derek con cuidado. Vlad toma aire y me mira directamente a los ojos, como si estuviera tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Sé que desde que estamos aquí no hemos pasado mucho tiempo juntos —empieza, y noto el cansancio en sus ojos grises, ese agotamiento que lo ha acompañado en las últimas semanas—. Llevo días sin dormir, tratando de solucionar lo que hicieron mis hermanos con la empresa y ayudando a tu madre a descubrir quién nos atacó. Cuando finalmente quiero descansar, no quiero molestarte, porque estás cansada cuidando de Derek.
Cierro los ojos un momento, tratando de calmar el nudo que se me forma en la garganta. Quiero creerle, quiero pensar que aún hay espacio para nosotros. Pero estoy cansada de ser tratada como una simple pieza en el tablero de alguien más. Siento que me ahogo.
—No es cierto que quiera dejarte, Vlad —susurro, y mi voz sale rota—, pero necesito mantenerme activa, vivir mi vida. ¿Qué hay de mis chicos? Son mis amigos, mi apoyo... ¿Y mis estudios? Quiero ocupar mi mente con algo más que cambiar pañales y ver películas todo el día. Necesito mi vida y mantenerme activa, sentirme útil, Vlad, y lo sabes.
—Tu madre no quiere a esos inutiles cerca porque piensa que, cuando estás con ellos, pierdes tu lado... femenino —dice, y casi me echo a reír por la incredulidad que me provoca.
¿Inútiles? Son sus malditos celos hablando.
—¿Y una mierda con eso! —le espeto, la ira volviendo a subir en mi pecho—. No necesito ser una princesa las veinticuatro horas del día, Vlad.
Él asiente, comprensivo. Sé que me conoce demasiado bien, sé que no quiere verme infeliz.
—Lo sé, Dess —murmura, deslizando su mano en mi mejilla—. Conozco quién eres y cómo necesitas tu espacio. No quiero ser el tipo de esposo que te encierra, pero tu madre fue muy clara en lo que quiere para ti.
Nos miramos, y por un segundo, siento que estamos en la misma sintonía, como antes. Él saca un móvil nuevo del cajón y me lo da.
—Iba a dártelo esta tarde, pero tu “berrinche” me obliga a dártelo ahora, todos tus contactos están ahí, menos los de Aiden y Ares. —Sonríe, y esa sonrisa hace que, por un momento, me sienta a salvo de todo.
—Gracias, cariño. —Le doy un beso suave, y me abraza.
De repente, alguien golpea la puerta, rompiendo nuestra efímera burbuja de paz. Ah, claro. Nadie más que mi madre acabando con la poca intimidad que he logrado conseguir hasta ahora.
Vlad vuelve a mirarme con un brillo divertido en los ojos.
—Te daré una laptop más tarde y… sobre tus chicos…
—¡Los quiero aquí inmediatamente, Vlad, no es un chiste! —mi voz suena firme, innegociable.
Para mi sorpresa, asiente sin protestar.
—Nunca se fueron, Dess. Están en la casa de atrás, trabajando con mis hombres.
Otra vez, la puerta es golpeada, y siento a Derek moverse en mis brazos, despertándose. Me pongo de pie y dejo a mi pequeño hermano en brazos de mi esposo, me preparo para enfrentarla. Golpea una vez más, más fuerte esta vez, y escucho a Derek emitir un pequeño llanto de incomodidad, pero para mi sorpresa, Vlad logra calmarlo en segundos.
Lo sostiene con firmeza, acariciándole la cabeza para calmarlo. Abro la puerta, y ahí está mi madre, Samantha, con el ceño fruncido y la mirada afilada, lista para soltar una de sus críticas mordaces.
—¿Cómo te atreves a dejarme afuera golpeando como una loca para que me...
La interrumpo antes de que termine la frase, colocando mi cuerpo entre ella y la entrada al despacho.
—Agarra todas tus cosas, a tus hombres, y lárgate de mi casa.
La sorpresa en su rostro es evidente. Parpadea, inmóvil, como si no pudiera procesar lo que acaba de escuchar.
—¿Qué dices...? —intenta replicar, pero la corto nuevamente, sin intención de retroceder.
—Que te largues de mi casa. Desde que llegaste, no has hecho más que joderme. No me das espacio, me atacas constantemente, quieres quitarme a Derek, me privas de mi libertad para comunicarme con mi familia, me has quitado a mis hombres, me has impedido estudiar. Esto no es obra de Vlad, es obra tuya y te conozco demasiado bien, lo has hecho toda tu vida, en la fortaleza y donde sea que me llevaras.
Ella se queda en silencio, pero ahora su mirada arde con puro enojo. Pero me importa un carajo. La estoy echando de mi vida -Temporalmente- para mi propio bien, de mi casa, para nuestra tranquilidad. Necesito que entienda que no puede cruzar más esta línea, ya no soy una niña y ahora soy una mujer casada.
—Soy tu madre, no puedes hablarme de esa manera ni sacarme de tu casa así, sin más —dice, pero su tono vacila.— Te desvías si te dejo un poco de espacio y debes ser perfecta para tomar mi lugar en unos años.
No quiero su estúpido puesto, jamás lo quise. Mis hermanos son tan Moore como yo y estoy a nada de renunciar a todo si sigue con esa estupidez de "Perfección".
—Te saco de mi casa porque Vlad y yo necesitamos ser un matrimonio, y contigo aquí eso no es posible. ¿Lo entiendes? Y deja de joder con la perfección, que yo nací y crecí en la mafia y no dejaré que me manipules como te manipularon a ti, madre. ¡Yo debería ser perfecta para ti desde el primer momento que me tuviste en brazos!
Busca la mirada de Vlad, esperando algún tipo de apoyo, pero sólo encuentra un muro..
—Eres tan Johnson cuando se te da la gana... —dice con un tono lleno de asco al mencionar el apellido de mi padre, y me revuelve el estómago.
—Pues lo hubieras pensado antes de engendrarme. ¿O se te olvida que llevabas años enamorada de ese Johnson? —le respondo, sintiendo la acidez en mi propia voz—. Mi padre era un idiota, de eso no hay dudas. Pero si lo que te hace ser así conmigo es la sangre de Derek en mis venas, lo lamento... me hubieras abortado.
ENCUENTRO UNA EXPRESION DE HORROR EN SU MIRADA.
No quiero herirla, pero sí necesito que se aleje, aunque sea por un tiempo. Ya es hora de decirle sus verdades de una vez por todas.
—Siempre supe que eras la más terca de mis hijos, pero esto es demasiado, Dessire —dice mi madre, su voz llena de veneno, pero con un temblor que la traiciona.
—Terca, sí, porque aprendí de ti. Pero no confundo terquedad con manipulación. Lo que haces no es amor, madre, es control. Y eso no lo voy a permitir más.
Ella abre la boca para responder, pero antes de que pueda emitir palabra alguna, Vlad se levanta con Derek en brazos. Su postura es firme, su expresión tranquila pero decidida.
—Samantha, creo que lo mejor es que respetes la decisión de Dess. Esta es nuestra casa, nuestro matrimonio, y necesitamos espacio para manejarlo como pareja —dice Vlad, y su tono, aunque cortés, tiene un peso que no deja lugar a discusiones.
Mi madre lo mira como si él también hubiera perdido la cabeza. Pero algo en la forma en que Vlad la encara la descoloca, y aunque sé que no se rendirá fácilmente, parece darse cuenta de que ha perdido esta batalla.
—Esto no termina aquí —susurra, sus palabras como una amenaza velada. Luego se da la vuelta, su silueta rígida mientras se aleja por el pasillo.
Cierro la puerta con un suspiro, apoyándome en ella por un momento. Siento que acabo de librar una guerra, pero, por primera vez, siento que he ganado algo que realmente importa: mi libertad.
Vlad se acerca y me pasa a Derek, quien ahora está despierto pero tranquilo, mirándome con esos ojos que parecen contener todo el amor del mundo.
—Lo hiciste bien —me dice Vlad, rodeándome con un brazo mientras me guía hacia el sofá.
—Lo hice por nosotros —respondo, dejándome caer junto a él.
El silencio se asienta en la habitación, pero no es incómodo. Es un silencio lleno de promesas, de un nuevo comienzo. Por primera vez en mucho tiempo, siento que hay esperanza para nosotros, para mí.
—Entonces, ¿quieres estudiar, y ser la proxima koroleva? —pregunta Vlad después de unos minutos, su tono más ligero.
Sonrío.
—Sí, y también quiero que mis chicos vuelvan a ser parte de mi vida.
Él asiente, con esa pequeña sonrisa que siempre logra derretirme.
—Lo haremos funcionar, Dess. Lo prometo, pero no sera facil.
Nos quedamos ahí, los tres, como una familia que empieza a reconstruirse en medio del caos.
Pero sé que esto no es el final. Es apenas el comienzo de una nueva etapa, una en la que estoy decidida a ser quien realmente soy, sin ataduras, sin miedo.
Y por primera vez, creo que puedo lograrlo.
Capitulo editado, modificado. El cap 22 sera reescrito.
Jess Queen