El Trono Robado

Todo estaba negro, oscuro, a lo lejos logré escuchar una voz, mientras más me acercaba más fuerte se hacía, hasta que vi a un hombre, nunca en vi vida lo he visto. Ahora está de espalda y puedo observar su cabello, lo tiene corto y rubio, un rubio oscuro que al sol brillaba.

El hombre estaba tratando de decir algo, pero como me daba la espalda no lograba entenderlo bien. Lo agarré de su manga y lo jalé para que se de media vuelta. Al ver su rostro lo más llamativo que fue fueron sus ojos, eran de color gris.

El hombre seguía insistiendo en decirme algo pero al tratar de responderle todo se esfumó. Volví a quedar sola en esa oscuridad.

La ansiedad me estaba matando ¿Quién era ese hombre? Trate de llamarlo pero no obtuve respuesta.

Me empecé a acelerar, mi respiración, mi pulso, todo estaba yendo más y más rápido.

Desperté.

Otro sueño.

De nuevo era oscuro en la madrugada, a diferencia de el resto de las noches, que me despertaba luego de haber soñado con mis padres. Este sueño fue raro, distinto.

Para sacarme ese pensamiento de mi cabeza me arreglé para salir a trotar, así despejar mi mente.

Esta vez trote dos kilómetros ya que había salido más temprano de lo normal y no amanecía.

Al regresar a la casa como todo seguía oscuro trate de no hacer mucha bulla, así no interferir en el sueño de Eloísa y su hijo.

Me lavé y me arreglé. Cuando me iba a cepillar el cabello recordé que me lo había cortado, ahora me tardaba mucho menos en hacerlo ya que el coñete me llega hasta los hombros, y antes era como hasta mi cintura.

Me hice una coleta y perdí el sartén para cocinar algo. Ayer mientras estuve fuera logré ver que era lo que la gente comía de desayuno. Ahí me inspiré y enoteca a hacer panqueques. Los primeros cinco fueron totalmente destruidos al tratar de darlos vuelta o sacarlos, pero ya con los siguientes me fui acostumbrando y me empezaron a salir mejor.

Me quedaron seis panqueques ya que los otros cinco los bote, no se veían comestibles ya que estaban entre quemados y destrozados. Los seis que quedaron buenos los dividí. Tres para mi y tres para Eloísa.

Me dirigí al patio en donde antes ya habían arbustos, de ahí saqué frutos como arándanos y frambuesas.

Las lavé y mientras se secaban preparé la leche para Erik. Luego de que se secaran los frutos los utilicé para decorar los panqueque por arriba. Al terminar escuché el llanto de Erik, Eloísa se levantó y al salir de su habitación vio como ya tenía todo preparado.

— Michas gracias Gaby ¿Cómo aprendiste a hacer panqueque? Se ven muy ricos — Luego vio como también tenía lista la leche para Erik — Ay, muchas gracias también por esto. ¿Pero a qué hora te levantaste? Porque supongo que ya saliste a trotar.—

— Si, hoy no pude dormir, tuve un sueño raro. Hoy trote más de lo que siempre he hecho. Ah, aprendí a hacer la masa de los panqueques porque ayer al salir fui a un lugar y me la entregaron, fueron bastante amables— ambas nos dirigimos a al mesa y nos ubicamos en cada plato.

— ¿Qué clase de sueño tuviste para que no te haya dejado dormir? Porque ya llevas mucho tiempo haciendo lo mismo. Cuéntamelo, si no te incomoda. Quizá te ayude a desahogarte. — Se que Elo tiene buenas intenciones, pero no le quiero contar de que he estado soñando con mis padres. No por vergüenza, si no por pena y miedo a tocar ese tema, actualmente es el más sensible para mi.

— Hoy soñé con un hombre, pero nunca en mi vida le he visto. Quizá fue por miedo, porque ayer me encontré con una señora, esa que dicen que está loca. Ella me dijo que un hombre me buscaba, se que confiar en ella es absurdo. Probablemente haya sido mi mente jugándome una mala pasada—.

— Sabes, quizá lo que digan de esa señora sea cierto, pero dicen que si sueñas con una persona es que en algún momento de tu vida lo hayas visto. Ya que tu mente no crea a personas porque si, probablemente si hayas conocido a esa persona pero no lo recuerdas— Okay, si no me enquivoco la señora dijo algo parecido “lo has visto antes” eso dijo, estoy segura.

Traté de dejar el tema de lado, ya que no sentía cómoda con este nuevo tema. Cada una dirigió un trozo de panqueques. Me quedaron deliciosos para ser la primera vez que preparaba unos de estos.

Erik se calmó cuando le dieron leche de su biberón. El tiende a ser un bebé muy tranquilo, así que el llanto que tuvo hoy en la mañana me llamó la atención.

— Elo ¿Qué pasó con Erik? Nunca lo había escuchado llorar—

— No te había contado para no preocuparte, pero parece que Erik está enfermo. No se como se enfermó. Creo que tiene fiebre, ayer le puse un paño húmedo para que le bajara el calor. Creo que ayudó un poco en ese momento— Me acerqué para ver mejor a Erik, si bien no se veía rojo, que era lo que más me preocupaba, si se veía un poco incómodo, quizá sea por el calor que está sintiendo ahora. Le toque la frente y ahí noté como estaba hirviendo.

— Le voy a ir comprar un remedio para bajarle la fiebre, mientras tanto con un paño húmedo tarta de bajarle la fiebre— Luego de eso partí trotando hacia el pueblo, como estaba con vestido me dificultaba mucho el movimiento. Pero traté de ir lo más rápido que pude.

Al llegar al pueblo me dirigí a un médico, ya que necesito que me recete alguna medicina para Erik. Encontré uno que tiene un local.

— Hola, disculpe— Trataba de hablar y que me entendiera, ahora estoy muy agitada, me duele el pecho por tratar hasta acá — Peude venir a mi casa, tengo un niño con fiebre. Es muy alta, necesito algún medicamento para él—

— Hola, claro que si, yo la sigo para llegar a la casa—

De vuelta tuve que ir camianado ya que el médico me Ian con dos maletines, le dije que el pequeño se llama Erik y tiene ocho meses. El tomó esos dos maletines, dijo que era para asegurarse de tener todo. Yo llevo uno en la mano para apurar el paso.

Al llegar Eloísa se presentó y nos dirigimos al cuarto en donde Erik estaba descansado.

El médico lo vio, no dijo que era muy grave, pero estaba bien que lo hayamos llamado. Nos entregó un par de remedios y el horario en el que darleso. El remedio era en jarabe, para que pueda tomarlo.

Al poco tiempo la fiebre bajó. Puede que haya acuerdo de forma impulsiva, pero no quiero que otra persona que me rodee muera. Me da mucho terror.