Solo le pedí una noche para amarlo y después me iría para siempre! Dayana se enamoró profundamente de su cuñado. Sabiendo que era prohibido planeó solo una noche para amarlo y después se iría para siempre. Pero, se iría sola? Y él, Christian, cómo lo tomaría? Alguna vez podrían vivir juntos su intenso amor? Qué pasará con Lorena la novia de Christian? Perdurará el amor de Dayana y Christian a pesar de la distancia y del tiempo? Solo el tiempo lo diría. El tiempo dejaría ver que el amor cuando es recíproco, sincero y puro es eterno. Que no importan los obstáculos y las trabas de la vida porque nada impedirá que se mantenga viva la llama de un amor lindo como el que todos nos merecemos. Ellos mostrarán que el amor es la fuerza motora de la existencia. Se requerirá tiempo y paciencia pero el amor verdadero triunfará! 😊 😊 😊
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EL TIEMPO HA PASADO...
Voy en un vuelo hacia la ciudad de Dubái , una de las ciudades más importantes de los siete Emiratos Árabes Unidos. He leído que Dubái es conocida por su lujoso comercio, la arquitectura ultramoderna y su vida nocturna animada. Quiero ir a conocer la Fuente de Dubái, con coreografías de chorros y luces al ritmo de la música.
Siempre había soñado con la posibilidad estar en medio de este oasis de modernidad y lujo en medio del desierto, con joyas arquitectónicas de récords mundiales qué combinan el lujo y la tecnología respetando la gran tradición arábiga en medio del majestuoso desierto del Golfo Árabe.
Es triste pensar que aunque Venezuela tiene más petróleo que cualquier país árabe, allí los gobernantes no supieron sacar provecho por su mala administración. En cambio, Dubái por ejemplo, es extremadamente rica porque los cuantiosos ingresos derivados del petróleo han sido usados para elevar el nivel de vida de la población y han dotado al país de infraestructura de primer orden.
-Cómo es que voy en un vuelo a Dubái? Me cercioro que mis bebés están dormidos y Marta está al lado cuidándolos mientras yo cierro un poco los ojos para meditar en lo que ha pasado estos dos últimos años.
Poco después de cumplir mi tercer mes de embarazo me enteré que no era un solo bebé el que esperaba, eran dos y para dicha mía, eran parejita, niño y niña. Era el acontecimiento más maravilloso de mi vida. Dos en vez de uno.
Era tanta mi alegría pero al ver el inconformismo en los varones de la casa, finalmente tuve que hablar con claridad con mi tío Elihú y mi primo Elí. Les hice un resumen del por qué estaba en El Líbano y cuáles habían sido las circunstancias para ahora estar embarazada. Como ya lo sospechaba, para ellos no fue nada agradable conocer estas cosas.
Mi tío me dijo, palabras más palabras menos, que yo era una vergüenza para su casa porque estas cosas desprestigian tanto en el plano político como religioso a una familia árabe. Elí me dijo que tal vez yo no entendía este punto de vista sagrado porque era americana y allí se vive la vida sin muy ligeramente .
Le expliqué qué es posible que haya cierto libertinaje en la cultura americana, pero que tanto para una familia árabe como para una americana, lo que yo había hecho era ciertamente una vergüenza, no lo iba a negar. No me sentía orgullosa por lo que había hecho. Y estaba pagando muy caro las consecuencias de esa decisión. Por lo cual les pedí un poco de tiempo para marcharme de su casa.
Mi tía ARANZA, sentía mucha pena por mi, habíamos creado un lazo muy fuerte de cariño, ella había sido más de lo que yo esperaba de la familia de mi padre. Pero sé que ella le debía respeto a su esposo e hijos. Así que pasó el tiempo, hasta que la barriga me lo permitió trabaje en el Hotel y luego casi pasé encerrada en mi habitación los siguientes meses de mi embarazo.
Y entonces se llegó el día más esperado. Daría a luz mediante cesárea a mis dos hijos. Cuando pensaba en sus nombres pensaba tanto en mis padres, como los padres de Christian. Por eso para mi varoncito elegí el nombre del papá de Christian: EDWARD. Y para mi muñeca el nombre de mi madre: ISABELLA. Desde el momento que nacieron, el niño tenía, aún tan pequeño los rasgos de su padre y la niña a mi.
Contraté una señora colombiana que conocí en el hotel, ella vivía sola y se había quedado sin empleo. Siempre fue muy agradable conmigo razón por la cual me inspiraba confianza, además que le tomé mucho cariño. Luego de que nacieron mis niños ella vino a casa para trabajar para mi. Me enseñó a alimentar a mis niños, cambiarlos, bañarlos, y mientras yo dormía a uno ella dormía al otro.
Una vez recuperada del parto volví al trabajo para renunciar, con la fortuna de que mi jefe directo me tenía la sorpresa de un nuevo trabajo como recepcionista en un hotel en Dubái. Yo le había explicado a él, en parte, la incomodidad que estaba viviendo con mis tíos y mis deseos de ir a vivir a Dubái. Con lágrimas en los ojos, lo abracé y agradecí esta nueva oportunidad.
Hice la búsqueda pertinente y encontré un pequeño apartamento tipo estudio en la ciudad de Dubái, horriblemente costoso pero tengo los 100 mil dólares que gané bailando, más lo que he ahorrado estos meses trabajando en el hotel. Temo un poco del futuro, Dubái es una ciudad muy cara, tengo dos niños pequeños y somos dos personas adultas que hay alimentar, vestir y cuidar.
Todos los días 15 hablo con mi padre. Ahora está muy bien, más relajado, tranquilo. Mamá ya sabe que nos comunicamos, no ha dicho nada pues papá le transmite mi tranquilidad.
Con todo el dolor de mi corazón día tras día aún recuerdo el día que SADIA me comentó que Christian y Lorena habían decidido casarse. He tenido que resignarme y hasta ir a terapia, para aceptar su matrimonio. Ya llevan casados 6 meses. Se casaron justo cuando mis niños estaban cumpliendo un año. Es decir, ya llevo casi dos años que hui de casa.
Yo ya había aceptado en mis entrañas que Christian debería ser feliz al lado de mi hermana, que ellos todos, incluidos los padres, deberían haber continuado sus vidas tal y como la llevaban antes de aquella noche. Yo no iba a ser interferencia para nadie. Planné con gusto todo lo que hice. Lo hice a plena conciencia y no me arrepiento a pesar de todo lo que me he enfrentado y estoy por enfrentar. Nadie debería pagar por una decisión que yo tomé solita.
La alegría de ver a mis dos hermosos acá a mi lado, poder besarlos, abrazarlos y mimarlos, no tiene precio. Valió la pena, todo. Sigue siendo feliz Christian. Juré qué me llevaría algo de ti esa noche, y acá están dos pedacitos de ti. Edward es tú misma cara, tus mismos ojos, va a ser muy alto. Pero mientras Edward es americano, Isabella es árabe. Bella combinación la de mis muñequitos. Aun no caminan, pero no tengo prisa.
Christian amor mío, sé feliz, te amo tanto, imposible arrancarte de mi corazón. Si tu eres feliz mi sacrificio sigue valiendo la pena. Igual mi hermanita también debe ser feliz y nuestros padres.
En unas pocas horas aterrizaremos, allá voy Dubái!!! ✈️✈️✈️