Before You Leave

"Si hay algo parecido a un milagro es el amor.

Como si en un abrazo pudiera recuperarse por un momento algo que está perdido para siempre."

-Sin autor

...****************...

Lunes, 30 de mayo

5:30 am

*Sonido de alarma*

Estiré el brazo y tomé el celular para apagar la alarma, me estiré y luego me senté para pensar en el sueño que había tenido. Los ojos verdes que me han acompañado algunas noches en sueños, son de Cedric, ¿pero cómo es posible? Las dos primeras veces que soñé con él, aún estaba en México, eso quiere decir que todavía no nos conocíamos. Me quedé un rato en shock hasta que recordé que hoy empezaba en la empresa, así que me paré y fui a bañarme.

Saqué ropa del armario y me vestí, me maquillé, me peiné, y ya estaba por ponerme los zapatos, cuando escuché el sonido de un mensaje.

"¿Paso por ti a las 7?"

"Claro, muchas gracias, Emilio"

Terminé de ponerme los zapatos y me eché perfume, miré la hora y eran 6:48, justo cuando sonó el celular de nuevo.

"¿Te paso a buscar?"

Maldición.

"Pasará a buscarme Emilio, pero gracias."

En seguida envié otro mensaje.

"No te enojes por favor, pensé en rechazarlo, pero se vería raro si llegamos juntos tú y yo, y no quiero que la gente comience a hablar justo cuando estoy comenzando, lo entiendes, ¿verdad?"

"Descuida, tienes razón. Te veré más tarde, bonita"

Sonreí.

"Nos vemos, guapo. Besos"

"De acuerdo, si me enojé, pero ya estoy mejor con el último mensaje que enviaste. También te mando besos."

Solté una carcajada y en eso entro otro mensaje, pero esta vez de Emilio, diciendo que ya había llegado.

Envié un último mensaje a Cedric diciendo que ya habían llegado por mí y otro a Emilio para avisarle que ya estaba saliendo.

Cuando entré al auto, Emilio me recibió con una gran sonrisa, y comenzamos a platicar mientras él manejaba. Vaya que había tráfico.

Emilio me explicó que, al haber tanta población, era normal que hubiera tanto tráfico, y que por eso era mejor salir con, al menos, una hora de anticipación.

Llegamos al edificio y nos dirigimos al ascensor, y, antes de que este se cerrara, apareció Cedric. Entró y en seguida cruzamos miradas, lo que provocó que me sonrojara y bajó la cabeza para ocultar su sonrisa. Me las pagará luego.

-Buenos días-saludó

-Buen día, señor Collins-dijimos

-Hoy es su primer día, señorita-hizo una pausa

-Alcántara-dijo Emilio

-Por supuesto, Alcántara, disculpe-dijo mirándome

Pero que gran actor es el desgraciado, yo solo quería reír.

-Eh sí, hoy es el primer día, señor Collins-dije

-¿Y cómo se siente? Espero que haya descansado este fin de semana

-Sí, por supuesto, y estoy bien, no se preocupe

En eso, el ascensor se detuvo en el piso que Emilio había presionado.

-Emilio, por favor adelántate, quiero hablar un momento con la señorita Alcántara en mi oficina-lo miró

-Eh, por supuesto, señor-y salió del ascensor

En cuanto las puertas se cerraron, Cedric se volteó hacia mí y me miró.

-Se ve hermosa, señorita Alcántara

-Señor Collins, tendré que pedirle que se modere o hablaré con recursos humanos-sonreí

-Mmm, ¿le parece inapropiado lo que dije?-dijo acercándose a mí

En eso, lo empujé hacia un lado y justo las puertas se abrieron, me reí por lo bajo.

-Hay que fijarse del elevador-susurré-lo sigo, señor Collins-dije ya en un tono normal

-Primero las damas-y extendió su mano para darme el paso

Salimos del ascensor y caminamos a su oficina, en el camino recibimos varios saludos y bastantes miradas curiosas.

-¿Y de qué quería hablar, señor Collins? - pregunté cuando la puerta se cerró

Cedric me jaló y me besó con intensidad mientras me tomaba del rostro.

-Solo quería hacer esto-rió

-Eres malo, Cedric-sonreí-pero ya estamos aquí y no sería muy bueno que alguien nos viera

-Lo sé, pero no puedo controlarme cuando te veo-me dijo tomándome de la cintura

-Me encanta tu perfume-me acerqué a su cuello y lo olí, escuché que suspiró

-Si sigues, no me importará quien esté afuera escuchando, Sofía

Me reí y me separé de él, cuando en eso alguien tocó la puerta, así que lo miré y me alejé más.

-Adelante-dijo Cedric

-Buenos días, señor Collins-me miró-y señorita Alcántara

-Buenos días - dijimos

-Puedo regresar más tarde-y sonrió

-Por favor

Charles paseó la mirada entre ambos y rió para después salir y cerrar la puerta.

-Ok, ¿él sabe? - pregunté

-¿Tal vez? - respondió Cedric con una risita

-¿En serio le contaste sobre nosotros? - reí

-Al principio, solo le conté sobre que nos conocimos, pero insistió en saber y terminé contándole todo, pero descuida, Charles tiene mi entera confianza y no dirá nada, te lo aseguro

-De acuerdo, si tú confías en él, yo también-sonreí-pero ya me tengo que ir Cedric, si no se verá raro-me paré

-Claro, nos veremos más tarde, ¿sí? - se acercó a mí y me abrazó por la cintura

-Por supuesto

Nos besamos y luego me separé para salir. Algunos me miraron con curiosidad y yo solo les sonreí con amabilidad.

Llegué a mi oficina y después de sentarme, suspiré largo y profundo. Era hora de trabajar.

Pasé la mañana haciendo una investigación sobre la empresa y el mercado de alimentos y descubrí que la empresa era más grande de lo que imaginé, tiene varias sucursales por todo el país, y por supuesto, se planea expandir por otros, para eso estoy aquí. Continué leyendo varios artículos hasta que alguien tocó mi puerta.

-Adelante

La puerta se abrió y apareció Emilio con un vaso de café y una sonrisa.

-Creí que te haría falta-alzó el vaso y luego miró hacia la taza que tenía a un lado-creo que no-hizo una mueca

-Ya estaban las cosas para preparar café cuando llegué, el señoe Collins me dijo en la mañana que quería que me sintiera cómoda y se tomó la molestia de preparar bien la oficina para mí-mentí-pero igual déjame el vaso, necesito toda la cafeína que pueda-y reí

Se acercó y me tendió el vaso, luego se sentó en frente de mí.

-¿Y qué tal el trabajo?

-Bastante bien, estoy investigando todo lo que pueda

-Me alegra que te estés acomodando aquí, dentro de poco será como si llevaras una vida en la empresa-rió

-Eso espero-le sonreí

-En fin, solo venía para traerte el café y saber como estabas, en media hora podemos salir a comer, ¿quieres venir a la cafetería conmigo?

-Me encantaría, gracias

Se despidió y salió de la oficina, en eso entró un mensaje.

"¿Qué quieres desayunar?"

"Emilio dijo que podemos ir a la cafetería"

"De acuerdo"

"Te enojaste"

"No"

"No era pregunta"

"Ok, sí"

"Eres tan lindo cuando te encelas. Me encantas"

"Sabes como ponerme contento. De acuerdo, solo porque más tarde comeremos juntos"

"No me avisaste"

"Pues ya que desayunarás con Emilio, déjame a mí el almuerzo. Si es la cena también, no me enojo😉."

"Mañoso, pero está bien. También te toca postre"

"Maravilloso"

Reí y continué trabajando hasta que llegó la hora de desayunar y fui a la cafetería junto con Emilio después de que pasara por mí a la oficina.

Nos sentamos en una de las mesas vacías y comenzamos comer y platicar un poco, y luego todo quedó en silencio. Miré a mi alrededor y todos estaban volteando a la barra de comida, así que también volteé y abrí los ojos como platos. Cedric estaba ahí llenando su charola con comida, luego miró hacia las mesas y cuando me vio, caminó hacia mí. No puede ser.

-¿No hay problema si me siento con ustedes? - preguntó mirandinos

-Por supuesto que no-dijo Emilio

Luego me miró esperando mi respuesta, así que solo negué con la cabeza sin poder pronunciar palabra. No podía creer lo que estaba haciendo.

El ruido de las conversaciones reanudó, pero notaba que algunos miraban la mesa tratando de disimular su asombro, supongo que no era común ver al jefe aquí.

-¿Cómo va su primer día en la empresa, señorita Alcántara?-preguntó mirándome

-Bastante bien, creo, me siento... Cómoda

-Cómoda, ya veo

-Por cierto, gracias por la oficina, me encantó-sonreí

-Me alegra, yo mismo me encargué de que así fuera-me sonrió de vuelta

-En fin, qué milagro verlo por aquí, señor Collins-dijo Emilio

-Lo sé, ¿qué clase de jefe soy si ni siquiera como en lugar donde comen mis empleados?

Reí por lo bajo y seguí comiendo, notando que de vez en cuando, ambos hombres me miraban, y con ello, los demás presentes de la cafetería.

Terminé de comer y me disculpé para luego pararme e irme, dejando solos a Cedric y Emilio.

Subí a mi oficina y le mandé un mensaje a mi querido jefe.

"No puedo creer que hayas hecho eso, estás loco"

"Lo siento, pero tengo que salvarte de las garras de Emilio"

Solté una carcajada por su cinismo.

"¿Garras de Emilio?"

"No creo que no te hayas dado cuenta de como te mira. Le gustas"

"Perdón por ser visualmente atractiva a sus ojos"

"Tendré que hacerte una cirugía plástica"

"Mmm... Creo que mi abuela te matará"

"Tienes razón, muerto no podré salvarte de Emilio"

"Eres un celoso sin remedio. Emilio no me gusta"

"¿No te parece atractivo?"

"Ya no"

"O sea que si se te hacía atractivo"

"Cuando lo conocí en México, sí, después de conocerte, ya nadie se me hace atractivo"

Pasaron unos minutos y no recibía respuesta, hasta que volvió a sonar el celular.

"Que ganas de ir a tu oficina en estos momentos." Sonreí como una tonta ante tal muestra de afecto.

"Estamos trabajando, pero prometo compensarlo más tarde. Ahora concentrémonos en nuestros deberes"

"De acuerdo, bonita"

Bonita. Es la segunda vez que me dice así y no puedo estar más feliz. Recordé que anoche mi nona mencionó a Esteban, y queda claro que nunca me sentí así con él, a pesar de haber sentido que lo amaba, esta clase de emociones no surgieron con él, no me hacía latir el corazón con fuerza, ni me ponía así de nerviosa ante su presencia, y, si bien me asusta todo esto, no quiero parar, quiero que sea mío y de nadie más. Quiero todo de él, pero tal vez es egoísta de mi parte pensar así sin saber si él quiere lo mismo. Me dijo que quería conocerme más a fondo, sin embargo, los demonios de mi pasado me persiguen y no sé si estoy lista para que lo sepa, temo que huya si le cuento cada detalle de mi vida.