Él necesitaba con urgencia una solución inmediata a su problema, ella estaba en el lugar y momento justos.
NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Un encuentro inesperado
Luego de la inmensa satisfacción por el buen resultado de la entrevista a Matt, Mía salió de la oficina con la cabeza llena de recuerdos y pensamientos sobre el día que acababa de pasar. El sol de la tarde se estaba ocultando lentamente y, de repente, recordó la promesa de Matt de pasar por ella. Una sonrisa se formó en sus labios al pensar en él y en las veces que le había regalado una mirada llena de picardía.
Absorta en los recuerdos de la jornada, la joven se quedó parada sobre la acera, por esa razón, no notó el automóvil que venía por la calle lentamente y se detuvo a su lado. Al alzar la mirada ya era demasiado tarde, dos hombres salieron rápidamente del vehículo, uno de ellos se colocó frente a ella bloqueando su camino, mientras que el otro se acercó por detrás. Antes de que Mía pudiera reaccionar, chocó contra el cuerpo del hombre que la envolvía con sus brazos y la levantó del suelo, llevándola hacia el automóvil.
-¡Hey, suéltame! - gritó Mía, forcejeando en vano contra el agarre del hombre, quien a toda costa intentaba subirla al vehículo que estaba en marcha junto a ellos-¿Qué haces?
-¡Silencio, princesa!- espetó el sujeto que la sostenía entre sus brazos, afianzando el agarre sobre el cuerpo de Mía- Si te portas bien, no te vamos a hacer nada.
-¿Qué? ¿Quiénes son ustedes?- indagó ella con desesperación y angustia, sopesando el peor de los finales. Intentando que el sujeto no pudiera meterla al coche, colocando sus brazos y piernas para evitarlo.
-Eso no interesa. Sé buena- agregó el hombre, mirando a su compañero, solicitándole ayuda para hacer su trabajo, mientras el otro hombre se acercaba, este otro la mantuvo firmemente entre sus brazos mientras el que se había bajado del automóvil abría nuevamente la puerta trasera del auto, la cual la muchacha había cerrado con una patada. Mía estaba asustada, su corazón latía con fuerza y su mente buscaba desesperadamente una salida.
Minutos antes de que Mía saliera de la oficina...
El sol comenzaba a declinar sobre la ciudad mientras Matt conducía hacia el edificio donde se hallaba Mía, tal como había dicho estaba llegando con toda la intención de recoger a "su esposa" y hablar seriamente con ella. El joven empresario se encontraba apenas a unos metros del edificio de oficinas donde trabajaba Mía, decidió detenerse a una distancia prudente para que nadie de la editorial la viera, para evitarle inconvenientes o especulaciones. Así que dispuesto a esperar a que ella saliera, se quedó en ese lugar, él estaba impaciente por verla, deseoso de charlar con ella acerca de su matrimonio, el cual si bien era de mentiras quería seguir manteniendo un tiempo para darle conformidad a su abuela, aunque debía reconocer que la muchacha le atraía bastante.
Mía era, muy bella, tenía piel blanca, cabello oscuro, largo y ondulado, sus ojos eran del color de la miel y sus labios de un rosado claro que los hacía muy apetecibles.
Matt, se perdió en sus pensamientos, mientras recordaba a su bella "esposa" y sonrió con emoción.
Sin embargo, su emoción se desvaneció en un instante cuando vio la escena que se desarrollaba frente a él.
Dos hombres altos y corpulentos estaban forcejeando con Mía, intentando arrastrarla hacia un automóvil oscuro estacionado en la acera. El corazón de Matt se aceleró y un torrente de adrenalina lo impulsó a salir de su propio vehículo.
-¡Hey! ¿Qué hacen? ¡Déjenla!- gritó con todas sus fuerzas mientras corría hacia ellos, observando con desesperación como la muchacha intentaba safarze del agarre de uno de los hombres, mientras el otro subía a la parte delantera del automóvil. Mucho más grande fue su desesperación cuando aquel otro sujeto bajó del automóvil y abría la puerta para que su compañero metiera a Mía dentro.
-¡Hey!- volvió a gritar.
Los hombres se giraron sorprendidos cuando lo tuvieron al lado de ellos. Matt aprovechó ese pequeño descuido para arrebatar a uno de ellos que sostenía a la muchacha de los brazos. Con un golpe rápido y certero, lo lanzó hacia atrás, dejándolo tambaleándose.
Mía retrocedió, con los ojos llenos de terror y asombro, mientras que ambos hombres se apresuraban a subir al automóvil. Con un chirrido de neumáticos, el vehículo se alejó a toda velocidad, dejando atrás un rastro de polvo y confusión.
Matt se volvió hacia Mía, cuyo rostro palidecía por la experiencia traumática.
-¿Estás bien?- preguntó con voz preocupada, extendiendo una mano hacia ella.
Mía lo miró con los ojos desencajados, temblando ligeramente.
-Sí... sí, estoy bien- respondió con un hilo de voz, antes de que su cuerpo cediera y se desplomara en los brazos de Matt.
El corazón de Matt latía con fuerza mientras sostenía a Mía, sintiendo una mezcla de alivio y temor por lo que acababa de presenciar. Con cuidado, la llevó hacia su automóvil y decidió llevarla directamente a casa, consciente de que necesitaban procesar lo ocurrido. Al llegar a su mansión, él llevó a la muchacha a su propia habitación, la depositó en la cama, mientras esperaba que el médico al cual había llamado la revisara y diera su diagnóstico.
-Bien, señor Norton- se dirigió a él el galeno- La señorita ha sufrido un desmayo producto de la situación estresante que acaba de vivir- explicó, teniendo conocimiento de lo que le había pasado a Mía- Así que lo mejor será dejarla descansar y cuando despierte procurar que esté tranquila.
-Así se hará, muchas gracias doctor- replicó Matt para luego despedirse del profesional. El joven se acercó a la muchacha que yacía sobre su cama, le acomodó el edredón y besó su frente en un gesto protector.
Minutos después, sacó el móvil de su bolsillo y llamó a su asistente.
-Necesito que averigües todo lo referente a Mía, desde su familia, hasta si existe alguien que quiera hacerle daño- ordenó, luego terminó la llamada y salió del cuarto.
Cuando Mía despertó, se encontró en un lugar extraño y desconocido. Se hallaba acostada en una cama king con un suave edredón que olía a rosas, la muchacha no comprendía como había llegado allí. De pronto, recordó lo ocurrido, llevó una mano a su boca cuando comprendió el peligro que había corrido. En ese instante la puerta de la habitación se abrió y un relajado Matt ingresó, acercándose con rapidez al verla despierta y con los ojos llorosos.
-¿Estás bien?- le preguntó sentándose a su lado, sobre la cama. Ella negó con un movimiento de su cabeza- Tranquila, bonita. Todo está bien- agregó pasando sus brazos alrededor de ella brindándole contención y haciéndola sentirse segura.
Cuando, Mía se sintió más tranquila, Matt aflojó su agarre, se apartó de ella y tras quitar un mechón de cabello de su rostro...
-¿Sabes que eres hermosa, verdad?- preguntó, ella se sonrojó e inclinó la cabeza avergonzada. Al darse cuenta de la incomodidad de la muchacha él decidió cambiar de tema- ¿Quiénes eran esos tipos?- preguntó.
-No lo sé- respondió Mía- jamás los había visto.
-¿Llegaron a decirte alguna cosa que te pueda dar algún indicio de algo?- indagó Matt con clara preocupación en su rostro. Ella hizo un gesto negativo con su cabeza- Está bien, descansa un poco más- le pidió él.
-¡Oh, no! Yo no puedo, debo irme- dijo ella enderezándose en la cama y saliendo de ella con rapidez.
-No. ¿Adónde vas a ir? ¿Por qué tienes tanta prisa?- preguntó con consternación el joven empresario- ¿Acaso no recuerdas que fui a a buscarte?
-Yooo... Si, lo recuerdo, pero... ¿para qué?- respondió ella.
-Porque necesitamos hablar sobre nuestro matrimonio- explicó él- mi abuela no va a creer que estamos casados realmente si no ve que vivimos juntos- le explicó él, ella hizo una" o "de sorpresa, ya que sus palabras eran ciertas. Pero sus razones para marcharse eran mucho más importantes que cualquier otra cosa.
-Entiendo... pero ¿podemos hablar de eso más tarde?- preguntó ella mientras se calzaba- Ahora me es imprescindible ir a ver a mi madre.
-¿Y dónde está tu madre?- preguntó él.
-Ella está en el hospital, hace varios días, ya que se encuentra allí y yo... Bueno...necesito saber cómo sigue.
Matt asintió con la cabeza en señal de que comprendía lo que ella estaba diciendo y luego de darle un suave beso en la mejilla...
-Mi chófer irá contigo- le dijo- cuando estés libre te traerá nuevamente aquí para que hablemos.
-Ok- aceptó la joven y luego se marchó rumbo al hospital a ver a su madre.