Nunca Es Tarde Para El Amor

Vivían había regresado a casa y al entrar en ella miró que Victoria no estaba ya sabía dónde estaría así que se dirigió a la parte izquierda de la finca y ahí estaba ella plantando unos  árbol de mango Hola Vicky la saludó veo que has plantado muchas cosas hoy la mujer para no pensar había decidido plantar muchos árboles y todos que dieran frutas creo que cuando haya cosecha tendremos a todos nuestros vecinos aquí eso no me molesta. 

 Sabes a quién me encontré en el camino a ese eterno enamorado tuyo Fabricio me pidió que te dijera que si podías salir con él Vitoria puso los ojos pequeños quedó mirando a la pequeña Vivían no saldré con ese hombre es demasiado mujeriego y yo no voy a hacer una más en eso tienes razón, pero cuéntame por lo que escuché el señor Quintero vino a visitarte.

Ella se paró de donde estaba así es un hombre demasiado misterioso y arrogante y sabes algo qué causa en mí demasiada molestia porque no sé descifrarlo y eso que llevo conociendo dos días nomás, eso es lo interesante por qué no tienes una cita con él creo que serían una buena pareja estuve hablando con Andrés y me dijo que es un hombre muy romántico y puede llegar a ser muy apasionado de eso ya me di cuenta así que le pedí que me ayudara para que él saliera contigo en serio cómo se te ocurre pedirle una cosa como eso lo primero que va a pensar es que soy una mujer desesperada en busca de un hombre. 

Te miro muy emocionada  porque no me cuentas tu que te tiene de esa manera creo que  me enamoré  pero sabes cuál es el problema. Es que para el solo soy una jovencita y me trató como si fuera su. Hija   creo que es lo mejor   no es por la edad si no porque no conocemos nada de esa gente  de pronto sea un hombre casado  no has pensado en eso vivían no dijo nada   solo camino hacia la casa   y cuando estuvo en el sofá se dejo caer en el  victoria se sentó un lado de ella  y acarició el pelo de la joven con ternura y le dijo lo siento no debí decirte eso  primero averigua bien para que luego no  tengas una discusión.

Miro que era la primera vez que la joven estaba tan emocionada de conocer a un hombre no quería causarle una desilusión, se levantó de dónde estaba y caminó a la cocina desde ella le dijo extraño a Fernanda, yo también lo hago cuando quieras puedes ir con ella le dijo victoria llegando a su lado, no iré pues esa familia es superficial y yo no encajó en ellos y quizás terminaría como la sirvienta no digas eso Fernanda jamás permitiría eso eres su hermana pequeña.

Vicky crees que el señor Andrés esté casado ella pensó por un segundo que un hombre como él tan apuesto era imposible que estuviera soltero, pero al ver la ilusión que tenía la joven en la mirada sonrió con delicadeza y le dijo quizás sea un hombre que está esperando que llegue su gran amor o quizás si tenga novia o esté casado es por eso que lo debes de conocer primero sin hacerse ilusiones muchas veces es mejor ir despacio. 

Vivían miró que lo que estaba diciendo Vitoria era muy cierto era mejor conocer primero aquel caballero por qué solamente llevaba un día conociendo lo y ella sentía que ya estaba enamorada quizás era amor a primera vista o tal vez simplemente estaba deslumbrada por ese porte elegante esa sonrisa encantadora y esa amabilidad que le había mostrado y que era todo un caballero

Con una sonrisa traviesa ella quedó mirando a Vitoria y le dijo y tú también vas a conocer al señor Quintero es un hombre muy apuesto y con conocerlo no pierdes nada sabes nunca es tarde para el amor victoria sonrió sutilmente en eso te equivocas pequeña el amor ya no es para mí me quedaré aquí en esta pequeña finca cuidando de muchos gatos y cuando Fernanda y tú traigan sus pequeños yo cuidaré de ellos Vivían se irritaba cada vez que escuchaba eso de ella solo era una mujer de 36 años y ya prácticamente sentía que tenía 50 años y que no tenía oportunidad en el amor o tal vez tenía temor de que un hombre la volviera a abandonar. 

Desde que habían tenido esa pequeña conversación había pasado una semana exactamente, había recorrido todos los alrededores, pero no había vuelto a ir a la finca. El paraíso, pero Vivían sí todos los días iba para allá a pesar de que ella siempre que llegaba trataba de contarle cómo estaban las cosas de esa finca ella la evadía. 

Era un día sábado y Vivían había llegado con unas hermosas flores en la mano Vitoria levantó una ceja y con eso había tenido para que la chica comenzara a hablar me la regaló el señor Andrés me dijo que soy como una de estas hermosas flores, pero que él no piensa tocar vaya sí que el hombre es un poeta pues esas palabras son demasiado romántica no crees, ya he averiguado todo de él sé que estuvo casado se divorció y que no tiene hijos.

Eso es fantástico no crees, pero hay que ver si lo que él dice es verdad vivían al mirar lo que ella estaba diciendo no quería ser una mujer negativa así que cambió la conversación el señor Andrés me pidió que fueras necesita hablar algo muy importante contigo lo primero que ella pensó es que el hombre iba a pedirle permiso para salir con la chica dio un gran suspiro y tú sabes para qué me necesita la verdad es que no lo sé lo más seguro es que quiere que plantes hermosa rosa en aquel jardín.

Enrique que era un hombre muy inteligente se había dado cuenta de que la mujer lo había estado evitando desde lejos la miraba,, pero como la mujer en él no había ocasionado ninguna atracción fuerte él decidió no darle importancia y dedicarse a conocer un poco del campo sobre el manejo de la finca a mirar la vacunación del ganado y que estuvieran en buen estado había hablado muchas veces con su padre y su padre le exigía que volviera a la ciudad él no le gustaba estar a cargo de las empresas, pero. Enrique sabía que su padre era un excelente hombre de negocio.

Enrique a pesar de ser un hombre de 28 años siempre había sido un hombre de mundo y él se había dado cuenta de que había causado una gran impresión en aquella mujer en cómo lo miraba lo nerviosa que se ponía al bajar la mirada al morder sus labios o simplemente no saber qué decir

Los días domingo eran. Los días que Victoria iba a una de las hermosas cascada que había por esos lugares Victoria se había levantado a la misma hora de siempre las 9 de la mañana iba a despertar a Vivían,, pero la chica siempre se quejaba de lo fría que era el agua ella montó su caballo y se dirigió a su lugar favorito y al llegar a él se quitó el vestido color azul que llevaba quitado su brasier y había quedado solamente con la parte de abajo se sentía segura porque era un lugar muy tranquilo y pocas personas iban hacia allá y más en las mañanas pues el agua era extremadamente fría y a ella eso le gustaba porque se relajaba.

Entró al agua y sintió que la piel se le erizó eso le pasaba siempre, pero se podía decir que ella tenía un lado masoquista a pesar de que sentía el frío en los huesos disfrutaba de eso llevaba ya un largo rato metido en el agua sumergiendo su cabeza y al mismo tiempo saliendo con rapidez de aquella agua que sentía que le quemaba la piel, hasta que escuchó una voz profunda miró que disfrutas del agua fría no deseas compañía Vitoria rápidamente giró encontrándose a Enrique parado mirándola desvergonzadamente con una media sonrisa en los labios una mirada penetrante en la cual había muchísimo deseo.

Ella había quedado en total silencio no sabía qué decir tampoco se imaginó que el hombre llegaría aquel lugar pues casi no conocía nada del sitio con una voz tartamuda le preguntó qué hace por aquí señor Quintero el hombre sonrió de lado lo mismo que usted hoy ha amanecido con muchísimo calor y al verla el calor ha aumentado muchísimo más ella tragó saliva y sintió que la piel esta vez no se le erizaba por el agua sino por aquella frase que. Él acababa de decir pausada y a la misma vez había sido tan sensual.

Él no había apartado la mirada de ella mientras ella intentaba cubrir sus pechos al mirar que él no se giraba y solamente la tenía enfocada será que usted es tan amable de girarse por qué debería hacer eso si todo lo que estoy viendo me gusta demasiado ella no sabía si salir del agua o quedarse allí así que permaneció un largo rato en la misma posición mientras él la detallaba miró que la mujer no era la supermodelo las cuales él estaba acostumbrado a salir, pero tenía unas caderas que ninguna de las mujeres que él había salido habían tenido y ni qué hablar de esos pechos tan hermosos que tenía sintió deseo en ese momento.