No Me Culpes A Mí

• Ana Lucía.

...

Al llegar a casa quedó sorprendida al encontrar a Gonzalo sentado en medio de la sala, tiene una copa vacía en una de sus manos, está cruzado de piernas con la espalda recostada sobre la espalda del sofá blanco que adorna parte del salón.

Tiene una seriedad no muy característica en él, al notar mi presencia me observaba detenidamente como si buscara algún indicio de algo en mi

Respiro profundamente y mientras me acerco para sentarme frente a él, voy preparándome internamente para decirle todo lo que debo decirle.

_ ¿Dónde estabas? _ el es el primero en hablar. _ Te busqué en la oficina, no te encontré, en casa de tus padres, no te encontré, llamé a tu madre, no me dio razón de ti, le pregunté a la odiosa de tu amiga y menos encontré respuesta ¿Dónde te metiste todo el día? _ habla con una serenidad que eriza mi piel.

_ Estaba haciendo algunas diligencias.

_ Diligencias. _ repite. ¿Dónde y con quién? _ indaga.

_ ¿Desde cuándo tu andas pidiendo explicaciones de todo lo que hago? _ respondo con otra pregunta.

_ Desde que eres mi esposa.

_ Ja, ja, ja. _ la carcajada que suelto resuena por todo el lugar. _ No me hagas reír, por favor. ¿En serio? ¿Hasta hoy te das cuenta que tienes “Esposa"? _ hago las comillas en el aire.

_ Hace casi seis meses nos casamos ¿Se te olvidó?

_ No, no se me ha olvidado que hace casi meses soy un mueble más en tu vida, hace casi seis meses soy tu esposa de papel.

_ No me quieres cambiar el tema con lo mismo.

_ Si, es siempre lo mismo, y vamos a aprovechar que hoy te dignas de estar aquí, tenemos que hablar muy seriamente de nuestra situación.

_ ¿Cuál situación?

Lo miro incrédula, de verdad no sé si es que Gonzalo se hace el idiota o es que definitivamente lo es.

_ Quiero el divorcio. _ no me ando con rodeos y le suelto todo de una vez. _ Esto ya no va para ningún lado, no quiero seguir así, y lo mejor es que cada quién tome su lado.

_ Ja, ja, ja,ja. _ ahora quién se ríe es el, coloca la copa en la pequeña mesa que tiene al lado y se pone de pie y yo inmediatamente hago lo mismo, quiere huir, pero esta vez no lo dejaré hacerlo. _ ¿Estás loca?

_ No, aquí el único que parece loco eres tú, te estoy hablando en serio, quiero el divorcio.

_ Sabes que hay un contrato de por medio, yo no voy a perder lo que tanto he luchado por construir, ni mucho menos te voy a perder a ti. _ me señala. _ Yo te amo Ani, tú eres mi vida entera, y no te voy a dejar, no te daré el divorcio, tendré que morirme primero para que te puedas librar de mí

_ ¿Te estás escuchando? _ Inquiero. _ No seas egoísta Gonzalo, aquí ya no hay nada y no te preocupes por el maldito contrato, anulamos todo y listo, no tienes que darme un peso. _ le aseguro. _ Solo dame el puñetero divorcio.

_ ¡No, Ani yo te amo, tú me amas! _ me toma por los hombros y me sacude levemente y me vuelvo a soltar pasándose las manos por el cabello y el rostro. _ Si es porque te acabe de preguntar dónde estaba no te preocupes, no lo vuelvo hacer, te lo juro, sal a donde tú quieras, pero olvida esa idea absurda de divorciarnos.

_ Esta decisión no es por lo de hoy, es por todo, por todo lo que ha y no ha pasado en todo este tiempo, aquí ya no hay nada.

_ Si hay, aquí hay mucho aún, no te des por vencida tan pronto Ani, si quieres buscaremos ayuda psicológica, hacemos terapia de pareja, lo que sea, pero no me abandones.

No puedo evitar llorar cuando escucho todo lo que dice, si todo esto me lo hubiera dicho meses antes tal vez lo hubiera intentado, pero ahora... ahora ya no se puede.

_ Yo ya no te amo, Gonzalo. _ mi confesión lo tambalea y vuelve a sentarse. _ Te fui infiel, conocí a alguien más y me acosté con él. _ me mira incrédulo.

_ Ja,ja,ja. _ se vuelve a carcajear. _ ¿Tienes que llegar a estos extremos para que te de el divorcio? _ Yo te conozco mi amor, yo he sido el único hombre en tu vida, fui el primero y el último y sé que no hay otro más, todo esto me lo estás diciendo porque está dolida, tienes rabia y con justa razón, no he sido un buen esposo, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de no perderte ¿Qué te parece si nos vamos de viaje por varios días? Iremos a donde tú quieras, dime ¿Hawái, Venecia, Suiza, España, Italia, Grecia, Francia, París, Marsella? Donde te llevo para complacerte y seas feliz.

_ Dame el divorcio y con eso me harás feliz. _ es lo único que pido.

_ Déjame y hablo con tu padre. _ saca su celular. _ Le diré que no irás a trabajar por dos semanas porque nos vamos de luna de miel. _ rápidamente marca el número y se lleva el celular al oído, pero yo sé lo arrebato y cuelgo la llamada.

_ ¡Abre los ojos, maldita sea! ¡Aquí ya no hay nada que arreglar, no quiero seguir viviendo en una mentira! No te amo, entiéndelo.

_ Está bien, acepto a tu amante, dile que puede salir contigo a dónde quiera solo deben ser muy precavidos y cuidar de no estar dando espectáculos por ahí, acuéstate con el, haz lo que quieras, pero no hay divorcio.

Lo oigo y no me lo creo, Gonzalo está completamente fuera de sí, no quiere aceptar las cosas, no acepta que aquí ya no hay nada, entre más limpio mis lágrimas más salen, me duele el pecho, tengo rabia, tengo tantas cosas acumuladas en la garganta.

_ ¿Si estás escuchando lo que sale de tu boca?

_ ¡Si, y yo no puedo creer que te quieras rendir tan rápido, tan fácilmente, esto no fue lo que nos prometimos frente al altar!.