Cadenas Invisibles.

¡Si! Bienvenidas a Cadenas invisibles.  Espero disfrutes de la lectura y hayas leído la nota de advertencia!

Cap 21

—Se quedó conmigo. Hoy tendrás que soportarme en tu casa. ¿O pasarás la noche en casa de tu amor secreto? —Intenté bromear, pero la preocupación seguía en mi mente.

Ethan soltó una risa seca y negó con la cabeza.

—¿Piensas que mi amiga es la mujer que me gusta? —afirmé con la cabeza, sintiéndome un poco tonta por asumirlo—. Cassie, Teresa es lesbiana y vive con su novia desde hace tres años.

La sorpresa me golpeó, y un leve rubor se extendió por mi rostro. Ethan enarcó una ceja y sacudió la cabeza, con una expresión que mezclaba diversión y lástima.

—Sufro porque no puedo tenerla, eso es todo.— Pobre Ethan, me gustaria  tanto  ayudarlo.

Sentí pena por él. Por un momento, pensé que su amiga era esa chica. Entonces, ¿Quién era la chica que le gustaba? No podía sacarme esa pregunta de la cabeza. Daba clases, se encerraba por horas en el gimnasio, y luego se iba a la casa de su amiga. Lo sabía porque miraba sus actualizaciones de estado, y siempre estaban juntos. Pero ahora, esa pista no tenía sentido. ¿Quién era la mujer que le gustaba?

—Ánimo, tigre —palmeé su espalda cuando llegamos a mi clase de economía—. Si no es difícil, no vale la pena.

Ethan sonrió, aunque la sonrisa no llegó a sus ojos, y dejó un casto beso en mi mejilla antes de despedirse.

—Cariño, no tienes idea de lo que estás hablando. Te veo más tarde, y siéntate. Caminas como un pato.

Mis mejillas se pusieron al rojo vivo, pero por suerte, Ethan ya se había alejado lo suficiente como para no verme.

Algo que me llamaba poderosamente la atención, era que ningún chico (de ninguna clase) me miraba. En cambio, las chicas sí lo hacían, pero ninguna se acercaba a hablarme. Solo me seguían con la mirada cuando iba con Ethan de un lado al otro y cuchicheaban entre ellas. ¿Será porque soy unos años mayor que ellas? Tendrían entre 18 y 19 años, calculé. Intenté restarle importancia, pero no podía evitar sentirme un poco incómoda y algo triste. Quería tener amigos, pero hasta ahora, fracasaba en eso.

Las siguientes clases pasaron rápido, sumergida en mis pensamientos, apenas noté el paso del tiempo. Durante el receso, no fui a la cafetería. Había llevado un sándwich y preferí sentarme al sol, disfrutando del calor en mi piel mientras reflexionaba sobre lo que había escuchado de Ethan. No podía evitar preocuparme por él, aunque no sabía cómo ayudarlo.

Por fin llegó la última clase del día: arte. Había estado esperando esta clase toda la semana. El edificio no era pequeño, pero desde el momento en que entré, el olor a pintura y materiales artísticos llenó mis pulmones. Me sentí como una niña pequeña en una tienda de dulces. Quería saltar de emoción, pero me contuve. A diferencia de las demás aulas, aquí los bancos no eran individuales. Había mesas largas para fomentar la interacción y la colaboración, supuse.

Poco a poco, los estudiantes fueron tomando sus lugares. Cuando el profesor entró y cerró la puerta, noté que la única mesa sin ocupar era la mía. Otra vez… sola. Tragué el nudo que se formó en mi garganta, intentando no dejar que eso afectara mi entusiasmo.

—¡Buenos días a todos! —dijo el profesor con energía—. Mi nombre es Nick Franz, y seré su profesor. Este semestre los guiaré a través del fascinante mundo del arte contemporáneo.

Vaya, sí que parecía animado. Y estaba buenísimo, para qué negarlo. Podía competir con Ethan tranquilamente en términos de atractivo. Sonreí para mis adentros, sabiendo que esta clase sería, al menos, visualmente placentera.

—Desde tiempos inmemoriales, el arte ha sido una ventana a la cultura, la historia y la mente humana. Mi objetivo es no solo enseñarles sobre las diversas corrientes, técnicas y figuras del arte contemporáneo, sino también inspirarlos a ver el mundo con ojos nuevos y críticos…

La puerta se abrió, interrumpiendo la introducción del profesor. Un chico vestido totalmente de negro, con el cabello que le llegaba a mitad de la espalda y una expresión que decía "te conviene no molestarme" entró sin disculparse. Sus botas resonaron en el suelo, atrayendo las miradas curiosas de los demás. Maldita sea, ¿por qué siempre me pasan estas cosas?

Moría porque alguien se sentara conmigo, y el universo decidió enviarme a este chico que parecía odiar a medio mundo. Buscó con la mirada un asiento libre y se dirigió a mi mesa con paso despreocupado hasta que se dejó caer en la silla junto a la mía.

—Hola, es el último asiento y… —dijo, sorprendiéndome. ¡Y habla! No parecía ser un cretino si se disculpaba por sentarse conmigo—. Si no molesta…

Corrí mis cosas para hacerle espacio y le sonreí, intentando mostrarme amigable.

—No hay problema —respondí, aunque mi corazón latía un poco más rápido de lo habitual. El chico tenía un piercing en la ceja, otro en el labio inferior y, supuse, uno en la lengua porque hacía ruiditos metálicos con los dientes. Interesante…

El profesor continuó con su presentación:

—...Me gusta fomentar un ambiente de aprendizaje interactivo y participativo, así que espero que no duden en compartir sus ideas, preguntas y perspectivas en cada clase. Estoy aquí para apoyarlos y guiarlos en su viaje artístico, así que no duden en acercarse a mí para cualquier consulta o comentario que tengan…

Mientras el profesor hablaba, mi mente divagaba un poco. Estaba emocionada por aprender, pero no podía dejar de pensar en el chico a mi lado. ¿Qué historia llevaría detrás de esos ojos oscuros? Me di cuenta de que lo estaba mirando de reojo, y rápidamente aparté la vista para no parecer demasiado interesada. Pero algo en él me intrigaba. Quizá era esa aura de misterio, esa actitud despreocupada que contrastaba con mi necesidad de encajar y ser aceptada. ¿Cuántos  años  tiene? parece ser un poco mas grande que yo.

Por primera vez en mucho tiempo, sentí que el fin de semana podría traer algo más que simple diversión. Tal vez estaba a punto de conocer a alguien que cambiaría el curso de mi vida de maneras que ni siquiera podía imaginar.

Recuerden que los capitulos se subiran los dias lunes, miercoles  y viernes. besitos  a todas