NovelToon NovelToon
La Chica Que No Seguía Las Reglas

La Chica Que No Seguía Las Reglas

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Matrimonio arreglado
Popularitas:114.8k
Nilai: 4.7
nombre de autor: maitee

Gabriel Moretti, un CEO perfeccionista de Manhattan, ve su vida controlada trastocada al casarse inesperadamente con Elena Torres, una chef apasionada y desafiante. Sus opuestas personalidades chocan entre el caos y el orden, mientras descubren que el amor puede surgir en lo inesperado.

NovelToon tiene autorización de maitee para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Bajo la misma tormenta

Capítulo 23

El amanecer llegó con una tormenta inesperada. La lluvia golpeaba el techo de la cabaña con un ritmo constante, y el viento aullaba entre los árboles. Elena se despertó con el sonido, acurrucándose más bajo las mantas mientras miraba el reloj en la mesita de noche. Apenas eran las seis de la mañana, pero ya no tenía sentido volver a dormir.

Decidió levantarse y prepararse una taza de té caliente. La cocina estaba en calma, y por primera vez en días, sintió una ligera tensión en el aire. No tardó mucho en descubrir por qué: Gabriel apareció en la puerta con el ceño fruncido y el móvil en la mano.

—¿Ya empezamos con los negocios tan temprano? —preguntó Elena con voz suave, intentando romper el hielo.

Gabriel dejó el móvil sobre la mesa con más fuerza de la necesaria. —La tormenta cortó la señal. No puedo comunicarme con nadie, y eso incluye a mi oficina.

—¿Es realmente tan grave? —preguntó ella, encogiéndose de hombros.

Gabriel la miró como si no pudiera creer lo que decía. —Elena, llevo dos días aquí. ¿Sabes cuántos correos y llamadas pendientes debo tener?

—¿Y qué? —respondió ella con tranquilidad—. El mundo no se va a detener porque el rey de los negocios desaparezca un par de días.

Gabriel la miró en silencio, como si no supiera si enfadarse o rendirse. Finalmente, suspiró y se sentó frente a ella.

—No lo entiendes. He trabajado toda mi vida para construir lo que tengo.

Elena apoyó la barbilla en su mano, observándolo con curiosidad. —¿Y alguna vez te has detenido a preguntarte para qué?

Gabriel frunció el ceño. —¿Qué quieres decir?

—Trabajas sin descanso, controlas todo, planeas cada detalle de tu vida, pero ¿para qué? ¿Qué quieres lograr con todo eso?

La pregunta lo tomó por sorpresa. Durante años, nadie se había atrevido a desafiar sus motivaciones. Todos asumían que el éxito era el objetivo final, pero Elena no parecía estar satisfecha con esa respuesta.

—Quiero seguridad —respondió él finalmente, con voz más baja—. Quiero saber que nunca volveré a sentirme… vulnerable.

Elena lo miró con ternura. —El éxito no te dará eso, Gabriel. No importa cuántas empresas tengas o cuánto dinero ganes. Siempre habrá algo que no podrás controlar.

—¿Y qué sugieres? ¿Que lo acepte sin más? —respondió él, con un toque de frustración.

—Sugiero que te permitas vivir, aunque sea por un momento —respondió Elena, mirándolo a los ojos—. Mira dónde estamos. La tormenta no va a durar para siempre. No puedes resolverlo todo, así que relájate.

Gabriel desvió la mirada hacia la ventana, donde las gotas de lluvia seguían resbalando por el vidrio. Una parte de él quería resistirse a lo que Elena decía, pero otra parte… otra parte comenzaba a creer que tenía razón.

—¿Qué haces tú cuando no puedes controlar algo? —preguntó él finalmente.

Elena sonrió suavemente. —Lo acepto. A veces, lo único que puedes hacer es dejar que la tormenta pase.

El resto de la mañana transcurrió entre el ruido de la lluvia y pequeños silencios compartidos. Gabriel, todavía inquieto, decidió ayudar a Elena a reorganizar la despensa. La actividad era simple y mecánica, pero le ofrecía una distracción que necesitaba.

—No sabía que eras tan ordenado —bromeó Elena mientras él clasificaba las latas por tamaño.

—El orden evita el caos —respondió él automáticamente.

—¿Sabes? —dijo ella, apoyándose contra la mesa con los brazos cruzados—. A veces, el caos tiene su encanto.

Gabriel la miró con una ceja levantada. —¿Encanto?

—Sí —respondió Elena, sonriendo—. Lo inesperado te obliga a adaptarte, a encontrar nuevas maneras de ver las cosas.

—¿Y eso te gusta?

—Me encanta —dijo ella con sinceridad—. La vida sería muy aburrida si todo saliera siempre como planeamos.

Gabriel guardó silencio, procesando sus palabras. Le resultaba difícil imaginar una vida donde el caos pudiera verse como algo positivo. Pero, al mismo tiempo, no podía negar que, desde que había conocido a Elena, lo inesperado había traído momentos que jamás habría experimentado de otra manera.

—Supongo que admiro tu capacidad de aceptar las cosas como son —dijo finalmente Gabriel.

—Gracias —respondió Elena, con una sonrisa—. Pero no creas que siempre fui así. Hubo un tiempo en el que me aferraba a lo que creía que debía ser, hasta que aprendí que la vida tenía otros planes para mí.

—¿Qué pasó? —preguntó Gabriel, genuinamente curioso.

Elena bajó la mirada, como si estuviera debatiendo si debía compartirlo. Finalmente, habló con voz más suave: —Perdí a mi madre cuando era joven. Fue repentino, como una tormenta. No hubo tiempo para despedidas ni explicaciones. Durante mucho tiempo, intenté controlarlo todo para evitar sentirme así otra vez, pero aprendí que la vida no funciona de esa manera.

Gabriel la observó en silencio, sorprendido por la vulnerabilidad en sus palabras. Por un momento, sintió que entendía un poco mejor a la mujer que tenía frente a él.

—Lamento lo de tu madre —dijo él, con sinceridad.

—Gracias —respondió ella, levantando la vista para mirarlo—. Pero no te lo digo para que lo lamentes, sino para que entiendas que, a veces, perder el control no es el fin del mundo.

Gabriel asintió, y por primera vez en mucho tiempo, sintió que las palabras de alguien le calaban más profundo de lo que esperaba.

Por la tarde, la tormenta comenzó a ceder. El cielo gris empezó a abrirse paso entre las nubes, dejando entrar pequeños rayos de sol que iluminaban la cabaña.

Elena, que había estado preparando galletas para pasar el tiempo, miró por la ventana y sonrió. —Mira, te lo dije. La tormenta no dura para siempre.

Gabriel se acercó y observó el cielo. —Tienes razón.

—¿Ves? A veces solo hay que esperar a que pase —dijo Elena, mirándolo con una sonrisa suave.

Gabriel la miró en silencio, y por un instante, algo en él pareció cambiar. Tal vez era el cansancio de resistirse a todo o el simple hecho de que Elena parecía entender algo que él aún no lograba.

—Gracias, Elena —dijo él finalmente.

—¿Por qué?

—Por enseñarme a ver las cosas desde otra perspectiva.

Elena se encogió de hombros, todavía sonriendo. —De nada, Gabriel. Solo recuerda que no siempre tienes que ser el que tiene todas las respuestas.

Gabriel asintió, sabiendo que, aunque aún no estaba listo para dejar todo el control atrás, empezaba a entender lo que Elena quería decir.

Esa noche, cuando el silencio regresó a la cabaña y la tormenta quedó atrás, Gabriel miró el cielo despejado desde la ventana de su habitación. Por primera vez en mucho tiempo, no pensó en sus negocios, en su agenda o en sus pendientes. Pensó en Elena, en su sonrisa y en la forma en que ella parecía desafiar todo lo que él creía saber sobre la vida.

Y, por primera vez, se sintió bien al no tener todas las respuestas.

1
Vanessa
Hay algo que no entiendo, ella se casó para salvar su restaurante, pero no se ha preocupado por el, ni ha ido a trabajar. Y por qué dice su antiguo restaurante?? Compañeros?? Si ella es la jefa, no una empleada
Libian Ruiz: si estoy de acuerdo contigo es como si el restaurant no fuera de ella y solo se dedica a hacer todo lo que él dice es como no se qué ella lo trate solo como él dice y ella haga lo suyo total tiene que tratar de salir adelante y sacar su restaurant o cafetería a flote 🤔🤔🤔
Libian Ruiz: si estoy de acuerdo contigo es como si el restaurant no fuera de ella y solo se dedica a hacer todo lo que él dice es como no se qué ella lo trate solo como él dice y ella haga lo suyo total tiene que tratar de salir adelante y sacar su restaurant o cafetería a flote 🤔🤔🤔
total 2 replies
Salomé Páez
Llegare hasta aquí, hasta que la autora lo avance o termine porque está bueno y falta muy poco par que se decidan qué es lo que ambos quieren.
Salomé Páez
Autora, por cuanto tiempo más seguirán así, hablando y hablando y en la cabaña?? La historia esta buena y linda pero ya debería cambiar.
Jorgelina Garcia
che... siempre dando las gracias x los mismo?! igual me gusta la novela quiero leer el desenlace de la misma!¡
Salomé Páez
Bastante largo su fin de semana, ya llevan como una semana entera en ese lugar.
Salomé Páez
Me pregunto, cuántos día tiene su fin de semana???
Salomé Páez
En otras palabras esta poniendo su vida patas arriba jajajajajajajaja 🤣
Salomé Páez
jajajajajajajaja con todo lo que le dice le está cambiando su perspectiva a de ver la vida y su trabajo
Salomé Páez
Me pregunto cuántos días van ya
Salomé Páez
Que lindo como ella le está enseñando a ver la vida de otra forma y dentro de otro punto de vista, aprendiendo a ver las cosas simples y pequeñas de la vida, rompiendo el muro que el tenía y darse cuenta que la vida es corta y se pierde tiempo en cosas que no se disfrutan.
Salomé Páez
Muy buen capítulo, y lo mejor que la ortografía está correcta. Ahora a esperar que les espera a estos dos personajes.
Salomé Páez
guión
Salomé Páez
Cada vez más bueno👍
Lidia Piriz
Excelente
Gabriel Alejandro Aguilar López
está bien solo que siento que es un poco lenta
jose antonio gonzalez
ellos están en un juego de traiciones de parte de su amigo y otros empleados de su empresa
Genoveva Leon
Excelente
Genoveva Leon
me perdí cuando empezaron a compartir la cama porque dice q se despertó y o vio a Elena?
dorian santos
Excelente
Paqui Fuetes
Bueno
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play