Sol Park es una mujer joven y sencilla que acaba de terminar sus estudios universitarios. Mientras busca un trabajo, consigue una entrevista en una empresa importante, donde conoce a Chen Li, el enigmático y apuesto CEO de la compañía. A pesar de sus diferencias de clase y posición social, surge una innegable atracción entre Sol y Chen. A medida que pasan más tiempo juntos, su relación se vuelve cada vez más íntima, convirtiéndose en una apasionada aventura entre la empleada y su poderoso jefe. Sin embargo, mantener esta relación en secreto no será tarea fácil. Tendrán que lidiar con los desafíos que impone la gran diferencia de poder, los rumores y las expectativas sociales. A medida que su romance florece, Sol y Chen deberán tomar decisiones difíciles sobre el futuro de su turbulenta pero intensa relación.
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Capitulo 22
Mientras esperaba con inquietud en la sala de visitas de la comisaría, mi mente no dejaba de dar vueltas a los últimos acontecimientos. Todavía no podía creer que me encontrara aquí, acusada de delitos que jamás habría cometido.
Aún podía recordar con claridad el momento en que Jang y el director Park me habían atrapado con esas supuestas pruebas de corrupción y lavado de dinero. Sus rostros llenos de triunfo mientras me esposaban y me arrastraban a la fuerza me atormentaban sin descanso.
¿Cómo habían logrado urdir una trama tan elaborada? ¿Cómo se las habían arreglado para incriminarme de esa manera? Sacudí la cabeza, sin poder comprender la magnitud de la traición que había sufrido.
Pensar en Sol y Chen, que también habían sido acusados injustamente, me llenaba de una profunda angustia. Seguramente estarían pasando por un infierno igual o peor que el mío, sin saber cómo probar su inocencia.
En medio de ese torbellino de pensamientos, un destello de esperanza cruzó por mi mente. Tal vez aún hubiera una oportunidad de revertir esta situación, de encontrar la manera de demostrar que todo había sido una mentira urdida por Jang y Park.
Cuando la puerta de la sala de visitas se abrió, mi corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Sería acaso Sol o Chen, venidos a rescatarme de esta pesadilla? Con cautela, seguí al oficial que me indicaba que tenía una visita.
Al entrar, mis ojos se encontraron con los de una persona a la que no esperaba ver.
- Señorita Mina - dijo el hombre, con un tono solemne - Me alegra poder verla.
Era mi abogado, el señor Kim, una figura de confianza que había logrado sacarme de problemas en el pasado.
- Señor Kim - respondí, con un hilo de voz - ¿Qué está haciendo aquí?
Él me dedicó una mirada comprensiva, y luego se sentó frente a mí, en la incómoda silla de visitas.
- He venido a ofrecerle mi ayuda, señorita Ahn - dijo, con firmeza - Cuando me enteré de lo que le había ocurrido, no pude quedarme de brazos cruzados.
Sentí un enorme alivio al escuchar sus palabras. Al menos no estaba sola en esta lucha.
- ¿Sabe usted algo más sobre lo que está sucediendo? - pregunté, ansiosa por obtener más información.
El señor Kim asintió, su rostro mostrando una mezcla de preocupación y determinación.
- Así es, he estado investigando a fondo este asunto - explicó - Y tengo serias sospechas de que todo esto ha sido una elaborada trampa urdida por el señor Jang y el director Park.
Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar esas palabras. ¿Acaso mis peores temores se habían hecho realidad?
- ¿Cómo es posible que ellos hayan logrado algo así? - murmuré, sintiendo cómo la rabia y la indignación se apoderaban de mí.
- Al parecer, han estado planeando esto durante mucho tiempo - respondió el señor Kim, con gravedad - Han manipulado pruebas y documentos para incriminarnos a todos, incluyendo a Chen y Sol.
Un escalofrío recorrió mi espalda al comprender la magnitud de la traición de la que habíamos sido víctimas.
- Entonces, ¿cómo podemos demostrar nuestra inocencia? - pregunté, desesperada por encontrar una solución.
El abogado me miró con determinación.
- Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para sacarla de aquí, señorita Mina - aseguró - Pero necesito que me ayude a reunir todas las pruebas que puedan desacreditar las acusaciones en nuestra contra.
Asentí con firmeza, sintiendo cómo la esperanza renacía en mi interior.
- Haré lo que sea necesario, señor Kim - afirmé, con resolución - No puedo permitir que esos hombres se salgan con la suya.
Juntos, trazamos un plan de acción, revisando cada uno de los detalles que podrían ayudarnos a desenmascarar la verdad. Mientras hablábamos, mi mente trabajaba a toda velocidad, recordando cualquier indicio que pudiera servirnos de pista.
Y entonces, un recuerdo cruzó por mi mente, una pieza crucial del rompecabezas que podría ser la clave para probar nuestra inocencia.
- Señor Kim - dije, con urgencia - Creo que sé dónde podemos encontrar la prueba que necesitamos.
El abogado me miró con atención, listo para escuchar todo lo que tuviera que decir.
Tomando un profundo respiro, comencé a relatarle los hechos...