Seducción Encubierta te sumerge en un apasionante juego de secretos y mentiras mientras los destinos de Harper Montclair y Ethan Reynolds se entrelazan de formas inesperadas. Harper es una astuta y misteriosa seductora que hace de los hombres ricos su pasatiempo, hasta que un misterioso hombre, Ethan entra en su vida. Lo que Harper no sabe es que él no solo es un hombre rico sino también un agente que investiga sus crímenes.
A medida que se entrelazan temas de seducción y engaño, los dos personajes se enfrentan a un punto de inflexión que pondrá a prueba sus verdaderas identidades y prioridades. Los corazones vulnerables chocan con la traición y la redención, ya que las mentiras se exponen para exponer verdades desagradables. Enfrentando valientemente su pasado, Harper abre la puerta al amor verdadero, mientras que Ethan lidia con la dualidad de sus crecientes obligaciones y afectos.
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CAPÍTULO 20: RECORDANDO El PASADO
El pasado de Harper Montclair se le revelaba en pedazos desgarradores. Esa tarde, en la penumbra dorada de su elegante apartamento, se sentó frente a una vieja caja de recuerdos. Un silencio expectante la envolvía mientras sus dedos rozaban la tapa, temblorosos por la mezcla de nostalgia y temor. Al abrirla, la luz del sol poniente se derramó sobre el contenido, bañando las fotos desteñidas y las cartas arrugadas con un halo melancólico. Entre esos tesoros del pasado, un viejo diario resaltaba, con su cubierta de piel gastada y las páginas amarillentas por el tiempo.
Con un suspiro tembloroso, Harper tomó el diario y lo abrió. Sus ojos se llenaron de lágrimas al leer las primeras palabras, su letra infantil torpe y llena de errores, pero cargada de una sinceridad cruda y emotiva. Las páginas le hablaban de una época diferente, de una niña que enfrentaba un mundo cruel con valentía y determinación.
Cada línea la transportaba a un pasado que creía olvidado, a los días felices de su infancia. Revivía las dificultades que había enfrentado, la soledad que la acorralaba, las pérdidas que la habían marcado. La nostalgia se apoderó de ella, una mezcla de dolor y añoranza por una época que ya no volvería.
Las palabras del diario eran como un espejo que le reflejaba una parte de sí misma que había intentado ocultar. Era un recordatorio de la niña que había sido, de las pruebas que había superado, de la fuerza que había encontrado en su interior.
A medida que avanzaba por las páginas, la tristeza se transformaba en una profunda gratitud. La Harper que leía era una guerrera, una superviviente que había logrado salir adelante a pesar de las adversidades.
Querido Diario:
El aroma a vainilla y chocolate invade la cocina mientras mi abuela o como le digo mamá Ella y yo horneamos galletas. La luz del sol se filtra por la ventana, creando un halo dorado a nuestro alrededor. Mamá Ella, con su sonrisa radiante y delantal floreado, me guía en la elaboración de la receta familiar. me enseñan a amasar la suave masa hasta obtener la textura perfecta.
Querido diario, Hoy, la aventura culinaria se torna italiana. Mamá Ella me enseña a preparar ñoquis caseros. Observó con fascinación como sus dedos dan forma a la masa, creando pequeñas nubes de papa que luego bailan en la olla hirviendo. El aroma a pesto fresco llena la cocina y me hace salivar. La cena se convierte en una fiesta de sabores y risas, donde celebramos la unión familiar y la magia de la cocina.
Querido diario, Hoy fue un día inolvidable, super,mega ultra. Mamá me llevó a su empresa de ropa, y entre bambalinas, descubrí un mundo mágico: la pasarela de moda.
Mientras las modelos se preparaban, con sus vestidos brillantes y tacones altos, yo me sentía como una pequeña princesa en un cuento de hadas. De repente, una de las modelos se torció el tobillo y no podía caminar. ¡Era mi oportunidad! Sin pensarlo dos veces, me subí a la pasarela con un vestido rojo que brillaba como las estrellas.
Al principio, mis piernas temblaban y sentía que me iba a caer, pero luego me concentré en la música y comencé a caminar con seguridad. ¡Era como si flotara en el aire! El público me aplaudía y sonreía, y yo me sentía la niña más feliz del mundo. Mi mamá negaba la cabeza divertida y apenada.
Hoy con mi mamá y yo jugamos a un desfile de modas en casa. Papá fue el juez y yo, la modelo principal. Elegí un vestido de mamá, largo y azul, con un cinturón dorado que resaltaba mi cintura. Cuando me puse los tacones altos, me sentí tan elegante como ella.
Al ritmo de la música, desfilé por la sala de estar, moviendo las caderas y sonriendo al público. Papá me observaba con una mirada divertida y llena de orgullo. Al final, me dio un gran abrazo y me dijo que era la mejor modelo que había visto en su vida
P.D. ¡Gracias, mamá, por mostrarme la magia del mundo de la moda!
Querido diario,
Hoy papá me enseñó a volar un cometa. La brisa fresca agitaba mi cabello mientras corríamos por la playa, la cometa multicolor elevándose con gracia detrás de nosotros. Reímos y gritamos de alegría mientras luchábamos contra el viento, sintiendo la libertad en cada impulso. Al final, la cometa se desplomó sobre la arena, pero el recuerdo de esa tarde mágica permanecerá grabado en mi memoria.
Papá me llevó al lago hoy. El sol brillaba con intensidad, calentando mi piel mientras chapoteaba en la orilla. Papá me enseñó a nadar, sujetándome con firmeza mientras pataleaba y chapoteaba con torpeza. Al principio, tenía miedo, pero con la paciencia y el apoyo de papá, me sentí segura y confiada en el agua. Al final del día, nadaba como un pez, riendo y jugando con papá bajo el sol radiante, mientras mamá miraba.
Hoy papá me contó historias de su infancia. Me habló de sus aventuras en el bosque, de las travesuras que hacía con su hermano y de las lecciones que aprendió de sus abuelos. Sus palabras me transportaron a otro mundo, un mundo lleno de magia y posibilidades. Me sentí más cerca de él que nunca, conectada por el hilo invisible de las historias compartidas.
Hoy es nuestro último día en la playa. Papá y yo caminamos por la arena, recogiendo conchas y dejando huellas en la suave superficie y mamá tomando fotos. El sol se ponía en el horizonte, tiñendo el cielo de un naranja intenso. En ese momento, sentí una mezcla de nostalgia y esperanza. Aunque me entristece dejar este lugar, sé que nuevos recuerdos y experiencias nos esperan en el futuro.
P.D. Gracias, papá, por este verano inolvidable. Te quiero mucho.
Harper pasó algunas páginas de su diario, las anteriores eran cuando era pequeña de 5 a 12 años , eran las varias páginas. Las siguientes fueron cuando el caos se desató.
Hoy mis padres viajaron a supervisar su nuevo negocio en otra ciudad. Mamá prometió que al volver iríamos de compras, comeríamos nuestro helado favorito y pasaríamos tiempo juntas. Papá mencionó un viaje familiar a una ciudad italiana sin revelar el nombre. La emoción inundaba mi corazón.
Más tarde:
Un llamado de la policía rompió la ilusión. Un accidente, mis padres... No puedo creerlo. Estoy devastada, sola. Mi abuela, al recibir la noticia, sufrió un infarto y la hospitalizaron.
Días después:
Mis tíos se han acercado, fingiendo apoyo. No los soporto, solo les interesa la fortuna de papá. La abuela no pudo resistir y falleció. En solo días enterré a mis padres y a mi abuela. El dolor es insoportable.
Semanas después:
Vendí la mansión para asegurar mi futuro. El agente inmobiliario mencionó un comprador interesado. Me duele desprenderme de la casa donde crecí con mis padres, pero la tristeza me consume. Isla, mi prima, ha sido mi único apoyo en este infierno.
En mi nuevo hogar:
Un lujoso apartamento, pero vacío. El dinero no compra la felicidad. Hoy visité el cementerio, les llevé flores a mis padres y abuela. Isla me acompañó, su presencia me reconforta.
Descubriendo la verdad:
Mi tío pidió leer el testamento de papá. Ansiaba saber quién heredaría las empresas y el dinero.
Revelaciones:
¡Soy la única heredera! Papá me dejó todo: dinero, empresas, terrenos. Mi tío y tía, furiosos, especialmente la bruja de mi tía. Pero papá no fue cruel, le dejó a mi tío una empresa para administrar y a Isla un terreno para construir su casa.
Un nuevo plan:
Usaré mi segundo nombre, Harper, para el mundo exterior. Aylin solo será para mi difunta familia y para Isla. Me siento paranoica, el miedo me persigue.
La búsqueda de justicia:
Tras una investigación exhaustiva, descubrí que mis padres fueron asesinados antes del accidente. ¡Y también al responsable de la muerte de ellos y de mi abuela! Le haré pagar, pero sin manchar mis manos con sangre como él lo hizo.
Comienza la venganza:
Hoy hablé con Charles Gallagher, el asesino. Mi venganza está por comenzar.
Porque la patrona soy yo... aunque debo ser más seria. Estoy viendo una novela latina llamada "La Patrona", no entiendo el idioma, pero me entretiene.
Un nuevo pasatiempo:
He encontrado un nuevo pasatiempo: seducir y engañar a esos infelices millonarios..
He cerrado el diario. Mi vida ha dado un giro inesperado. La venganza me consume, pero también me da la fuerza para seguir adelante. No sé qué me depara el futuro, pero una cosa es segura: Está Harper no se detendrá hasta que se haga justicia.
Con el corazón rebosante de emociones, Harper cerró el diario y lo abrazó contra su pecho. En ese momento, comprendió que el pasado no era solo un conjunto de recuerdos, sino una parte esencial de ella misma. Una parte que la había convertido en la mujer fuerte y resiliente que era ahora. La mañana se desvanecía, dejando paso al mediodía. Harper se quedó en silencio, meditando sobre los recuerdos que le había brindado el diario. A pesar de la tristeza que la embargaba, una sensación de paz y esperanza la llenaba por dentro. Sabía que, aunque el pasado era doloroso, también era una fuente de fortaleza y sabiduría.
las decisiones difíciles que ha tomado y los arrepentimientos que han pesado en su corazón durante años. Cada palabra escrita de su puño y letra es como un eco del pasado, una ventana a la vida que ha tratado de dejar atrás. El diario es un recordatorio de su fuerza y también una señal de que, a pesar de todo, está viva y preparada para afrontar los retos que le depare el futuro. . . .
Ethan se encaminó hacia el apartamento de Harper, una mezcla de emociones turbulentas en su pecho. Curiosidad, cariño, amor, un deseo feroz de protegerla... La imagen de Harper, víctima de un pasado cruel, lo atormentaba. La compasión se unía a la fascinación que ella despertaba en él.
Aunque la investigación sobre su pasado ya no era tan intensa, Ethan no podía evitar observarla con deleite. Su labio inferior mordido, su andar elegante de modelo, su forma de hablar... Incluso la añoranza por su familia, lejana por las tristes circunstancias, despertaba en él una ternura infinita.
Mientras Harper se perdía en los recuerdos, Ethan decidió actuar. Llamó a su puerta, y al otro lado, una voz temblorosa respondió:
—¿Quién es?
—Ethan —respondió él, tratando de ocultar la emoción que lo embargaba—. Soy el hombre que te prometió no gritar como niña en una montaña rusa aquel día.
Harper se levantó, una mezcla de sorpresa e incredulidad en sus ojos. No esperaba que Ethan irrumpiera en su vida de esa manera tan inesperada.
Al abrir la puerta, sus miradas se encontraron en un instante significativo. Para Harper, un torrente de emociones la invadió. Los recuerdos de su momento íntimo con Ethan, de la calidez de su abrazo, del cariño que la envolvía, la ruborizan. Ningún hombre la había hecho sentir tan viva, tan querida, tan amada. La sorpresa aún teñía sus ojos, pero brillaban con una simpatía y un cariño que Ethan no pudo evitar notar.
Era como si ambos supieran que algo importante estaba en juego, algo que iba más allá de un simple encuentro casual.
Las palabras resonaron en el aire, suspendiendo el tiempo en un instante de tensa calma. Ethan, con la necesidad de romper el hielo que se había formado entre ellos, buscó las palabras adecuadas para explicar su presencia.
—Entra, Ethan —dijo Harper, abriendo la puerta y haciéndose a un lado.
—Lamento si mi comentario anterior te sorprendió —comenzó Ethan, su voz cargada de honestidad.
—¿Cuál? —preguntó Harper, sintiendo un cosquilleo nervioso recorrer su cuerpo. ¿El de la montaña rusa?
—Ese mismo —confirmó Ethan, también nervioso, aunque tratando de ocultarlo—. Fue un momento espontáneo, nunca imaginé que nuestros caminos se volverían a cruzar.
Harper lo miró con una mezcla de asombro y curiosidad, luchando por encontrar un equilibrio entre la confusión y la fascinación.
—Yo tampoco pensé que te volvería a ver después de contarte mi historia...
Un silencio incómodo se apoderó de la habitación, hasta que Harper rompió el hielo con una pregunta inocente:
—Como te voy a llamar ahora, ¿Ethan o Dave? ¿Cuál te gusta más?
—Puedes llamarme Ethan, o Dave si te gusta —respondió él con una sonrisa—. Mis padres me llaman así a veces. ¿Y tú? ¿Prefieres Harper o Aylin?
Harper le devolvió la sonrisa, sus ojos brillando con picardía. —Puedes llamarme como quieras —le dijo, guiñandole un ojo.
Sin embargo, su expresión se tornó seria de repente. Se acercó a Ethan y lo miró fijamente a los ojos.
—Si salimos de esto y decidimos seguir adelante con nuestra relación, con lo que sea que tengamos, y comenzamos una vida juntos... me llamarás como me conoce mi familia: Aylin.
Ethan asintió, comprendiendo la importancia de sus palabras y la magnitud de la situación.
—Así será —afirmó con solemnidad—. Y tú me llamarás Dave, aunque no me guste mucho que me digan así. Pero como tú dices, si empezamos esa vida juntos...
—La verdad me gusta más Ethan… que Dave.
Un silencio expectante se adueñó de la habitación. La confesión de Harper había abierto una puerta a un nuevo mundo de posibilidades. La tensión inicial se había transformado en una conexión palpable, una corriente eléctrica que vibraba entre ellos.
Ethan esbozó una sonrisa tímida. Un brillo de emoción brillaba en sus ojos mientras buscaba las palabras correctas para continuar la conversación. Sus dedos rozaron la mano de Harper, un gesto que invitaba a la confianza y la complicidad.
—Entiendo tu fascinación por el nombre Ethan, Harper— murmuró con voz suave. —Pero hay mucho más de lo que puedes imaginar. Secretos que estoy dispuesto a revelar si tú también estás dispuesta a escuchar.
Harper asintió, sus ojos clavados en los de Ethan. Un torbellino de emociones se arremolinaba en su interior: curiosidad, incertidumbre, un cosquilleo de esperanza. Su mano se aferró a la de Ethan con una fuerza que reflejaba la intensidad de sus sentimientos.
—He estado investigando tus acciones, Harper—, confesó Ethan con solemnidad. —Pero al observarte, al tratar de descifrar tus enigmáticos movimientos, he comenzado a preguntarme si realmente eres quien todos creen que eres.
Las palabras de Ethan resonaron en el corazón de Harper como un trueno. La sorpresa la dejó sin aliento, su mente se inundó de un torbellino de pensamientos. Se sentó lentamente en el sofá, doblando con cuidado el diario que sostenía en sus manos. Una mezcla de emociones se reflejaba en su rostro: sorpresa, inquietud, un destello de esperanza en sus ojos.
—¿Por qué me dices esto?—, preguntó Harper con cautela, su voz apenas un susurro.
Ethan se acercó a ella, sus ojos fijos en los de ella con una intensidad que transmitía su sinceridad. —Porque he visto algo en ti que va más allá de tus acciones recientes. A medida que he explorado tu mundo, he descubierto capas de tu personalidad que no encajan del todo con la imagen que todos tienen de ti. Creo que tu historia es mucho más compleja de lo que la gente sabe, que hay mucho más por descubrir. Quiero conocerte, Harper, quiero descubrir a la mujer que se esconde detrás de la máscara.
Las palabras de Ethan resonaron en el alma de Harper. Un escalofrío de emoción recorrió su cuerpo. La posibilidad de ser vista, realmente vista, por alguien era una experiencia nueva y embriagadora. Un sentimiento de confianza comenzó a florecer en su interior, un anhelo de compartir sus secretos, sus miedos, sus sueños con este hombre que la intrigaba y la desafiaba.
Harper se encontraba en una encrucijada emocional, dividida entre la necesidad de proteger su identidad y la tentación de confiar en un hombre que parecía dispuesto a admitir sus errores del pasado. Los ojos de Ethan reflejaban su propia lucha interior, una búsqueda de la verdad en medio de un mar de incertidumbre.
"¿Y qué más esperas encontrar?", preguntó Harper, tocando el borde del diario en su regazo.
La sonrisa de Ethan era débil pero significativa. "Espero encontrar la historia completa, Harper. La historia que explica cómo llegaste hasta aquí. Por qué después de encontrar al asesino de tus padres, seguiste en ese mundo. Qué te llevó a este camino. No estoy aquí solo para desentrañar crímenes, sino para entender quién está detrás de ellos."
Se hizo el silencio entre ellos, una pausa en la conversación que pareció llenar el aire de promesas y riesgos. En medio de la incertidumbre y la vulnerabilidad, Harper y Ethan compartieron un momento en el que las barreras entre ellos comenzaron a desvanecerse, dejando al descubierto la posibilidad de un entendimiento más profundo y, en general, de una conexión que podría cambiar sus vidas.
Harper miró a Ethan mientras procesaba sus palabras. Pasó demasiado tiempo escondiendo su pasado, protegiéndose de la vergüenza y el dolor. Pero en ese momento, frente a un hombre que la había estado investigando, sintió una extraña sensación de libertad.
"¿Crees que puedo cambiar?", preguntó Harper, su voz casi un susurro.
Ethan asintió lentamente. "Creo que todos merecen una oportunidad de redención."
Las palabras resonaron en el aire, llenando el vacío entre ellos con posibilidades cautivadoras. En ese momento, Harper tomó una decisión: se enfrentaría a su pasado, afrontaría las consecuencias de sus actos y lucharía por un futuro diferente.
En ese instante, sus labios se encontraron en un beso apasionado, un sello de complicidad y futuros descubrimientos.