Herederas Leone. Amor Y Venganza.

Besos, vienen y van, las manos de estas parejas no se quedan quietas, la chica toma la nuca de su esposo y devora su boca, ella le da paso a su lengua y Lorenzo recorre cada sentimiento de ella, chupa sus labios y deja pequeños besos en estos antes de adentrarse de nuevo a una batalla de lenguas.

El momento es tan intenso que no se dio cuenta cuando se deshizo del vestido, la joven pasa las manos por el torso desnudo de su esposo y suaves besos son dejados por cada parte de este, la rubia mira a su esposo con ojos seductores ganándose un gruñido por las sensaciones causadas por su mujer.

Lorenzo se siente en el cielo y no cree que esto que está viviendo sea real, por fin la tiene en sus brazos, por fin la siente de él, jamás había sentido esto solo con ella, es increíble que por fin esté recibiendo lo que por tanto tiempo ha deseado.

El cuerpo de Lorenzo reacciona con cada beso, con cada roce de labios en su piel y pensar que casi jode todo por una intriga, algo que no se tomó el tiempo de verificar más a fondo dejó que su dolor lo nublara y era la mejor manera de justificar la falta de su madre.

La rubia besa el pecho y el abdomen de su amado, cada tatuaje es remarcado con su lengua mientras no deja de mirarlo, esos ojos azules la enloquecen, esa sonrisa la derrite y por más que quería alargar su sufrimiento e irse con Mario en venganza, eso solo la haría infeliz a ella, él era su alegría y su felicidad.

Jaló la bermuda de su castaño besando los muslos de su esposo, con las manos seguía acariciando otras partes de su Lorenzo, bajó la última prenda que la separaba de la piel de él y dejó a relucir 24" razones para no arrepentirse de lo que estaba haciendo, solo rogaba que no le llamara Ángela o ella no sabría cómo sentirse con eso.

# los labios de la joven fueron recorriendo su pelvis, llevando intercaladamente a su boca cada bolsa colgante del hombre debajo de ella, estaban afuera en el medio del mar, con el cielo de testigo, con el sol grabando cada detalle.

Tomó las 24" en sus manos haciendo movimientos ascendentes y descendentes, llevando su lengua desde un inicio hasta la punta, rodeando la parte más sensible con su lengua y regalándole su mirada más sexy al sujeto.

# mmm, ah, ah, amor# decía y ella respiraba con alivio.

# Dios, mi bonita, eres increíble# seguía perdido en el placer.

Dentro y fuera de su boca se deslizaba el órgano duro y marcado, succiones y fricción con la mano también acompañaba a aquello, el sujeto cada vez aguantaba menos y más cuando la chica lo llevaba tan atrás como podía y sin apartar sus ojos de ella.

Ella era tomada por el cabello y empujada suavemente para ayudar con el ritmo, los minutos pasaron haciendo mucho tiempo de ese acto, cuando el hombre se dejó llevar por cada sensación y dejó salir cada gota acumulada y le encantó ver a la chica como si fuese un vampiro con restos de él en sus comisuras.

La joven subió tan sexy como bajó y comenzó a repartir besos hasta mirarlo a los ojos y besarlo, un beso con desesperación y cargado de mil sentimientos no dichos con palabras.

El castaño cargó a su reina y la llevo hasta la habitación, tal y como estaba con su amigo al descubierto y más listo que nunca, la joven detallaba aquel lugar, era hermoso y le gustaba.

Todo era marrón y beige, la cama era de madera, era grande y las sábanas blancas, tenía un techo con mosquitero del mismo color, el suelo también era de madera más oscura, las ventanas eran grandes y se apreciaba todo el paisaje, había un sofá cama al frente de la cama de madera y con un colchón blanco, ella pensó al principio que era perfecto para que él durmiera y ahora ese pensamiento le causaba risa.

Había un gabinete alargado en tono beige, una mesa de vidrio a un lado y al otro una de manera con una hermosa lámpara, había una alfombra color beige y una mesa de desayuno a un lado, todo era precioso y a ella le encantaba.

Lorenzo colocó a su esposa en la cama como si fuese una copa de cristal muy frágil, sus ojos detallaban al monumento de mujer frente a él, una vez acostada abrió las piernas de su reina, devolviéndole el delicioso favor que le hizo hace un momento, el joven con destreza besó cada pliegue y lo jaló con sus dientes sin lastimarla, al contrario no había nada más armonioso que los sonidos de esa chica.

La lengua del joven comenzó a tomar protagonismo haciendo llegar a la locura a nuestra hermosa rubia, ella se retorcía, gemía y jalaba el cabello de su amado, el punto preciso fue tocado por el hasta hacer derramar los jugos a la joven, el hombre tomó cada gota y la besó en los labios.

# Que tal sabes mi reina# pregunto seductor el hombre de ojazos azules.

# También como tú Lore# dijo haciéndolo sonreír.

Él la miró y preguntó.

# Estás lista mi niña, si quieres parar podemos…# no terminó porque ella negó.

# No lore sigue por favor # su voz distorsionada de placer era alucinante para sus oídos.

Las manos del joven quitaron lo restante que le quedaba a la rubia y fue el turno de sus besos y de sus caricias, la punta de su lengua recorrió desde el cuello pasando por su clavícula y deteniéndose a jugar en la obra de arte que ella tenía por pechos, perfectos ante sus ojos y ese delicado tono rosa le encantaba, ni la palabra perfecta le hacía justicia, esa mujer era una ilusión.

# cada parte de ti tendrá mi nombre tatuado después de hoy# dijo mientras seguía besando a cada uno y acariciando al otro, bajó su mano a ella y sintió la humedad, esa era su señal para saber que estaba más que lista, besó su abdomen deliciosamente antes de subir de nuevo a sus labios.

Besó su boca, desesperado, pidió acceso, y le fue dado, haciendo que su lengua probara el sabor de los labios que tanto amaba.

Lorenzo abrió sus piernas con sus rodillas y se acomodó en la entrada de su paraíso personal, con una mano rozo el lugar a invadir, haciendo que la joven rogara por él.

#Por favor mi amor, entra ya# pidió haciendo que él sonriera al ver lo que ella lo deseaba.

# Tus deseos son mis órdenes, mi reina# quería tomar lo que siempre fue de él, de manera feroz y sin expectativa, pero no quería romper con su momento romántico, al menos hoy debía ser así, quizá luego podría tomarla como quisiera.

Fue introduciéndose poco a poco, abriéndose paso lentamente hasta oír su grito y darse cuenta de que seguía siendo tan de él como siempre lo fue, el dolor era palpable en su cara, la respiración agitada y él le dio su momento para adaptarse.

# Mi amor, sigues siendo la misma traviesa de siempre# ella sonríe ante su comentario, él pensaba que había estado con otro ya.

# Mi amor desde que te vi y no miento tenía siete años cuando te conocí y no había nada que me gustara más en la vida que tu color de ojos# Ella esperaba a que el dolor calmara, pero el que se instaló en su pecho con esa confesión fue peor, él veía a Ángela obviamente.

Él acercó sus dedos a sus ojos y dijo.

# déjame ver la mirada de la mujer que amo, déjame ver tus ojos azul intenso, mi fosforito# dijo sacando una de las lentillas tirándolas lejos y dejándola en shock, saco la otra aprovechando lo abierto de sus ojos y la besó.

# Ahora sí, mi Madison, el momento será perfecto# pronunció con el primer embate a su cuerpo, la joven no sabía qué decir, pero su alegría era inmensa.

Ambos comenzaron su danza, ambos se entregaron a la pasión, dos cuerpos uniéndose y fundiéndose como el acero al calor, era una delicia lo que sentía cada uno de ellos, la corriente de placer que iba directo a sus partes más sensibles, el escalofrío que viajaba por su cuerpo y la maravilla de verse a los ojos mientras lo hacía.

# Amor# dijo la joven.

# Si mi Madi, tu amor, solo mi niña me dice Lore# dijo y sus mejillas se encendieron y es difícil saber si era por ser atrapada o por los millones de sensaciones causadas por él.

Gritos y gruñidos inundaron el lugar, su piel contra la de ella cada vez más rápido y más fuerte y verla pedir a ella por más era increíble.

# Lorenzo# grito cayendo en un enorme clímax.

# Madison # gritó también él al alcanzar su máximo límite y ella amó su nombre en la boca de él.