INFIELES SINIESTROS

Samanta expresa su secreto, y sus miedos más profundos:

-Perdóname papá, pero tenía mucho miedo, y era muy inmadura, al principio hasta quise abortar, pero Robert me convenció de casarme con él, en ese momento no lo pensé, quería hacerle a Leonel lo mismo que me hizo a mi, y fui yo la que cai en una trampa, Robert solo quería el dinero para rescatar su empresa, ahora lo entiendo todo, y ya es muy tarde. Mejor dicho, ahora solo quiero rescatar la poca dignidad que me queda, quiero divorciarme. Para eso necesito tu ayuda- mira al padre con ojos suplicantes.

-No hace falta que te diga que puedes contar conmigo, sin embargo estoy muy decepcionado, nunca me imaginé que tendrias mas confianza con un extraño, que acababas de conocer, que con tu propio padre. ¿Es que acaso alguna vez te puse una mano encima, te maltraté de alguna forma?, ¡Explicame!, ¿qué hizo que no me tuvieras confianza en el momenro en qué más necesitabas de un padre?- Ernesto está rojo de la indignación.

-¡Está bien, voy a ser sincera contigo! Papá, cuando te lo iba a decir, escuché sin querer, una conversación tuya, me di cuenta, de que tú tampoco fuiste sincero conmigo... escuché cuando hablabas con  Walter Peterson, tu mejor amigo y ahora mi jefe, y mi hermana, cuando confesabas que mi verdadera madre había muerto, me enteré detrás de una puerta, que no fuiste fiel, a la que creía mi madre, y a quien me trató siempre como a una hija y que yo amaba, por encima de todo-

-Me enteré de que Herminia era mi media hermana, tampoco quise confiar en ella. Siempre, en todos estos años, te he juzgado por no haberme dicho la verdad, por eso no quise dirigir tus empresas. También entendí en ese momento, el por qué soy diferente a todos ustedes, mis ojos eran diferentes, mi cabello no es rubio como el de todos en esta casa-

Por fin, Samanta confiesa las verdaderas razones de su decisión impulsiva, una verdad que a pesar de los años, la carcomía por dentro. Unas lágrimas se asoman y luchan por no salir de sus ojos color almendra.

-¡Sam, eres y siempre serás mi hija, te amo como amo a Herminia!. No es lo que piensas, nunca le fui infiel a Lucía... Pero, la verdad, es que eras hija de mi hermano Jorge, a quien nunca conociste- Ernesto comienza a relatar la confesión que tantos años había ocultado.

-Él se enamoró de una mujer que trabajaba en casa, él era el mayor, me enteré, cuando nuestro padre, formado a la antigua, despreciaba a la gente de clase social baja. Entonces, se le ocurrió echar de casa a la sirvienta embarazada, mi hermano estaba de viaje-

-Cuando él regresó, enloqueció y tuvo una discusión con mi padre, dijo que renunciaría a su herencia, prefería vivir con su mujer y su futuro hijo, salió de casa como loco en su búsqueda, sin embargo, bajo la ira, iba a gran velocidad estaba lloviendo y, la tragedia se presentó, perdió la vida en un accidente de tránsito-

- A mi padre la culpa no lo dejó en paz y al enterarse de que su primogénito murió por su culpa, no lo resistió y le dio un infarto, yo busqué a Grecia Martínez, así se llamaba tu madre, y la conseguí en un estado de abandono total, la llevé a un departamento, le ofrecí una mensualidad-

-Pero, cuando te tuvo, ella misma te entregó en mis manos y mi esposa Lucía no tuvo el corazón para rechazarte. Herminia tenía 10 años, pero a su tierna edad, ella dijo que cuidaría de ti, y si alguno de nosotros se atrevía a abandonarte, ella solita te cuidaría, te quiso desde que te vio-

-Tu madre biológica se fue, con un cheque con una fuerte suma que le dimos, al final mi padre si tuvo la razón, ella estaba con Jorge por su dinero. Después de darnos legalmente a una hermosa pequeñita recién nacida, desapareció-

-Todos te quisimos de inmediato, eras muy inteligente y dulce. Yo con mis influencias y la ayuda de Walter, modificamos los documentos para que aparecieras legalmente como hija de Lucía y mía. Nunca tuvimos el coraje de contarte la verdad, perdóname- unas lágrimas recorren su rostro.

-Pero, te repito, todos te amamos como parte de nuestra familia, y Herminia te considera su verdadera hermana, me hizo prometer que jamás te diríamos la verdad. No obstante, cuando Grecia murió por cirrosis hepática, por el alcohol, yo me encargué de su sepelio-

-Escuchaste una conversación a medias y sacaste falsas conclusiones- Ernesto, por segunda vez llora, la primera vez que lo vio llorar fue cuando murió Lucía. Samanta se acerca a su padre y lo abraza, ella solloza al enterarse de la triste realidad.

-¿Entonces eres mi tio biológico? Pero, sabes, yo también te amo, para mí seguirás siendo mi verdadero padre, perdóname por desconfiar de ti. Lucía fue mi única madre y Herminia mi única hermana, los amo tanto, en mi corazón, siempre serán mi única y verdadera familia-

-Yo he sido una tonta por juzgarte, sin haber hablado contigo; de esa conversación que escuché a medias, como dices, saqué conclusiones erradas, y tomé decisiones apresuradas, sin pensar en las consecuencias. Y ahora, me arrepiento de mis malas decisiones, que también afectaron a mi hijo. Nunca le dije a Leonel que sería padre, fui una completa egoísta- llora en los brazos de su padre, arrepentida por aquella decisión, que cambió por completo su vida, eligiendo a Robert, un hombre que resultó ser un depravado asesino.

-Ahora que sabemos la verdad, debemos buscar la forma de reparar todo el daño, la única víctima aquí es Arturo, y en algún momento, también te juzgará por haberlo engañado. Debemos esperar el mejor momento para contarle la verdad, su padre biológico, también debe saber de su existencia- reflexiona Ernesto.

-Por ahora, dejemos las cosas así, se lo contaré más adelante, cuando pueda entenderlo- responde Samanta, asustada, de esa situación creada por su impulsividad.

-Si algo he aprendido en estos años, con todo lo que he vivido contigo, es que no hay un momento ideal para decir la verdad. Es mejor decirla cuanto antes, para no sufrir después las consecuencias, alargando una mentira, tarde o temprano se va a enterar, y es mejor que sea de tu propia boca- aconseja el padre, quien también se equivocó en sus decisiones. Continúa, cambiando la conversación:

-Por lo pronto,  averiguaré sobre la demanda de la que hablas, y buscaré la forma de vender esas acciones lo más rápido posible, aunque perdamos algo en la transacción, tenemos que desligarnos de ese bueno para nada-

-¡Gracias papá, eres el mejor padre! Lamento no haber confiado en ti en el pasado- abraza a su padre, él besa su frente.

Ella se va hacia su oficina, recibe la llamada de Miguel, quien ya tenía el informe del perito.

Ahora más que nunca, con el apoyo de su padre, continuará firme en su decisión de divorciarse.