Ella es una chica que vive su vida segura de que no nació para amar, mientras que él es un hombre que ya amó una vez pero que no supo hacerlo bien.
Una noche se encuentran en una situación extraña sin saber que el destino ya lo tenía todo planeado.
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Veintidós
Advertencia: Este capítulo contiene escenas explícitas, por favor leer con discreción.
Renato despertó en la mañana, la costumbre de hacerlo siempre a la misma hora lo hizo abrir los ojos antes de que la alarma de su teléfono se escuchara y ahora estaba detallando cada centímetro del rostro de aquella hermosa niña que dormía a su lado, aquella niña que pedía a gritos que él la convirtiera en mujer pero que aún no se decidía a arrebatarle su inocencia.
Había sido una noche larga para el hombre, una en la que incluso soñó como la escuchaba decir su nombre entre gemidos, una noche que le parecía que no iba a ser la única.
Tocó uno de sus rizos rojos desparramados por la almohada y sonrió, era tan tierna que lo hacía temer volver a sufrir.
Por ella ya había roto más de una de sus reglas, lo que le indicaba que su vida de divorciado sin preocupaciones iba barranco abajo y sin frenos y que se le iba a hacer difícil detener la debacle que se avecinaba, sobre todo cuando ella se diera cuenta de que tenía toda una vida por delante y lo dejara detrás a él. No sabía en que momento pasó de "esto es solo sexo" a "te quiero a mi lado" sin darse apenas cuenta.
Suspiró reconociendo para sí que ya no tenía marcha atrás y con mucho cuidado de no despertarla se levantó para ir al baño, debía irse a trabajar, una empresa no se dirigía sola.
Danara despertó un rato después con el sonido de una alarma y se dio cuenta de que era el teléfono del hombre con el que había dormido, la apagó y se concentró en sus pensamientos, había tenido una noche de ensueño, no había tenido sexo como pensó que sucedería al aparecer allí a aquellas horas, pero dormir en sus brazos fue como estar en el cielo.
Escuchó el sonido de la ducha y se imaginó que el cuerpo que faltaba junto al de ella estuviera debajo del agua, así que se levantó y guió sus pasos hasta el baño.
La puerta estaba abierta, entró y vio la silueta del hombre que pasaba las manos por su cabello quitando los últimos rastros de jabón y sin demora se desnudó y entrando a la ducha para acompañarlo se pegó a su espalda.
- ¿Porqué no duermes un poco más?- le preguntó al notar su presencia y sin responder las manos de la chica se delizaron para tocar su masculinidad haciendo que esta creciera en un instante.- Sofía no seas descarada.- se quejó y ella no dijo nada, simplemente siguió acariciándolo desde su posición.
Renato dejó caer la cabeza hacia atrás para intentar apoyarla un poco sobre la de ella y se dejó hacer, aunque se imaginaba que era la primera vez que la pelirroja hacía aquello a un hombre no podía negar que le quedaba muy bien y a él le gustaba.
De repente se giró y la tomó en sus brazos para comenzar a besarla y cuando se cansó la puso de espaldas a él y le encajó su miembro entre las nalgas.
Sin ningún tipo de delicadeza apoyó la cara de la chica contra la pared y bajó una mano hasta su centro para acariciarla ahora a ella.
El rubio movía los dedos de la mano derecha con destreza contra aquella parte tan sensible provocando que ella quisiera más mientras con la otra mano masajeaba sus senos y seguía restregando su virilidad contra su trasero.
- Renato- la escuchó lloriquear y eso le indicó al hombre que la chica estaba a punto de alcanzar su climax.
Entonces detuvo sus manos y las separó de ella.
- No, por favor, no me dejes así. - le suplicó casi llorando.
- Esto es todo lo que vas a recibir por ahora. - le susurró al oído y ella casi sintió que llegaba al orgasmo con su voz- Aprende a obedecer Sofía.
Y ahora sintió como la palma de la mano del hombre se estrellaba contra su trasero dejándole una sensación entre ardor y deseo.
- Y escúchame bien, te prohíbo que termines el trabajo tú. - volvió a restregar su miembro contra ella- Si lo haces el castigo va a ser mucho peor.- la voz se le escuchaba rasgada y arrastró su lengua por el cuello de la chica- Ahora báñate bella(preciosa), lo vas a necesitar.
Y sin darle tiempo a contestar salió de debajo del agua y tomó una toalla para salir del baño.
Un momento después lo seguía ella con el pelo mojado y cara de enfadada.
- ¿Estás enojada?- le preguntó dulcemente mientras ella juntaba su ropa para ponérsela pero no recibió respuesta- Sofía. - le pidió atención en lo que se acercaba a su cuerpo que aún estaba vestido solamente con una toalla- Responde.
- ¿Para qué?¿Para que con cada cosa que haga me recuerdes que soy una niña, que no soy suficiente mujer para ti?- le reclamó sin gritar.
- ¿Es eso lo que crees que hago?- le preguntó dejando un beso en su hombro desnudo- ¿Tú crees que si no fueras suficiente mujer para mi habrías dormido en mi cama?
- ¿Entonces?
- Entonces nada.- volvió a besarla- La noche en que nos conocimos y te oí darle órdenes a Dom no sabes como me pusiste de caliente, me enciende que seas así y que pongas a todos a tus pies sea quien sea, pero tienes que entender que en algunas ocasiones en la cama mando yo, y no me mal entiendas, tú puedes pedir sexo cuando lo desees y como lo desees, pero ya habíamos hablado anoche que no iba a suceder nada y tienes que respetar eso. - otro beso cayó en su hombro- Comprende como funciona esto, yo mando y tú obedeces¿Acaso no fue escucharme ordenar lo que te gustó de mi?
Ella suspiró vencida.
- Tienes razón. - le susurró.
- No te escuché. - se burló de ella.
- Tienes razón y no voy a volver a repetirlo.- habló un poco más alto y él rió.
- Ya vas a ver, no es tan difícil obedecer, además no será siempre así, habrán más cosas.- él vio un brillo de lujuria en los ojos de la chica y le encantó- ¿Quieres que termine para ti lo que empecé en el baño?- la respiración de ella se alteró y él no necesitó respuesta.
muchas gracias autora por todo tu trabajo y esfuerzo 💕