Luego de varios años, dos ex compañeros de secundaria vuelven a encontrarse.
Un apuesto alfa rubio y color de ojos azules, cuyos hermosos ojos solo brillan para la persona que le gusta.
Un omega serio y distante, que no tolera ese color de ojos azules que lo miran con cariño.
"Me gustas"
"A mi no me gustas"
<Esta novela está basada en hechos ficticios tanto los escenarios como los personajes, si es sensible a temas relacionados con relaciones del mismo género, esta novela no es para usted; dentro de la novela se toca temas sensibles, no apto para menores de edad, léalo bajo su propia responsabilidad>
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Capítulo 10
"Tranquila mamá, mi hermano estará bien, ¿ya olvidaste como era mi hermano mayor cuando trataba de gustarle a mi cuñado?"
"... Es cierto, lo había olvidado, entonces, Elián..."
"Sí, mi torpe hermano está enamorado"
Dentro del auto, la Señora Daila y Ada iban de regreso a la casa principal.
Después de que la situación se encontrara bajo control, ambas iban de regreso a casa, esto por sugerencia del Señor Dumont quien encargó a su hija que cuidara de su madre.
Y para tranquilizar a su madre, Ada le recordó la época en que su hermano mayor tomó la misma actitud que Elián cuando cayó enamorado de su actual esposo.
No hizo exactamente lo mismo que Elián, pero era la misma actitud, dispuesto a todo con tal de gustarle a la persona que amaba.
Rememorando los viejos tiempos con su hijo mayor, la Señora Daila solo pudo dar un largo suspiro.
"Me siento tan avergonzada por ellos"
"Mi pobre yerno, me dio unos nietos tan hermosos, y ahora, Elián resulta ser igual que su hermano mayor", suspiró acongojada.
Como madre, amaba a sus hijos, pero también estaba preocupada por la actitud de ambos.
Recordando al joven omega que se quedó en la oficina con Elián, la Señora Daila estaba agradecida con él, ya que Elián pudo calmarse gracias al joven, pero...
"No te preocupes tanto mamá, la relación de mi hermano mayor con mi cuñado resultó bien, ambos se aman, no niego que mis dos hermanos sean exagerados, pero no harían nada que lastimara a quienes aman", habló Ada para calmar a su madre.
Sí, sus dos hermanos eran unos tontos sin sentido, pero no eran malas personas.
"Lo sé, aun así, me preocupa ese joven omega, se veía tan confundido, al igual que mi yerno la primera vez que lo vi"
Podía decir que su hijo mayor tuvo suerte en que su ahora esposo llegara a amarlo, estaba tan agradecida con él, ahora, solo podía pedir que todo saliera bien para Elián.
"Por cierto, ¿cómo se llama ese joven?"
"Neo Bauer, estudiamos en la misma secundaria, Elián lo conoció ahí, le gusta desde entonces", contó Ada a su madre.
Por supuesto que conocía a Neo, el muchacho de quien su hermano gustaba, Ada era dos años menor que Elián, así que no estaban en el mismo grado, pero conocía la situación de su hermano.
Siempre solía verlo perseguir a Neo y acercarse al omega de manera torpe.
Hubo un tiempo en que ambos, Neo y Elián, mantenían cortas conversaciones y pequeñas interacciones, así que creyó que todo resultaría bien si llegaban a conocerse más tiempo.
Sin embargo, un día antes de la graduación cuando volvió a ver a Neo, algo era diferente en él, tuvo curiosidad por lo que habría ocurrido, ya que el omega miraba con desdén a su hermano, más que odio, parecía haber tristeza en su mirada.
...****************...
"Sí, lamento el malentendido, todo se debió a un error en ciertos documentos"
El Señor Dumont hablaba por el teléfono en la oficina de su hijo, dando solución a lo que Elián había ocasionado.
El alfa trató de vender las acciones de la empresa a un bajo precio, noticia que llegó a los accionistas minoritarios quienes no tardaron en llamar para saber lo que sucedía, algunos venían de camino a la empresa para saber del tema.
Dejando el teléfono tras recibir la última llamada, el Señor Dumont se encargaría de resolver lo demás en una reunión con los accionistas, ya que su hijo no era apto por el momento para resolver el problema.
Mirando a su hijo de un metro noventa y ocho centímetros sentado como un pequeño niño, hizo que le doliera la cabeza.
"Debo ir a una reunión ahora mismo, gracias por quedarte, si hay algo que necesites, no dudes en pedirlo", se dirigió el Señor Dumont a Neo.
"Gracias"
Ya sin nadie en la oficina, solo quedaron Neo y Elián, ambos estaban sentados sobre el sofá tomados de la mano.
En el momento en que Neo se acercó al alfa para tomar su mano y tratar de evitar que firmara esos papeles, Elián no volvió a soltarlo.
Logró que Elián se detuviera de algún modo, no entendía muy bien que es lo que había hecho si solo agarró la mano del alfa, pero al menos la situación estaba controlada.
Era realmente confuso.
Aparte de no soltar su mano, Elián no había pronunciado ninguna palabra, y aun traía puesto ese tapado floreado sobre su cabeza.
"Con todo lo que te dije, en ningún momento te pedí cambiar", habló Neo.
Tenía que solucionar ese inconveniente primero.
"No se puede entrar en los estándares de todas las personas"
"... A mí me importa mucho lo que tú digas, ¿de qué otra manera puedo gustarte si no cumplo con tus estándares?", habló finalmente Elián.
"No tengo estándares"
Con sus manos aún unidas, Neo volteó a mirar al alfa.
"No imaginé que tomaras mis palabras en serio, es un poco raro, pero creo que también es mi culpa porque no te conozco muy bien, así que lo siento", se disculpó Neo.
Cuida siempre lo que dices, solía decir su madre, Neo suponía que ese consejo se aplicaba a personas como Elián.
"Es mi culpa, no tienes por qué disculparte, lo siento", se disculpó rápidamente Elián, pues no quería que Neo se sintiera mal.
Con ese par de ojos azules sobre él, Neo se sintió un tanto incómodo.
"Disculparme no me hará daño, es lo correcto", replicó Neo.
Con su mano libre, Neo quitó de la cabeza de Elián ese tapado floreado que estaba llegando a molestarlo.
En ese momento, el reflejo del sol entró por la gran ventana, algo que hizo que el cabello del alfa reluciera más, era tan cegador.
Sintiéndose descubierto y con vergüenza, Elián trató de volver a cubrirse el cabello con el tapado, pero Neo fue más rápido y arrojó lejos el tapado.
"Deja eso ya, no hay nada de malo con tu cabello ni con tu estatura"
Sintiéndose regañado, Elián se quedó quieto en su lugar.
"... Lo siento"
"Ya deja de disculparte"
Regañado otra vez, Elián se quedó en silencio, apenado, pero no soltó la mano de Neo.
Neo por su parte, no se resistió a que Elián siguiera sosteniendo su mano, aún estaba confundido, pero al parecer, Elián era fácil de controlar, no sabía si eso era bueno o malo.
Como dijeron sus padres, podía tomar dos caminos, dejar en claro las cosas para que nadie saliera lastimado, o llegar a conocer a la otra persona si realmente estaba interesado.
"¿Quieres que nos conozcamos mejor?"
Sin creer lo que oía, Elián volteó a mirar a Neo de inmediato, un giro tan brusco para su pobre cuello.
"Creo que no nos conocemos bien, ya que hablamos muy poco en secundaria, y aún creo que tienes una manera muy extraña de expresar lo que sientes, pero, quiero que nos conozcamos mejor si tú quieres"
"No niego que me asusté cuando vi la situación de hace unas horas, pero siento que quiero conocerte mejor, claro, si tú también estás dispuesto, solo conocernos, nada más por el momento", aclaró Neo para que Elián no tuviera otras ideas como al parecer solía hacer.
"Si crees que será una pérdida de tiempo, lo comprenderé"
Antes de que Neo siguiera hablando, Elián asintió enérgico, otro movimiento brusco para su pobre cuello.
"Si quiero, yo también quiero conocerte mejor"