Hacía tiempo creía que mi vida estaba resuelta, el esposo soñado, la familia amorosa pero nunca imaginé que la traición vendría de esa persona que creía mi único hogar.
Las apariencias engañan y todos verán quien fue el que engaño, miento y destruyó todo a su paso.
Que comience el juego.
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CAPITULO 22
MARIANA
Estos últimos años fueron un desastre para mí, desde que el padre de Franco descubrió que yo no era la hija de los Miller tuve que ponerlo de mi lado, a ese viejo asqueroso le entregue mi virginidad aun cuando era adolescente, tuve que hacerle creer que me había enamorado de él y le asegure que me iría, si juntos desaparecíamos a la señora del auspicio porque estaba siendo ya un fastidio, no paraba de pedirme dinero chantajeándome que le diría toda la verdad a todos, así que utilice a Ernesto para que se deshiciera de ella y la maldita secretaria se fue pero la amenacé.
Mi sorpresa fue encontrarla en mi empresa trabajando como asistente de mi marido, la muy astuta apareció después de la muerte repentina de la otra estúpida, estaba segura que le diría la verdad a la familia Barrera, así que tuve que nuevamente amenazarla y esta vez no se escaparía de mis manos.
Sabía que Esmeralda se había casado con el otro hijo bastardo, Luis Fernando, le había seguido los pasos de su vida y tuve que acostarme también con su marido para que me ayude alejando a Esmeralda, descubrí que ser heredera de los Miller era volverme millonaria pero esa maldita cláusula del ADN, arruino todos mis planes y con Luis Fernando tuvimos que falsificar varios documentos y los exámenes médicos para beneficiarnos de la herencia.
No podía decirle nada a Franco, mis cuentas bancarias excedían y es algo que no podría explicar, seguía manteniendo mi relación con Ernesto y Luis Fernando, eran buenos en la cama, pero no se sentía igual con Franco con el hacia el amor, los demás eran sexo.
En un maldito desliz y la puta insistencia de Ernesto de tener una familia, me embaracé; le hice creer que era su hijo con mis métodos de seducción, pero la verdad no estoy segura de quien es el padre, si Ernesto, Luis Fernando o alguno de esos inversionistas. Todo por mantener mi estatus social sin que nadie me señale pase a ser la dama de compañía de muchos viejos lujuriosos y deshacerme de ellos fue trabajo de Luis Fernando.
Sabía que Franco deseaba una familia, es por eso que no se lo dije y antes que se notara el vientre abultado tenía que desaparecer, cumpliendo la promesa de irme con el padre de Franco. Con el tiempo, él bebe nació Ernesto se dedicó a cuidarme y cumplir todos mis caprichos, no creció ningún sentimiento por ese niño, es mas solo estorbaba en mis planes, pero Ernesto era el más feliz así que lo tuve que utilizar por un tiempo, tuve que agradecer que el bastardo se pareciera a Ernesto y mis dudas aparecieron, será que pertenece a la familia Barrera.
No me importaba que pasara con ese estorbo así que en momento de descuido me escape de las garras de Ernesto, ya me cansaba su presencia no podía soportarlo un día mas y mucho menos que me tocara, tenía que regresar a los brazos de Franco. Estaba dispuesta a perderlo todo, si el estaría a mi lado.
En mi regreso fui a buscar a mi marido, sabía que estaría feliz solo por verme y me dedicaría a hacerlo, en el transcurso le diría toda la verdad viéndome como la víctima no esperaba encontrarme con Esmeralda y mucho menos juntos, estaba histérica todo este tiempo Franco no vino a verme ni una sola vez como si no le importaba.
Lo busque por todos los lados y no podía dar con él, hasta que Luis Fernando me llevo donde estaba y nuevamente estaban juntos, en que momento ellos se encontraron sabrán la verdad,
antes de que se descubra todo tengo separarlos o desaparecer a Esmeralda, será lo mejor muerto el problema todo será como antes.
Al llegar a casa de Ernesto, me llevo directo a la habitación y en el camino llamo al médico para que me revise:
- Pronto llegara el médico, me acariciaba la mejilla, no entiendo ¿Por qué te fuiste de nuestro hogar? Pregunto.
- Quiero volver a ver a mis padres, mi amor, le decía, deben conocer a su nieto y nosotros tenemos que hacerle saber al mundo que somos una familia. Decía, de alguna forma tenía que ganar tiempo para explicar todo y poco a poco los estorbos irán despareciendo.
- Lo haremos, pero aun no es tiempo, espera un poco más y se hará como quieras. Me dio un beso en los labios.
Al poco tiempo, llego el doctor y solo me dio unos calmantes, todo estaría bien. Me quede en la cama analizando las posibilidades de desarme primero de Esmeralda y luego de los prestigiosos miembros de la familia Barrera para que al final solo estuviera con Franco y al bastardo lo dejaría en un hogar. En ese instante entro Ernesto, con una bandeja con una taza de té:
- Te traje esto para tomes tus medicamentos, es bueno que no te dejara marca. Decía.
- Gracias, mi vida, le dio un beso en la mejilla.
- Ya tengo el plan perfecto y mañana lo pondremos en marcha, pero no puedes acercarte a Franco, te prohíbo, me agarro la barbilla con dureza y me estremecí por el dolor, tu eres mía, solo mía ¿me entiendes? Decía con furia y posesividad.
- Tenía que dejarles en claro que seré tu mujer, le explicaba, no quiero seguir en las sombras. Ya salían algunas lágrimas.
- No darás un paso sin que yo lo sepa, especialmente si te veo de cerca de Franco, tú me debes la vida y si me apetece te la quitare si un día me engañas o mientes. Sentencio.
De pronto, se vino encima de mí y comenzó a tocarme, suplique que para que se detenga, pero el solo siguió su camino, tendría que utilizar esto para que se deshiciera de una persona que estorba y el sexo, como siempre será el modo de manejarlo.
Prepárate Esmeralda, disfruta de tus últimos días y espero que no te hayas acercado a mi marido porque lo lamentaras.
